Y ahora tengan en cuenta que voy a Jerusalén obligado por el
Espíritu, sin saber lo que allí me espera. Lo único que sé es que en todas las
ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos.
Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de
que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el
Señor Jesús, que es el dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Hechos 20:22-24.
Ya hemos visto qué es
hacerlo todo en el nombre del Señor Jesús. Detengámonos un momento para
recordarte que este pasaje imparte una grave reprensión a muchos que profesan
ser cristianos. Hay demasiados miembros de iglesias que no hacen nada en nombre
de Jesús. Desde el día en que los bautizaron en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, no han hecho nada más en ese nombre. ¡Ah, hipócritas! ¡Dios
tenga misericordia de ustedes! Qué pena, ¡cuántos más hacen tan poco en el
nombre de Cristo! Observé este comentario en una carta que escribió cierto
pastor, que no creo que es dado a hablar duramente, él creía que en su propia
iglesia uno de cada tres miembros no estaba haciendo algo por Cristo. Yo no
podría hablar con tanta tristeza de ustedes pero sí temo que una gran parte de
las fuerzas de esta iglesia no se están utilizando para el Señor. Creo que aquí
prácticamente se utiliza más que en cualquier otra iglesia, pero no obstante se
malgasta mucho vapor, hay muchos talentos enterrados y por tanto Jesús está
defraudado.
A través de la Biblia en un año: Filipenses
3-4
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