“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y
adarga es su verdad”. Salmo 91:4.
¡Qué símil más
condescendiente! Como una gallina protege sus pollos, y les permite cobijarse
bajo sus alas, así el Señor defenderá su pueblo, y les permitirá esconderse en
Él. ¿No hemos visto a los polluelos asomarse por debajo de las alas de su
madre? ¿No hemos oído su pequeño grito de gozo y contentamiento? De la misma
manera refugiémonos en Dios y sentiremos una paz sobreabundante sabiendo que Él
nos guarda.
Mientras que el Señor nos
cubre, tenemos confianza. Sería de extrañar que no fuera así. ¿Cómo podemos
desconfiar de Jehová cuando Él mismo viene a ser casa y hogar, refugio y
descanso para nosotros?
Siendo así podemos salir
a la guerra en su nombre, gozándonos del mismo cuidado guardián. Necesitamos
escudo y adarga, y cuando confiamos del todo en Dios, así como el polluelo
confía en la gallina, encontramos que su verdad nos arma de pies a cabeza. El
Señor no puede mentir; tiene que ser fiel a su pueblo; su promesa tiene que
permanecer. Esta verdad segura es el único escudo que necesitamos. Detrás de Él
podemos desafiar todos los dardos del enemigo.
¡Ven, alma mía, escóndete
bajo alas tan grandes, desaparece entre esas plumas tan suaves! ¡Qué contenta
estás!
No hay comentarios:
Publicar un comentario