Versículo para hoy:

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.Mt. 10.38; Lc. 14.27. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará.Mt. 10.39; Lc. 17.33; Jn. 12.25.” -Lucas 9:23-24

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viernes, 14 de septiembre de 2018

SEPTIEMBRE 14

“Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman”. Santiago 1:12.


Sí, él es bienaventurado mientras sufre la tentación. Nadie puede ver esto hasta que sus ojos han sido ungidos con colirio divino. Pero tiene que sufrirla sin rebelarse contra Dios, o apartarse de su integridad. Es bienaventurado el que ha pasado por el fuego y no ha sido consumido como metal falso.

Cuando ha terminado la prueba, entonces viene la marca de la aprobación divina: “la corona de vida”. Como si el Señor dijera: “Que viva; ha sido pesado en balanza y no es hallado falto”. La vida es el galardón: no la mera existencia, sino una existencia santa, feliz y verdadera, la realización del divino propósito tocante a nosotros. Ya una forma más elevada de vida espiritual y de felicidad corona a los que han pasado sin daño por las pruebas más duras de la fe y el amor.

El Señor ha prometido la corona de vida a los que le aman. Solamente los que aman al Señor pueden mantenerse firmes en la hora de la prueba; los demás, o se hundirán, o se enojarán, o se escaparán furtivamente al mundo. Ven, alma mía, ¿amas a tu Señor? ¿Verdaderamente? ¿Profundamente? ¿Enteramente? Entonces ese amor será probado; pero muchas aguas no lo apagarán, ni ríos lo ahogarán. Señor, haz que tu amor fomente el mío hasta el fin.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

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