Versículo para hoy:

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.Mt. 10.38; Lc. 14.27. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará.Mt. 10.39; Lc. 17.33; Jn. 12.25.” -Lucas 9:23-24

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viernes, 21 de diciembre de 2018

DICIEMBRE 21

“Él tornará, Él tendrá misericordia de nosotros; Él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados”. Miqueas 7:19.


Dios nunca deja su amor, pero pronto deja su ira. Su amor a sus escogidos está en conformidad con su carácter; su ira está en conformidad con su posición: ama porque es amor, se enoja porque es necesario para nuestro bien. Él volverá al lugar donde su corazón descansa, a saber, en su amor a los suyos, y entonces Él tendrá compasión de nuestros dolores y les pondrá fin.

¡Qué promesa tan excelente es esta; “Él sujetará nuestras iniquidades!” Él las vencerá. Procuran hacernos esclavos, pero el Señor nos dará la victoria sobre ellas, por su propia diestra. Como los cananeos, serán vencidas, puestas bajo el yugo y, finalmente, destruidas.

¡Del mismo modo cuán gloriosamente es quitada la culpabilidad de nuestros pecados! “Todos nuestros pecados”, sí, todo el ejército de ellos, los “echará” (sólo un brazo omnipotente podría hacer tal maravilla) “en los profundos de la mar”. Donde se hundieron Faraón y sus carros. No los echará en agua poco profunda, de donde podrían subir con la marea, sino que serán precipitados en los “profundos de la mar”. Han desaparecido todos. Como piedra descendieron a los profundos. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

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