"...No os angustiéis por vuestra vida..." Mateo 6:25
Una amonestación que resulta necesario repetir es que las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas, ahogarán la vida de Dios en nosotros (Mateo 13:22). Nunca estamos libres de las repetidas oleadas de esta invasión. Si el ataque no es por la ropa y el alimento, será por el dinero o la falta de él, por amigos o la falta de ellos, o por las circunstancias difíciles. Es una invasión continua y si impedimos que el Espíritu de Dios levante bandera en su contra, estas situaciones entrarán como una inundación.
"Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida...". Nuestro Señor manifiesta que tengamos cuidado de una sola cosa: nuestra relación con Él. Pero, nuestro sentido común grita estrepitosamente y dice: “Eso es absurdo, yo debo pensar en cómo voy a vivir, debo tomar en cuenta que voy a comer y beber". Pero, Jesús dice que no debemos hacerlo. No nos permitamos creer que Él lo dice sin entender nuestras circunstancias particulares. Jesucristo las conoce mejor que nosotros mismos y Él declara que no debemos pensar en ellas de manera que se conviertan en la preocupación fundamental de nuestra existencia.
Siempre que en nuestra vida haya intereses en pugna, asegurémonos de darle prioridad a nuestra relación con Dios.
"...Basta a cada día su propio mal", Mateo 6:34. ¿Cuánto mal ha empezado a amenazarte en este día? ¿Qué clase de perversos diablillos han estado investigando tu vida y te preguntan por tus planes para el mes entrante o para el próximo año? Jesús nos dice que no nos afanemos por ninguna de esas cosas. Mira de nuevo y piensa. Mantén tus pensamientos en el "mucho más" de tu Padre celestial, Mateo 6:30.
Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.
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