Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando
llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse
firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de
justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
Efesios 6:13-15.
Si amas al Señor, sé un
testigo de la verdad. Debes hacerlo de manera personal y también debes hacerlo
en colectivo. Nunca te unas a una iglesia cuyo credo no creas entera y
genuinamente, porque si lo haces, estás fingiendo y además te haces partícipe
del error del testimonio de otros hombres. Yo ni por un momento diría algo que
retrasara la unidad cristiana, pero hay algo antes de la unidad y eso es «la
verdad en las partes interiores» y la honestidad delante de Dios. Yo no me
atrevo a ser miembro de una iglesia cuya enseñanza yo sepa que es falsa en unos
aspectos vitales. Preferiría irme al cielo solo que contradecir a mi conciencia
con tal de tener compañía.
¿Estás dispuesto a
andar en la verdad por el fango y por el lodazal? ¿Tienes el valor de profesar
una verdad pasada de moda? ¿Estás dispuesto a creer la verdad contra la que la
mal llamada ciencia ha descargado su ira? ¿Estás dispuesto a aceptar la verdad
aunque se dice que solo los pobres y los ignorantes la recibirán? ¿Estás
dispuesto a ser el discípulo del galileo cuyos apóstoles eran pescadores? De
cierto, de cierto te digo que aquel día, cuando la verdad en la persona de
Cristo venga en toda su gloria, les irá mal y también a aquellos que tuvieron
vergüenza de reconocerla y de reconocer a su Amo.
A través de la Biblia en un año: 2
Reyes 19-21
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