Versículo para hoy:

miércoles, 10 de julio de 2024

GUARDANDO EL CORAZÓN - JOHN FLAVEL

 
3- TIEMPOS QUE REQUIEREN UN CUIDADO ESPECIAL DEL CORAZÓN

8. EL TIEMPO DE GRANDES PRUEBAS

EN CUARTO LUGAR, pensemos lo deseable que es para un cristiano vencer estas malas inclinaciones.

Esto produce una felicidad mucho mayor; es mucho mejor mortificar y subyugar los sentimientos que no son santos que el dar cabida a ellos.

Cuando en nuestro lecho de muerte lleguemos al punto de revisar con calma nuestra vida, será de consuelo recordar la conquista que hicimos sobre los sentimientos depravados de nuestro corazón. Un dicho memorable del emperador Valentino, cuando iba a morir fue: "De entre todas mis conquistas, hay una que ahora me consuela". Al ser preguntado de cuál se trataba, contestó: "He vencido a mi peor enemigo, ¡mi pecaminoso corazón!"

EN QUINTO LUGAR, avergoncémonos contemplando el carácter de aquellos que han sido más eminentes en mansedumbre y sumisión.

Sobre todo, comparemos nuestro temperamento con el Espíritu de Cristo. Él dijo "aprended de mí, que soy manso y humilde". Se dice de Calvino y Ursino, que, aunque ambos tenían naturaleza colérica, habían cultivado y absorbido la mansedumbre de Cristo de tal manera, que no pronunciaban una palabra inadecuada ni bajo las mayores provocaciones. E incluso muchos paganos han manifestado una gran moderación y aguante bajo sus aflicciones más severas. ¿No es una vergüenza y un reproche que nosotros quedemos deshechos por ellas?

EN SEXTO LUGAR, evitemos cualquier cosa que esté calculada para irritar nuestros sentimientos.

El apartarnos del camino del pecado tanto como podamos es el verdadero valor espiritual. Si podemos evitar lo que nos excita a sentimientos rebeldes e impetuosos, o conseguimos capturarlos en su inicio, tendremos poco que temer.

Los primeros movimientos del pecado común son comparativamente débiles, y ganan fuerza gradualmente. Pero en tiempos de prueba el movimiento del pecado es más fuerte al principio, el temperamento insumiso irrumpe repentina y violentamente. Sin embargo, si lo soportamos al principio con resolución, cederá y tendremos la victoria.

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