¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes
guiar a la Osa Mayor y a la Menor? ¿Conoces las leyes que rigen los cielos?
¿Puedes establecer mi dominio sobre la tierra? ¿Puedes elevar tu voz hasta las
nubes para que te cubran aguas torrenciales? ¿Eres tú quien señala el curso de
los rayos? ¿Acaso te responden: Estamos a tus órdenes? ¿Quién infundió
sabiduría en el ibis, o dio al gallo entendimiento? ¿Quién tiene sabiduría para
contar las nubes? Job 38:32-37.
Con demasiada
frecuencia queremos ver cómo el Señor llevará a cabo su Palabra. Comenzamos a
calcular, como los discípulos, que doscientos denarios de pan no serán
suficientes para la multitud, y en cuanto a unos pocos peces, no podemos creer
que sirvan de algo entre tantos. Por supuesto, si tenemos que diseñar de
acuerdo a las leyes de la mecánica, tenemos que calcular nuestras fuerzas y
medios de demanda en proporción a los resultados que se quieren producir; pero
¿por qué aplicar la línea delgada de la mecánica al Dios omnipotente? No, creo
que hacemos algo peor, porque no realizamos nuestros cálculos de manera
correcta con respecto a la obra del Señor, si lo hiciéramos, calcularíamos que
dada la omnipotencia, ya no existen las dificultades y las imposibilidades han
desaparecido. Si en realidad el Señor es todopoderoso, entonces, ¿cómo nos
atrevemos a cuestionar las formas y los medios? Las formas y los medios son
asunto suyo y no nuestro y con él nunca debieran surgir preguntas así.
A través de la Biblia en un año: Gálatas
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