Versículo para hoy:
viernes, 28 de diciembre de 2018
DICIEMBRE 28
“Porque Él dijo: No te desampararé ni te dejaré”. Hebreos 13:5.
El Señor ha dicho esto
varias veces en las Escrituras. Lo ha repetido muchas veces para darnos doble
seguridad. No tengamos ni una duda. En sí la promesa es especialmente enfática.
En el griego tiene cinco negativas, cada una de las cuales excluye
definitivamente la posibilidad de que el Señor jamás desampare a uno de su
pueblo, de modo que pueda con razón sentirse dejado de su Dios. Esta Escritura
inapreciable, no nos promete inmunidad de penas, pero nos asegura contra el
abandono. Tal vez seremos llamados a pasar por caminos extraños, pero tendremos
siempre la compañía, la ayuda y la provisión de nuestro Señor. No es necesario
codiciar el dinero, porque siempre tendremos a nuestro Dios, y Dios es mejor
que el oro, y su favor mejor que una fortuna.
Ciertamente debiéramos
estar contentos con lo presente, porque el que a Dios tiene, tiene más que todo
el mundo. ¿Qué más podemos tener que el Infinito? ¿Qué más podemos desear que
la Bondad Todopoderosa?
Ven, alma mía; si Dios
dice que no te desamparará, ni te dejará, ora mucho por su gracia para que tú
nunca desampares a tu Señor, ni por un momento dejes sus caminos.
DICIEMBRE 27
“Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará
de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo Jehová, el que
tiene misericordia de ti”. Isaías 54:10.
Una de las cualidades más
deleitosas del amor divino es su carácter permanente. Las columnas de la tierra
pueden ser movidas de su sitio; pero la bondad y el pacto de nuestro
misericordioso Jehová no se apartarán de su pueblo. ¡Qué contenta está mi alma
en la firme confianza de esta declaración inspirada! El año casi se acabó y los
años de mi vida van disminuyendo, pero el tiempo no cambia a mi Señor. Nuevas
luces toman el lugar de las antiguas, un cambio perpetuo se ve en todo; pero
nuestro Señor es el mismo. La fuerza puede trastornar los montes, pero ningún
poder concebible puede afectar a Dios eterno. Nada en lo pasado, lo presente o
lo futuro puede hacer que Jehová me trate sin benevolencia.
Alma mía, repósate en la eterna
misericordia de tu Señor, que te trata como un pariente cercano.
Acuérdate también del pacto eterno. Dios siempre lo tiene
presente; mira que tú también lo tengas presente. En Cristo Jesús, el Dios
glorioso se ha comprometido para ser tu Dios y para tenerte como uno de su
pueblo. Misericordia y pacto; ocúpate de estas palabras como cosas seguras y
duraderas que la misma eternidad no te podrá quitar.
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