Versículo para hoy:
sábado, 29 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 29
“Él me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber”. Juan
16:14.
El Espíritu Santo no
puede glorificar al Señor Jesús mejor que mostrándonos las cosas de Cristo.
Jesús es su propia y mejor recomendación. No se le puede adornar sino con su
propio oro.
El Consolador nos muestra
lo que Él ha recibido de nuestro Señor Jesús. Nunca vemos nada acertadamente
hasta que Él lo revela. Él tiene una manera especial de abrir los
entendimientos y de abrir las Escrituras, y por estos dos procesos presenta a
nuestro Señor a nuestra vista. Hay mucho arte en la manera de presentar un
asunto, y ese arte pertenece en el más alto grado al Espíritu de Verdad. Él nos
presenta las cosas como son. Este es un privilegio grande, como lo saben los
que han gozado de esta misión santificada.
Busquemos la iluminación
del Espíritu; no tanto para satisfacer nuestra curiosidad, o para traernos
consuelo personal, sino más bien para glorificar al Señor Jesús. ¡Oh, si
tuviésemos ideas dignas de Él! Conceptos bajos deshonran a nuestro precioso
Señor. ¡Oh, si tuviésemos impresiones tan vívidas de su persona, obra y gloria
que clamásemos en su alabanza, con el corazón y el alma! Donde hay un corazón
enriquecido por la enseñanza del Espíritu Santo, allí será glorificado el
Salvador indeciblemente. Ven, Espíritu Santo, luz divina, y muéstranos a Jesús
nuestro Señor.
viernes, 28 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 28
“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios”. Hebreos 4:9.
Dios ha provisto un
reposo, y algunos tienen que entrar en él. Aquellos a quienes primero fue
anunciado no entraron por causa de incredulidad; por tanto, ese Sábado queda
para el pueblo de Dios. De esto cantó David; pero tuvo que tocar en tono menor,
porque Israel rehusó el reposo de Dios. Josué no lo pudo dar, ni lo dio Canaán;
queda para los creyentes.
Vengamos, pues, y
procuremos entrar en este reposo. Dejemos el trabajo cansado del pecado y del egoísmo.
Dejemos toda confianza aún en esas obras de las cuales se podrían decir “son
buenas en gran manera”. ¿Tenemos tales obras? Aunque así sea, reposemos de
nuestras propias obras, como lo hizo Dios de las suyas. Hallemos ahora solaz en
la obra consumada por nuestro Señor Jesús. Todo está completamente hecho; la
justicia no demanda más. Una paz grande es nuestra porción en Cristo Jesús.
En cuanto a asuntos de la
providencia, la obra de gracia en el alma y la obra del Señor en las almas de
otros, echemos estas cargas sobre el Señor y descansemos en Él. Cuando el Señor
nos da un yugo que llevar, lo hace de modo que llevándolo hallemos reposo. Por
fe procuramos entrar en el reposo de Dios y renunciamos a todo reposo en la
satisfacción egoísta, o en la indolencia. El mismo Jesús es el perfecto reposo,
y en Él estamos llenos de reposo hasta los bordes.
jueves, 27 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 27
“Tú, pues, alumbrarás mi lámpara”. Salmo 18:28.
Tal vez mi alma está
sentada en tinieblas; y si estas son tinieblas espirituales, ningún poder
humano me puede dar luz. ¡Bendito sea Dios! Él puede alumbrar mis tinieblas, y
en un momento encender mi lámpara. Aunque esté rodeado de tinieblas “tales que
puedan palparse”, sin embargo Él puede disipar la oscuridad y en seguida
esparcir luz alrededor de mí.
La misericordia es que si
Él alumbra la lámpara nadie la podrá apagar, ni se apagará por falta de aceite,
ni se consumirá con el transcurso del tiempo. Las luces que el Señor encendió
en el principio brillan todavía. Las lámparas del Señor tal vez necesiten ser
arregladas, pero Él no las apaga.
Entonces cante yo en la
oscuridad como el ruiseñor. La expectación me proveerá de música y la esperanza
elevará el cántico. Pronto me regocijaré en la lámpara alumbrada por Dios.
Ahora me siento pesado y triste. Tal vez es el tiempo, o debilidad corporal, o
la tribulación de una prueba repentina; pero cualquiera que sea la causa de la
oscuridad, es solamente Dios quien puede dar luz. Mis ojos solamente miran a
Él. Pronto tendré la lámpara del Señor arrojando su luz alrededor de mí; y más
allá en su tiempo propio y bueno, estaré donde no tienen necesidad de lámpara,
ni de la luz del sol. ¡Aleluya!
miércoles, 26 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 26
“He aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las
gentes”. Números 23:9.
¿Quién desearía habitar
entre las naciones, y ser contado entre ellas? Aun la iglesia que profesa ser
cristiana, es tal, que es muy difícil seguir al Señor enteramente dentro de sus
límites. Hay tal mezcla y confusión en ella, que muchas veces uno suspira por
una cabaña en algún vasto desierto.
Cierto es que el Señor
desea que su pueblo siga un camino separado en cuanto al mundo, y salir de en
medio de él determinada y distintamente. Somos separados por el decreto, la
redención y la vocación divina, y nuestra experiencia íntima nos ha hecho muy
diferentes de los hombres del mundo; y por lo tanto, nuestro lugar no es en su
Feria de Vanidad, ni en su Ciudad de Destrucción, sino en el camino angosto
donde todos los peregrinos verdaderos siguen a su Señor.
Esto debe hacer que no
sólo nos resignemos a la indiferencia y a los desprecios de los hombres, sino
que los aceptemos con gusto como parte de nuestra porción en el pacto. Nuestros
nombres no están en el mismo libro, no somos de la misma simiente, no vamos al
mismo sitio, ni estamos confiando en el mismo guía, por lo tanto está bien que
no seamos de su número. Solamente que seamos hallados entre el número de los
redimidos, y estamos contentos de ser extraños y solitarios hasta el fin.
martes, 25 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 25
“Si Jehová nos quisiera matar, no tomara de nuestras manos el holocausto y
el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas”. Jueces 13:23.
Esta es una clase de
promesa deducida por la lógica. Es una deducción acertadamente sacada de datos
probados. No era verosímil que el Señor revelase a Manoa y a su esposa que les
nacería un hijo, y con todo tuviera en su corazón la idea de matarlos. La
esposa razonó bien, y nosotros haremos bien si seguimos su manera de
argumentar. El Padre ha aceptado el gran sacrificio del Calvario y se ha
declarado satisfecho con él; ¿cómo es posible que ahora nos quiera matar? ¿por
qué un sustituto si el pecador tiene aún que perecer? El sacrificio aceptado de
Jesús pone fin al temor.
El Señor nos ha mostrado
nuestra elección, nuestra adopción, nuestra unión con Cristo, nuestras bodas
con el Bien Amado; ¿cómo puede ahora destruirnos? Las promesas están cargadas
de bendiciones que requieren nuestra preservación a la vida eterna. No es
posible que el Señor nos deseche, y al mismo tiempo cumpla su pacto. Lo pasado
nos da seguridad y el futuro nos la vuelve a dar. No moriremos, sino que
viviremos; porque hemos visto a Jesús, y en Él hemos visto al Padre por la
iluminación del Espíritu Santo. A causa de esta vista vivificante tenemos que
vivir eternamente.
lunes, 24 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 24
“Y será que toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren
estos dos arroyos, vivirá”. Ezequiel 47:9.
Las aguas de vida en la
visión del profeta descendían al Mar Muerto, y llevaban vida con ellas aun a
aquel lago estancado. Donde va la gracia, allí la vida espiritual es la
inmediata y eterna consecuencia. La gracia procede conforme a la voluntad de
Dios, así como un río en todos sus rodeos sigue su propia y buena voluntad; y
donde quiera que entra, no espera para que la vida venga a él, sino que crea la
vida por su propia corriente vivificante. ¡Oh, que se derrame por nuestras
calles e inunde nuestros distritos pobres! ¡Oh, que entre ahora en mi casa y
suba hasta anegar todas las habitaciones! Señor, que el agua de vida alcance en
su corriente a mi familia y a mis amigos, y que no pase dejándome a mí
a un lado. Espero que ha he bebido de ella; pero deseo bañarme en ella, sí y
nadar en ella. Oh, mi Salvador, necesito la vida en más abundancia. Ven a mí,
te ruego, hasta que cada parte de mi naturaleza sea vivamente enérgica e
intensamente activa. Dios viviente, te ruego que me llenes de tu propia vida.
Soy una rama pobre y
seca; ven y vivifícame, para que, como la vara de Aarón, brote, eche flores y
lleve fruto a tu gloria. Vivifícame, por el amor de mi Señor Jesús. Amén.
domingo, 23 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 23
“Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada
entre las gentes, como se zarandea el grano en un harnero y no cae un granito
en la tierra”. Amós 9:9.
Aún sigue el trabajo de
zarandear. Donde quiera que vayamos, aún somos limpiados y cernidos. En todas
las naciones el pueblo de Dios es probado “como se zarandea el grano en un
harnero”. Algunas veces el diablo tiene el harnero, y nos zarandea muy de
prisa, con el vivo deseo de hallarse libre de nosotros para siempre. La
incredulidad no es lenta para agitar nuestro corazón y entendimiento con sus
temores inquietos. El mundo echa una mano deseosa del mismo trabajo y nos agita
a la derecha y a la izquierda con gran vigor. Y lo peor de todo, la iglesia,
apóstata en gran parte como es, se presenta para dar una fuerza más furiosa al
trabajo de zarandear.
¡Bien! ¡Bien! Que siga.
Así la paja es separada del trigo. Así el trigo es limpiado del polvo y de la
paja. ¡Y cuán grande es la misericordia que nos es prometida en el versículo:
“No cae un granito en la tierra”! Todo lo que es bueno, verdadero y bondadoso,
será preservado. Ni uno de los creyentes más pequeños será perdido, ni ningún
creyente, perderá cualquiera cosa que se pueda llamar una pérdida. Seremos tan
guardados en el zarandeo que será una verdadera ganancia para nosotros por
Cristo Jesús.
sábado, 22 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 22
“Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de
ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará
grande navío”. Isaías 33:21.
El Señor nos será el
mayor bien sin ninguna de las desventajas que necesariamente parecen acompañar
las mejores cosas terrestres. Si una ciudad es favorecida con ríos anchos, está
expuesta a ser atacada por galeras y otros buques de guerra. Pero cuando el
Señor manifiesta la abundancia de su bondad bajo esta figura, Él se toma el
cuidado de excluir expresamente el temor que la metáfora pudiera sugerir.
¡Bendito sea su amor perfecto!
Señor, si Tú me mandas
riquezas como ríos grandes, no permitas que la galera suba en forma de amor al
mundo o de orgullo. Si Tú me concedes salud en abundancia y un genio alegre, no
permitas que el “gallardo navío” del reposo carnal suba por el río caudaloso.
Si tengo buen éxito en el servicio santo, tan ancho como el Rhin alemán, que nunca
halle la galera de la vanidad y de la confianza en mí mismo, flotando sobre las
olas de mi utilidad. Si fuese yo tan sumamente feliz que gozase de la luz de tu
rostro año tras año, que nunca desprecie a tus santos débiles, ni permita que
la vana idea de mi propia perfección suba por los ríos anchos de mi completa
seguridad. Señor dame esa bendición que enriquece, y no añade tristeza, ni
ayuda al pecado.
viernes, 21 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 21
“Sabiendo que la tribulación produce paciencia”. Romanos 5:3.
Esta es una promesa en
esencia si no en forma. La paciencia nos es necesaria, y aquí vemos la manera
de alcanzarla. Solamente por el sufrimiento aprendemos a sufrir, así como
nadando se aprende a nadar. No podíamos aprender este arte en tierra firme, ni
aprender la paciencia sin la tribulación. ¿No vale la pena sufrir la
tribulación para ganar esa hermosa serenidad de ánimo que tranquilamente se
somete a toda la voluntad de Dios?
Sin embargo, nuestro
versículo demuestra una verdad singular, que no es según la naturaleza, sino
sobrenatural. La tribulación en sí produce petulancia, incredulidad y rebelión.
Es solamente por la alquimia sagrada de la gracia por la que se produce en
nosotros la paciencia. No trillamos el trigo para asentar el polvo; pero en la
era de Dios el trillo de la tribulación así lo hace. No lanzamos a un hombre de
uno y de otro lado para hacerle descansar, sin embargo, el Señor obra así con
sus hijos. En verdad esto no es el modo de obrar de los hombres, pero redunda
grandemente en gloria de nuestro todo sabio Dios.
¡Oh si tuviese gracia
para que mis tribulaciones me bendijesen! ¿Por qué quisiera yo detener su
operación benigna? Señor, te pido que quites mi aflicción, pero te ruego diez
veces más que quites mi impaciencia. Precioso Señor Jesús, graba con tu cruz la
imagen de tu paciencia en mi corazón.
jueves, 20 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 20
“Tu pueblo serálo de buena voluntad en el día de tu poder”. Salmo 110:3.
¡Bendito sea el Dios de
la gracia que así es! Tiene un pueblo al cual escogió en otro tiempo para ser
su especial porción. Estos por naturaleza tienen una voluntad tan rebelde como
los demás de los hijos incorregibles de Adán; pero cuando llega el día de su poder
y la gracia despliega su omnipotencia, tienen buena voluntad para arrepentirse
y creer en Jesús. Ninguno se salva de mala voluntad; la voluntad cede
dulcemente por sí misma. ¡Qué poder tan maravilloso es este, que nunca obra en
contra de la voluntad y sin embargo la gobierna! Dios no rompe la cerradura,
sino que la abre con una llave maestra que sólo Él puede manejar.
Ahora estamos prontos a
ser, hacer, o sufrir lo que el Señor quiera. Si en cualquier momento nos
rebelamos, no tiene Él más que venir con poder, y enseguida corremos por el
camino de sus mandamientos con todo nuestro corazón. ¡Que este sea un día de
poder conmigo en cuanto a algún esfuerzo que haga para la gloria de Dios y el
bien de mis semejantes! Señor, tengo voluntad; ¿no puedo esperar que este sea
un día de tu poder? Estoy del todo a tu disposición; deseoso, sí, ansioso, de
que te sirvas de mí para tus intereses santos. ¡Oh, Señor! Que no tenga yo que
clamar: “tengo el querer, mas el efectuar el bien no lo alcanzo”; dame el poder
como me das la voluntad.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 19
“Jehová en medio de ti, poderoso, Él salvará; gozaráse sobre ti con
alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar”. Sofonías 3:17.
¡Qué palabra es esta!
¡Jehová Dios en medio de su pueblo en toda la majestad de su poder! Su
presencia es suficiente para inspirarnos paz y esperanza. Tesoros de poder
infinito están guardados en nuestro Jehová, y Él mora en su iglesia, por lo
tanto su pueblo puede prorrumpir en gritos de alegría.
No sólo tenemos su presencia,
sino que Él está ocupado en su trabajo excelente de salvación: “Él salvará”.
Siempre está salvando; de esto toma su nombre Jesús. No temamos ningún peligro,
porque es poderoso para salvar.
Y esto no es todo. Él
siempre permanece el mismo; Él ama, Él calla de amor, Él no cesará de amar. Su
amor le da gozo. Aun encuentra un tema para una canción en su amada. Esto es
sumamente maravilloso. Cuando Dios acabó la creación, no cantó, sino solamente
dijo “que todo era bueno”; pero cuando vino a la redención, entonces la Santa
Trinidad sintió un gozo que tenía que ser expresado en canción. ¡Piensa en esto
y asómbrate! Jehová Jesús canta una canción de boda sobre su esposa elegida.
Ella es para Él su amor, su gozo, su descanso, su canción. Oh, Señor Jesús, por
tu amor inmenso, enséñanos a amarte, a regocijarnos en ti y a cantarte nuestro
salmo de vida.
martes, 18 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 18
“Y a Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará confiado cerca de él;
cubrirálo siempre, y entre sus hombros morará”. Deuteronomio 33:12.
Sí, no hay seguridad como
la de habitar confiado cerca de Dios. El Señor no puede hallar un sitio más
firme o seguro para sus más amados. ¡Oh, Señor! Haz que more siempre bajo tu
sombra, cerca de tu costado herido. Yo quisiera vivir más y más cerca de ti,
Señor mío; y una vez que estuviese especialmente cerca de ti, allí quisiera
habitar para siempre.
¡Qué protección es la que
el Señor da a sus escogidos! No es un techo bueno el que te cubrirá, ni una
barbacana que está a prueba de bomba, ni aun el ala de un ángel, sino el mismo
Jehová. Nada puede llegar a nosotros cuando estamos así cubiertos. El Señor nos
concederá esta protección todo el día, por largo que sea. Señor, que en este
día habite yo conscientemente bajo este pabellón de amor y de poder soberano.
¿Significa la tercera
frase que el Señor en su templo habitaría entre los montes de Benjamín, o que
el Señor estaría allí donde la carga de Benjamín estuviese puesta, o significa
que somos llevados sobre los hombros del Eterno? En todo caso el Señor es el
sostén y la fortaleza de sus santos. Señor, haz que siempre goce de tu ayuda, y
entonces mis brazos serán suficientes para mí.
lunes, 17 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 17
“El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano”. Salmo
92:12.
Estos árboles no son
cortados y podados por los hombres; las palmeras y los cedros son “árboles de
Jehová”, y por su cuidado florecen; lo mismo sucede con los santos del Señor,
son objeto de su propio cuidado. Estos árboles están siempre verdes y son
hermosos en todas las estaciones del año. Los creyentes no son santos algunas
veces e impíos otras; se mantienen en la hermosura del Señor en todo tiempo.
Dondequiera que estén estos árboles son de admirar; nadie puede contemplar un
paisaje donde haya palmas o cedros sin fijar su atención en estas producciones
regias. Los discípulos de Jesús son observados de todos; como una ciudad
asentada sobre un monte, no se pueden esconder.

El cedro desafía todas
las tormentas y crece cerca de las nieves eternas, llenándolo de savia el mismo
Señor, que mantiene su corazón caliente y sus ramas fuertes. Señor, te ruego que
así sea conmigo. Amén.
domingo, 16 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 16
“Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente,
en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Mateo
10:42.
Pues puedo hacer tanto
como eso.
Puedo hacer una buena acción para con un siervo del Señor. El Señor sabe que
les amo a todos y consideraría una honra lavar sus pies. Por amor de su Maestro
amo a sus discípulos.
¡Cuán bondadoso es el
Señor al mencionar una acción tan insignificante: “cualquiera que diere un vaso
de agua fría solamente”! Esto lo puedo hacer por pobre que sea; esto lo puedo
hacer por humilde que sea; esto lo haré con mucho gusto. Esto que parece tan
poco, el Señor lo ve, lo ve aun cuando se haga a uno de los más pequeños de sus
discípulos. Manifiestamente no es el valor, ni el talento, ni la cantidad lo
que Él mira, sino el motivo; lo que hacemos a un discípulo porque es discípulo,
su Señor lo ve y lo recompensa. No nos recompensa por el mérito de lo que
hacemos, sino según las riquezas de su gracia.
Doy un vaso de agua fría,
y Él me hace beber del agua de la vida. Doy a uno de sus pequeñitos, y Él me
trata como a uno de ellos. Jesús halla una disculpa para su liberalidad en lo
que su gracia me ha llevado a hacer y dice: “De cierto os digo que no perderá
su recompensa”.
sábado, 15 de septiembre de 2018
EL CRISTIANO Y LA DEPRESIÓN -1- PR. SUGEL MICHELÉN
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3.
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Vida Cristiana
SEPTIEMBRE 15
“Y será aquel varón como escondedero contra el viento y como acogida
contra el turbión”. Isaías 32:2.
Todos sabemos quién es
este varón.
¿Quién podía ser sino el Segundo Hombre, el Señor del cielo, Varón de dolores,
el Hijo del hombre? ¡Qué escondedero ha sido para su pueblo! Él mismo ha
sufrido toda la fuerza del viento y así puede amparar a todos los que se
refugian en Él. Así hemos escapado de la ira de Dios, y así escaparemos de la
ira de los hombres, de los cuidados de esta vida y del temor de la muerte. ¿Por
qué nos exponemos al viento, cuando podemos tan fácilmente y tan seguramente
evitarlo escondiéndonos detrás de nuestro Señor? Que en este día corramos a Él
y estemos en paz.
Muchas veces el viento de
la aflicción se levanta con fuerza y llega a ser un turbión, que lo lleva todo
por delante. Cosas que parecían estar firmes y estables, se tambalean con el
viento, y muchas y grandes son las caídas de nuestra confianza carnal. Nuestro
Señor Jesús, el Varón glorioso, es un refugio que nunca es derribado.
Escondidos en Él, vemos pasar la tempestad arrolladora, pero nosotros mismos
descansamos en tranquila seguridad.
Coloquémonos este día en
nuestro escondedero y cantemos seguros bajo la protección de nuestro refugio:
¡Bendito Jesús! ¡Bendito Jesús! ¡Cómo te amamos! Y bien podemos, porque Tú eres
un refugio en el tiempo de la tempestad.
viernes, 14 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 14
“Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere
probado, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman”.
Santiago 1:12.
Sí, él es bienaventurado
mientras sufre la tentación. Nadie puede ver esto hasta que sus ojos han sido
ungidos con colirio divino. Pero tiene que sufrirla sin rebelarse contra Dios,
o apartarse de su integridad. Es bienaventurado el que ha pasado por el fuego y
no ha sido consumido como metal falso.
Cuando ha terminado la
prueba, entonces viene la marca de la aprobación divina: “la corona de vida”.
Como si el Señor dijera: “Que viva; ha sido pesado en balanza y no es hallado
falto”. La vida es el galardón: no la mera existencia, sino una existencia
santa, feliz y verdadera, la realización del divino propósito tocante a
nosotros. Ya una forma más elevada de vida espiritual y de felicidad corona a
los que han pasado sin daño por las pruebas más duras de la fe y el amor.
El Señor ha prometido la
corona de vida a los que le aman. Solamente los que aman al Señor pueden
mantenerse firmes en la hora de la prueba; los demás, o se hundirán, o se
enojarán, o se escaparán furtivamente al mundo. Ven, alma mía, ¿amas a tu
Señor? ¿Verdaderamente? ¿Profundamente? ¿Enteramente? Entonces ese amor será
probado; pero muchas aguas no lo apagarán, ni ríos lo ahogarán. Señor, haz que
tu amor fomente el mío hasta el fin.
jueves, 13 de septiembre de 2018
SEPTIEMBRE 13
“También sus cielos destilarán rocío”. Deuteronomio 33:28.
Lo que es el rocío en el
Oriente en la naturaleza, así es la influencia del Espíritu en el reino de la
gracia. ¡Cuánto lo necesito! Sin el Espíritu de Dios soy una cosa seca y que
decae. Desmayo, decaigo, muero. ¡Cuán agradablemente me refresca este rocío! Una
vez que así soy favorecido me siento contento, animado, vigoroso, exaltado. No
necesito más. El Santo Espíritu me trae vida, y todo lo que la vida requiere.
Todo lo demás sin el rocío del Espíritu es para mí menos que nada; oigo, leo,
oro, canto, voy a la mesa de comunión y no encuentro bendición allí hasta que
el Espíritu Santo me visita. Pero cuando Él me riega todos los medios de gracia
me son dulces y provechosos.
¡Qué promesa es esta para
mí! “Sus cielos destilarán rocío”. Seré visitado con la gracia. No seré dejado
a mi sequedad natural, ni al calor abrasador del mundo, ni al siroco de la
tentación satánica. ¡Oh que en esta misma hora sienta yo el rocío apacible,
silencioso y bienhechor del Señor! ¿Y por qué no? El que me ha hecho vivir como
la hierba en el prado, me tratará como trata a la hierba; me refrescará desde
lo alto. La hierba no puede clamar por el rocío como lo hago yo. Verdaderamente
el Señor que visita la planta que no pide, contestará a su hijo que le ruega.
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