Versículo para hoy:

lunes, 12 de febrero de 2024

FEBRERO 10 - Nuevas Misericordias Cada Mañana - Paul David Tripp

 Nunca habrá un día cuando no lo necesites; nunca habrá una situación cuando no lo requieras. ¿Qué es? El poder de Jesús.

Sabía que solo existía una forma de ayudarlo. Era la única forma, pues no quería mi ayuda. Solo tenía cuatro años y ya había comenzado a negar sus debilidades. Deseaba desesperadamente ser independiente, fuerte y sabio, pero no lo era. Quería creer que no necesitaba las palabras sabias y los brazos fuertes de un padre, pero los necesitaba. Quería creer que sabía más de lo que realmente sabía y que tenía más aptitud de la que realmente tenía. Así que rechazó mi crianza una vez más. Fue entonces que lo entendí; necesitaba experimentar su debilidad para que entonces me buscara, pidiendo protección. Así que me alejé. No, no me alejé porque estuviera molesto con él o porque esa fuera la mejor manera de castigarlo. Me alejé porque lo amaba y era la mejor forma en la que él buscaría y apreciaría mi amor. Sabía lo que pasaría. Sabía que no podría hacerlo, sin importar qué tan fuerte luchara por ser independiente. Sabía que, en algún momento, se rendiría, admitiría su debilidad y buscaría mi ayuda.
Cerca de media hora después, escuché el plick-plock de sus pequeños pies al caminar por el pasillo. Se asomó por la esquina y dijo: "No puedo hacerlo". "¿Qué quieres que haga papá por tí?", le contesté. Y entonces, dijo las palabras precisas nacidas de su corazón: "Necesito tu ayuda".
Ni tú ni yo fuimos creados para ser independientes. Fuimos creados para ser dependientes de Dios. Añade a esto el hecho de que el pecado nos ha dejado quebrantados y débiles. Todos necesitamos una fuerza ajena a nosotros y un poder que jamás seríamos capaces de conseguir por cuenta propia. Dios, en Su gracia, nos otorga Su poder en la persona del Espíritu Santo, el cual vive dentro de cada uno de Sus hijos. No nos deja solos en nuestra propia fuerza (ver Efesios 3:20-21). Nos recuerda quiénes somos, qué necesitamos y qué hemos recibido. Dios dejará que experimentemos nuestras debilidades para que busquemos y celebremos la fortaleza que solo encontraremos en Él. Cuando Dios hace esto, no lo hace en un acto de enojo, sino en respuesta a Su tierna gracia paternal -la clase de gracia que tú y yo necesitamos hasta que haya terminado su obra.
Para profundizar y ser alentado: 2 Corintios 12:1-10

No hay comentarios: