Versículo para hoy:

domingo, 23 de junio de 2019

23 de junio – LA MARCA DEL DISCIPULADO

Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados –les contestó Pedro–, y recibirán el don del Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar. Hechos 2:38-39.

«El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado» (Marcos 16:16). Es decir, si un hombre participa en la salvación generosa que Cristo ha realizado, debe creer en Cristo, debe confiar en Cristo, debe creer que Cristo es el Salvador que Dios designó y que es capaz de salvarlo. Debe actuar de acuerdo a esa creencia y ponerse en manos de Jesús, y si lo hace, será salvo.

Además, el texto dice que se debe bautizar. No es que haya algún tipo de virtud en el bautismo, pero es una pequeña cosa que Cristo espera que el hombre que confía en que él lo salve, deba confesar y mostrar su afecto por él. Aquel que desea tener a Cristo como su Salvador, debe estar preparado para reconocer abiertamente que está del lado de Cristo. Por ende, el bautismo se convierte en la marca del discipulado, la señal exterior de la fe interior mediante la cual un hombre le dice a todo el que observa: «Me confieso muerto para el mundo; confieso que estoy enterrado con Cristo; me declaro resucitado a una nueva vida en él; hagan con eso lo que quieran y ríanse tanto como quieran; no obstante, con la fe en Cristo como mi Señor me abandono de todo lo demás para seguirlo».

A través de la Biblia en un año: 1 Tesalonicenses 3-5

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

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