Versículo para hoy:
viernes, 3 de agosto de 2018
AGOSTO 3
“Mas el sacerdote, cuando comprare persona de su dinero, esta comerá de
ella, y el nacido en su casa: estos comerán de su pan”. Levítico 22:11.
El extraño, el huésped y
el jornalero no podían comer de las cosas sagradas. Aun es así en las cosas
espirituales. Pero dos clases de personas podían entrar libremente a la mesa
sagrada; los que fueron comprados con el dinero del
sacerdote, y los que nacieron en la casa del sacerdote.
Comprados y nacidos, estas eran las dos pruebas indisputables de que tenían
derecho a las cosas santas.
Comprados. Nuestro gran Sumo Sacerdote ha comprado con precio a todos los que han
puesto su confianza en Él. Son su propiedad absoluta, del todo del Señor. No
por lo que son en sí mismos, sino por amor de su poseedor, son admitidos a los
mismos privilegios de que Él mismo goza, y “estos comerán de su pan”. Él tiene
una comida que comer que los hombres mundanos no saben. “Porque sois de Cristo”,
por eso tendréis parte con vuestro Señor.
Nacidos. Este es igualmente el camino seguro del privilegio; si hemos nacido en
la casa del sacerdote, tomamos nuestro lugar con el resto de la familia. La
regeneración nos hace coherederos, y del mismo cuerpo, y, por lo tanto, la paz,
el gozo y la gloria que el Padre ha dado a Cristo, Cristo nos lo ha dado a nosotros.
La redención y la regeneración nos han dado un doble derecho divino a esta
promesa.
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