Versículo para hoy:

lunes, 17 de junio de 2024

GUARDANDO EL CORAZÓN - JOHN FLAVEL

 

3- TIEMPOS QUE REQUIEREN UN CUIDADO ESPECIAL DEL CORAZÓN

5.    EL TIEMPO DE NECESIDADES EXTERNAS

EN QUINTO LUGAR, mejorará pronto.

Guardemos el corazón pensando en esto, "la comida de la despensa está casi agotada, bueno, si es así ¿por qué debería preocuparme, si estoy casi en el punto de no necesitar ni utilizar tales cosas?" El viajero ha gastado casi todo su dinero, "bueno" -dice él- "a pesar de que mi dinero está casi gastado, mi viaje casi ha terminado: estoy cerca de casa, y pronto seré suplido".

Si no hay luces en la casa, es un consuelo pensar que es ya casi de día, y que no habrá necesidad de ellas. Me temo que muchos cristianos, cuando piensan que su provisión está casi agotada, que les quedan muchos años de viaje, y que no tienen nada de lo que vivir, no se dan cuenta de que pueden no quedarles tantos años como suponen.

Tengamos confianza en esto: si nuestra provisión se agotó es que: o bien van a llegar provisiones nuevas (aunque no sepamos de dónde), o bien estamos más cerca del final de nuestro viaje, de lo que suponemos. Alma entristecida, ¿debe alguien estar tan ansioso por un poco de comida, bebida y vestido que teme necesitar por el camino, cuando está de camino a la ciudad celestial y casi ha llegado? ¿Cuando en pocos días de viaje llegará a la casa del Padre donde todas sus necesidades serán cubiertas? Bien dijeron los cuarenta nobles mártires cuando acabaron muertos de hambre y desnudos en una noche helada: "El invierno es de cierto afilado y frío, pero el cielo es cálido y confortable; aquí temblamos de frío, pero el seno de Abraham compensará por todo esto".

"Pero" -dirá el alma desanimada- "podría morir de necesidad". ¿A quién le sucedió eso alguna vez? ¿Cuándo fue desamparado el justo? Si de verdad llega a ser así, nuestro camino terminó, y fuimos provistos de todo. "Pero no estoy seguro de eso; si estuviese seguro del cielo, sería otra cuestión". En caso de que no estemos seguros de ir camino al cielo, tenemos otros asuntos de qué preocuparnos que son más importantes. Las necesidades externas deberían ser el menor de nuestros problemas.

Las almas que están preocupadas por la necesidad de Cristo y del perdón de pecados, normalmente no lo están mucho por otras cosas. El que con seriedad se pregunta "¿qué debo hacer para ser salvo?" o "¿cómo puedo saber que mi pecado es perdonado?" no se preocupa con preguntas como "¿Qué comeré, qué beberé o de dónde me voy a vestir?"