Versículo para hoy:

miércoles, 3 de julio de 2024

GUARDANDO EL CORAZÓN - JOHN FLAVEL

 

3- TIEMPOS QUE REQUIEREN UN CUIDADO ESPECIAL DEL CORAZÓN

7. EL TIEMPO EN QUE RECIBIMOS AFRENTAS Y ABUSOS DE LOS HOMBRES

EN SEGUNDO LUGARpensemos en los patrones de mansedumbre y perdón más eminentes para sentir la fuerza de su ejemplo.

Esta es la forma en que se cortan los ruegos de venganza más comunes de la carne y la sangre, tales como los siguientes:
-"Nadie soportaría un insulto como ese". Sí, otros han soportado insultos como esos y peores.
-"Seré considerado un cobarde, un necio, si dejo pasar esto". No importa, siempre y cuando sigamos el ejemplo de los hombres más sabios y santos.

Nadie ha sufrido nunca abusos mayores que los que Jesús sufrió, ni ninguno soportó los insultos, reproches y todo tipo de abusos de manera más pacífica y perdonadora. Cuando era insultado Él no insultaba; cuando sufría no amenazaba. Cuando sus asesinos lo crucificaron, oró "Padre perdónalos". Y con eso nos dio ejemplo, para que sigamos sus pasos. Por tanto sus apóstoles le imitaron: "nos maldicen", -dicen ellos- "y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y rogamos" (1 Corintios 4:12-13).

He escuchado decir del santo Sr. Dod, que cuando un hombre se airó a causa de su cercana y convincente doctrina y lo atacó, le golpeó en la cara y le arrancó dos de sus dientes, ese manso siervo de Cristo escupió los dientes y la sangre en su mano y dijo: "Mire, usted me ha sacado dos dientes, y eso sin ninguna provocación justa, pero con tal de que yo pueda hacer bien a su alma, le daría permiso para sacarme el resto". En esto se ejemplificó la excelencia del espíritu cristiano.

Luchemos por tener este espíritu, que constituye la verdadera excelencia de los cristianos. Hagamos lo que otros no pueden hacer, ejercitemos este espíritu, y preservaremos la paz de nuestra alma, ganando victoria sobre nuestros enemigos.

También consideremos 
el carácter de la persona que nos ha hecho mal. Puede ser una persona buena o malvada.

Si es una buena persona, habrá una luz de ternura en su conciencia, que más tarde o más temprano la llevará a un sentimiento del mal que ha causado. Si es un buen hombre, Cristo le ha perdonado mayores ofensas que las que nos ha causado a nosotros, y entonces ¿por qué no perdonarle? Cristo no le toma en cuenta ninguna de sus maldades, sino que de verdad las perdona, ¿y seremos nosotros quienes le agarremos por la garganta por algún pequeño abuso que hayamos sufrido de él?

Si es una persona mala la que nos ha afrentado o insultado, ciertamente tenemos más razón para ejercitar la misericordia que la venganza. Es una persona que está engañada y en un estado digno de lástima, alguien esclavo del pecado y enemigo de la justicia. Si se arrepiente, estará dispuesto a hacernos reparación. Si continúa siendo impenitente, llegará un día en el que será castigado en la medida de sus faltas. No necesitamos estudiar una venganza, Dios la ejecutará.