“Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas”. Nahum
1:13.
Permitió Dios que el
asirio oprimiera a su pueblo por algún tiempo, pero llegó la hora cuando su
poder tenía que ser quebrantado. Así muchos corazones están presos por Satán, y
se impacientan dolorosamente bajo el yugo. ¡Oh, que ahora venga a tales presos
la esperanza, la palabra del Señor, conforme al versículo: “Ahora quebraré su
yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas”!
¡Mira! El Señor te
promete una salvación presente: “Ahora quebraré su yugo de sobre ti”.
Cree en la libertad inmediata, y conforme a tu fe así te será hecho en esta
misma hora. Cuando Dios dice “ahora”, que ninguno diga “mañana”.
Mira qué completo ha de
ser tu socorro; porque el yugo no va a ser quitado, sino quebrantado; y tus
coyundas no serán desatadas, sino rotas. Aquí tenemos una manifestación del
poder divino que garantiza que el opresor no volverá otra vez. Su yugo es
quebrantado, no podemos ser agobiados otra vez por su peso. Sus coyundas son
rotas, no más pueden retenernos. ¡Oh, si creyésemos en Jesús para obtener una
completa y eterna emancipación! “Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente
libres”. Ven, Señor, y liberta tus cautivos, según tu palabra.
FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe –
Charles H. Spurgeon.
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