Versículo para hoy:

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.Mt. 10.38; Lc. 14.27. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará.Mt. 10.39; Lc. 17.33; Jn. 12.25.” -Lucas 9:23-24

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viernes, 7 de septiembre de 2018

SEPTIEMBRE 7

“Y será, que donde se les ha dicho: Vosotros no sois mi pueblo, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente”. Oseas 1:10.

La gracia soberana puede hacer de extraños, hijos, y el Señor aquí declara su propósito de obrar así con los rebeldes y hacerles saber lo que Él ha hecho. Querido lector, el Señor ha hecho esto en mi caso; ¿ha hecho lo mismo por ti? Entonces unamos las manos y los corazones para alabar su nombre adorable.

Algunos de nosotros éramos tan determinadamente impíos que la palabra del Señor decía en verdad a nuestra conciencia y corazón: “Vosotros no sois mi pueblo”. En la casa de Dios, y en nuestros propios hogares, cuando leíamos la Biblia, esta era la voz del Espíritu de Dios en nuestras almas: “Vosotros no sois mi pueblo”. En verdad que era una voz triste y condenatoria. Pero ahora en los mismos sitios, por el mismo ministerio y Escritura, oímos una voz que dice: “Sois hijos del Dios viviente”. ¿Podemos agradecer esto tanto como debiéramos? ¿No es de admirar? ¿No nos da esperanza de otros? ¿Quién está fuera del alcance de la gracia omnipotente? ¿Cómo podemos desesperar de nadie, ya que el Señor ha obrado un cambio tan maravilloso en nosotros?

El que ha guardado esta primera grande promesa, guardará todas las demás; por lo tanto, sigamos adelante con cánticos de adoración y confianza.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

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