Tan pronto como empezaste a orar, Dios contestó tu oración. He
venido a decírtelo porque tú eres muy apreciado. Daniel 9:23.
¿Tiene el Espíritu de
Dios alguna limitación? ¿Por qué no puede el ministro más débil convertirse en
el medio para la salvación de miles de personas? ¿Se ha acortado el brazo de
Dios? Cuando yo les pido que ustedes oren para que Dios haga que el ministerio
sea vivo y potente como una espada de dos filos para la salvación de los
pecadores, no les estoy pidiendo una tarea difícil y mucho menos imposible.
Para obtener lo que queremos solo tenemos que pedir. Antes que llamemos, Dios
responderá, y mientras aún hablamos, él habrá oído; solo él puede saber los
resultados que tendrá este sermón, si escoge bendecirlo. A partir de este
momento puede que te decidas a orar más; a partir de este momento Dios puede
bendecir más el ministerio. A partir de ahora más púlpitos que nunca antes
pueden llenarse de vitalidad y vigor. A partir de este momento la Palabra de
Dios puede comenzar a fluir y a correr y obtener una asombrosa e ilimitada
victoria. Solo tienen que luchar en oración, reúnanse en sus casas, vayan a sus
cuartos, persistan, pidan con insistencia a tiempo y fuera de tiempo, agonicen
por las almas. Olvidarás todo lo que has escuchado y lo que otros te han dicho
será como nada, comparado con lo que oirás con tus oídos y lo que verás con tus
ojos a tu alrededor.
A través de la Biblia en un año: 2
Crónicas 5-8
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