“El pequeño será por mil, el menor por gente fuerte. Yo Jehová a su tiempo
haré que esto sea presto”. Isaías 60:22.
El trabajo para el Señor
muchas veces empieza en pequeña escala, y no es peor por eso. La flaqueza educa
la fe acerca de Dios y trae gloria a su nombre. Apreciemos las promesas de
crecimiento. El grano de mostaza es la más pequeña de todas las simientes y sin
embargo se hace árbol, y vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Podemos empezar con uno, y ese “un pequeño”, y con todo, “será por mil”. El
Señor es grande en multiplicar. ¡Cuántas veces decía a su siervo aislado: “Te
multiplicaré”! Confiad en el Señor vosotros que sois pocos; porque Él estará en
medio de vosotros si estáis consagrados en su nombre.
“El menor”. ¡Quién puede
ser más despreciado a los ojos de los que toman cuenta de individuos y de
fuerzas! Sin embargo, este es el núcleo de una nación grande. Al anochecer sale
primero una estrella, pero pronto el cielo está cubierto de luces innumerables.
Y no pensemos que la
esperanza del crecimiento es lejana, porque la promesa es: “Yo Jehová a su
tiempo haré que esto sea presto”. No habrá precipitación prematura, como vemos
algunas veces en reuniones sensacionales; será a su tiempo; sin embargo, no
habrá tardanza. Cuando el Señor se apresura, su prontitud es gloriosa.
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