“E Israel, fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de
vino; también sus cielos destilarán rocío”. Deuteronomio 33:28.
Cuanto más solos
habitemos, más seguros estaremos. Dios quiere que su pueblo sea apartado de los
pecadores. Su invitación a ellos es: “Salid de en medio de ellos”. Un mundo
cristiano es una cosa tan extraña, que las Escrituras ni aun la imaginan. Un
cristiano mundano está enfermo espiritualmente. Los que se comprometen con los
enemigos de Cristo, pueden ser contados entre ellos.
Nuestra seguridad se
halla, no en entrar en pactos con el enemigo, sino en habitar solos con nuestro
mejor Amigo. Si así lo hacemos, habitaremos confiados, no obstante los
sarcasmos, las calumnias y los desprecios del mundo. Estaremos libres de la
influencia perniciosa de su incredulidad, su orgullo, su vanidad y su
corrupción.
Dios hará que habitemos
confiados solos en aquel día cuando las naciones serán visitadas por el pecado
con guerras y con hambre.
El Señor trajo a Abraham
de Ur de los caldeos, pero se quedó a medio camino. No tuvo él bendición hasta
que, partiendo para la tierra de Canaán, a la tierra de Canaán llegó. Estaba
seguro solo, aunque en medio de enemigos. Lot no estaba seguro en Sodoma aunque
se hallaba entre amigos.
Nuestra seguridad
consiste en habitar aparte con Dios.
FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe –
Charles H. Spurgeon.
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