"Para que todos sean uno, como tu, Padre en mi y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros", Juan 17:21
Sí estas atravesando un camino solitario, lee Juan 17 que te explica de manera contundente la razón por la
que te encuentras así. Jesús ha orado para que seas uno con el Padre, como Él lo es. ¿Le estás ayudando a
Dios a contestar esa oración, o tienes otra meta para tu vida? Debido a que te convertiste en su discípulo,
no puedes ser independiente como lo eras antes. Juan 17 nos revela que el propósito de Dios no es
responder nuestras oraciones, sino que por medio de ellas podamos discernir su mente. Sin embargo, Él
debe responder la oración de Jesús: "Para que sean uno, así como nosotros somos uno", Juan 17:22.
¿Estamos tan cerca de Jesucristo que somos uno con Él?
A Dios no le interesan nuestros planes. Él no pregunta: "¿Quieres vivir la pérdida de una ser querido, esta
dificultad o esta frustración?" No, Él permite estas situaciones porque tiene un propósito con ellas. Las
circunstancias que estamos viviendo nos están haciendo hombres y mujeres mejores, más amables y
nobles; o más severos y criticones, más obstinados en nuestros propios caminos. Las circunstancias que vivimos nos vuelven malvados o santos, lo cual depende por completo de cuan íntima es nuestra relación
con Dios. Si decimos: "Hágase tu voluntad", Mateo 26:42, Juan 17 nos animará y consolará porque
sabemos que nuestro Padre está actuando de acuerdo con su sabiduría. Cuando entendemos lo que Él está
buscando, dejamos de ser mezquinos y cínicos. Lo que Jesús oró fue nada menos que nosotros vivamos
completamente unidos a Él, así como Él es uno con el Padre. Algunos estamos lejos de esa unidad, pero
Dios no dejará de tratar con nosotros hasta que seamos uno con Él, porque Jesús oró para que así fuera.
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