“Y te daré a este pueblo por fuerte muro de bronce, y pelearán contra ti,
y no te vencerán: porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte,
dice Jehová”. Jeremías 15:20.
La constancia en el temor
y en la fe de Dios hará que un hombre sea como un fuerte muro de bronce, que
ninguno puede derribar o romper. Sólo el Señor puede hacer tales hombres; pero
los necesitamos en la iglesia y en el mundo, pero especialmente en el púlpito.
Este siglo de engaños
peleará con dientes y con uñas en contra de los hombres inflexibles de verdad.
Parece que no hay nada que tanto ofenda a Satán y su simiente como la
resolución. Atacan a la firmeza santa como los asirios cercaban ciudades
amuralladas. El gozo es que no pueden prevalecer en contra de los que Dios ha
fortalecido con su fuerza. Algunos llevados de acá para allá de cada viento de
doctrina, solamente con un soplo se marchan; pero los que aman las doctrinas de
la gracia, porque poseen la gracia de la doctrina, se mantienen como rocas en
medio de mares impetuosos.
¿De dónde viene esta
firmeza? “Yo estoy contigo, dice Jehová”: esta es la respuesta verdadera.
Jehová salvará y librará a los fieles de todas las asechanzas del enemigo.
Ejércitos están en contra de nosotros, pero Jehová de los ejércitos está con
nosotros. No podemos ceder ni una pulgada, porque el Señor nos mantiene en
nuestro lugar, y allí estaremos para siempre.
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