“Y yo los fortificaré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová”.
Zacarías 10:12.
Este es un consuelo para
los santos que están enfermos. Han desmayado y temen que nunca se levantarán
del lecho de la duda y del temor; pero el gran Médico puede hacer desaparecer
la enfermedad y a la vez quitar la debilidad que ha resultado de ella. Esto lo
hará de la mejor manera posible, porque será “en Jehová”. Es mucho mejor que
nuestra confianza esté en Dios, que en nosotros mismos. Si está en Dios,
produce comunión; si en nosotros, causaría orgullo. En nosotros sería
tristemente limitada, pero en Dios no tiene límites.
Cuando se le da
fortaleza, el creyente la usa. Camina en el nombre del Señor. ¡Qué gozo es
pasearnos después de una enfermedad, y confortarnos en el Señor después de un
tiempo de abatimiento! El Señor permite a su pueblo caminar, y les da lugar
para ejercer esa libertad. Él nos hace caballeros: no somos esclavos que nunca
tienen descanso, ni ven nada, sino libres para viajar con comodidad por todas
partes de la tierra de Emmanuel.
Ven, alma mía, no estés
más enferma ni triste. Jesús te manda que te esfuerces, y que andes con tu Dios
en santa contemplación. Obedece su palabra de amor.
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