“Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para cuidar de hacer conforme
a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó: no te apartes de ella ni a diestra
ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres”.
Josué 1:7.
Sí, el Señor estará con
nosotros en nuestra guerra santa, pero Él demanda de nosotros que sigamos sus
reglas exactamente. Nuestras victorias dependerán mucho en si nosotros le
obedecemos con todo nuestro corazón, poniendo fuerza y valor en las
acciones de nuestra fe. Si somos tibios de corazón, no podemos esperar más que
media bendición.
Tenemos que obedecer al
Señor con cuidado y meditación. La frase aquí usada es “cuidar de
hacer”, y está llena de significación. Esto se refiere a toda parte de la
voluntad divina; tenemos que obedecer con prontitud universal. Nuestra
regla de conducta es “conforme a toda la ley”. No podemos elegir, sino que
tenemos que tomar los mandamientos del Señor tal como vienen, uno y todos. En
todo esto tenemos que seguir con exactitud y constancia. Nuestro
camino tiene que ser sin rodeos, que no se tuerza a la diestra ni a la
siniestra. No hemos de cometer el error de ser más severos que la ley, ni por
liviandad volvernos a un camino más fácil y libre. Con una obediencia tal
vendrá más prosperidad espiritual. ¡Oh, Señor, ayúdanos a ver si no será así!
No experimentaremos tu promesa en vano.
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