[...] “Hay que saber cómo leerla. No es un libro como cualquier otro, como las obras clásicas de Homero, por ejemplo, o las experiencias de Don Quijote. No es un mero libro de historia de una nación heroica, o la poesía selecta de un pueblo pastoril. Tampoco es de fácil lectura para quien no conoce el trasfondo histórico, los objetivos y la formación de tan excepcional libro. Para leer la Biblia con provecho y evitar los obstáculos que puedan levantarse durante su lectura, conviene recordar algunos factores de suprema importancia”.
a. La Biblia debe leerse como una unidad
[…] “Hay quienes se deleitan en la lectura del Nuevo Testamento, pero sin el Antiguo Testamento lo que se lee en el Nuevo es con frecuencia incomprensible. También hay quienes sólo leen el Antiguo y eso es como abandonar una novela a mitad de camino –uno se queda sin el desenlace del drama. […] La Biblia es una unidad a pesar de su diversidad de autores, tiempos de origen, materia y estilo. El hecho de que la Biblia es una unidad es la primera regla a contemplar”.
b. La Biblia debe leerse como el mensaje de Dios
[…] “Significa que debe prestársele muy seria atención. No es la palabra de algún gran sabio que vivió hace siglos, ni de algún iluminado que caminó nuestras sendas, ni de algún superdotado explotador de masas. Es la Palabra de Dios, y todo ser humano debe prestarle atención. La Palabra de Dios nos busca con paciencia en nuestro gozo o agonía, en la prosperidad o en la pobreza, en fantasías o fracasos, en nuestra juventud o madurez. Dios inicia el diálogo. Dios habla. Es nuestra reacción obediente a sus palabras lo que se conoce como «salvación». Si el hombre no responde en obediencia a esas palabras divinas, se pierde eternamente. […] Alguien podrá no comprender algún pasaje oscuro de las Escrituras, pero aun el más humilde ser humano puede comprender que Jesucristo vino al mundo para salvarlo, para abrirle el camino a una genuina humanidad y para hacer posible el perdón de todos sus pecados. Ese, más que ningún otro, es el mensaje de la Biblia –en Jesucristo hay paz y perdón, hay nueva vida y solución a la profunda problemática humana”.
c. La Biblia debe leerse con constancia
[…] “¿Quién, en condiciones normales, pensaría en no comer por una semana? Su cuerpo se debilitaría. La Palabra de Dios es alimento cotidiano para el hombre. El hombre no puede vivir la vida para la cual Dios lo creó sin ese alimento diario. Se verá confuso ante los eventos que lo rodean, no comprenderá el misterio de la vida humana, no tendrá la menor idea de quién es ni de lo que conviene hacer”.
Para meditar
“¿Tiene usted una Biblia en sus manos? Léala. Léala como el mensaje exclusivo de Dios para usted. Dios tiene interés en la humanidad; más aun, Dios tiene mucho más interés en usted, en su persona. Usted necesita la Palabra de Dios, y por eso se la hace llegar. Léala con la certeza de que debe moldear su vida diaria. Léala a diario. Si no tiene Biblia, búsquese una ahora mismo”.
Apartes tomados del libro LA VERDAD EN NUESTRO MUNDO de Juan S. Boonstra
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