Lo que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo. 1 Corintios 7:29.
¿Me sería posible
dirigirme a cada uno de ustedes y tomarlos del brazo, y con el mayor afecto –incluso
con lágrimas– rogarles en nombre de aquel a quien le deben su alma, que
despierten y le rindan su servicio personal al Amado de sus corazones? No
pongan excusas, porque no habrá ninguna excusa válida para quien los compró a
tan alto precio. Me dirás que tu negocio requiere mucho de tu tiempo, y yo sé
que es así, entonces usa tu negocio de modo que sirvas a Dios en él. Todavía
quedarían algunos espacios de tiempo que podrías dedicarle a su servicio santo;
habría algunas oportunidades para hacer obra de evangelismo. Algunos de ustedes
no tendrían la excusa de los «negocios», ya que tienen tiempo libre. ¡Oh, les
ruego que no dediquen ese tiempo libre a frivolidades, a conversaciones
intrascendentes, a dormir y a autocomplacerse! El tiempo corre y los hombres
perecen. Con tan horrible situación no podemos darnos el lujo de hacer
concesiones. ¡Oh, si tuviera el poder de conmover el alma y el corazón de mis
compañeros cristianos mediante una descripción de esta enorme ciudad que se
ahoga en la iniquidad! De seguro el pecado, la tumba y el infierno son temas
que crean inquietud incluso en el corazón más frío. ¡Oh, si pudiera lograr que
tuvieran siempre presente al Redentor que murió en una cruz por aquellas almas
que se están perdiendo! ¡Oh, si pudiera dibujar el cielo que los pecadores se
están perdiendo, y su remordimiento al ver que han sido autoexcluidos!
A través de la Biblia en un año: Salmos 45-48
No hay comentarios:
Publicar un comentario