Versículo para hoy:
domingo, 31 de marzo de 2019
31 de marzo – NO TE OLVIDES
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor,
no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 1 Corintios 13:1.
En cada uno de nosotros
existe la tentación de tratar de olvidar que las almas se están perdiendo.
Puedo ir a mi casa por calles respetables y escoger ese camino de modo natural
porque así no veo la pobreza de los locales más bajos de la ciudad pero, ¿estoy
haciendo lo correcto si trato de olvidar que existen lugares como Bethnal
Greens y Kent Streets, y otros lugares semejantes de pobreza? Los patios
cerrados, los sótanos, las buhardillas atestadas, las casas de hospedaje, ¿me
voy a olvidar de que existen? De seguro que la única manera de que una mente
caritativa duerma cómodamente en Londres es olvidar cómo vive la mitad de la
población; pero ¿es nuestro objetivo vivir cómodamente? ¿Somos bestias tan
brutas que lo único que nos interesa es la comodidad, como los cerdos en su
pocilga? No, hermanos, traigamos a la memoria los pecados de nuestra gran
ciudad, sus penas y sufrimientos y recordemos también los pecados y las penas
del vasto mundo y las decenas de miles de nuestra raza que están marchando constantemente
a la eternidad. Más aun, ¡míralos! ¡No cierres los ojos! ¿El horror de la
visión hace que te duelan los ojos? Entonces mira hasta que también te duela tu
corazón y tu espíritu prorrumpa en agonía delante del Señor.
Mira hacia el infierno
un momento; abre bien la puerta; escucha y vuelve a escuchar. Dices que no
puedes, que enferma tu alma; deja que se enferme y en su desmayo, déjala caer
en los brazos de Cristo el Salvador y exhala un lamento para que él se apure en
salvar a los hombres de la ira venidera. No ignores, pido en oración, lo que sí
existe.
A través de la Biblia en un año: Hechos
23-25
sábado, 30 de marzo de 2019
30 de marzo – UN HAMBRE DIVINA
Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo
confirma en el Espíritu Santo. Me invade una gran tristeza y me embarga un
continuo dolor. Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el
bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel. Romanos 9:1-4.
Pablo se convierte en
el salvador de muchos debido al deseo de su corazón y su oración a Dios para
que estos se salven. ¡Ay, le imploro a Dios que venga sobre nosotros un hambre
divina que no pueda satisfacerse a menos que los hombres se rindan a Jesús!; un
deseo intenso y ferviente, un deseo jadeante de que los hombres se sometan al
evangelio de Jesús. Esto te enseñará mejor que la mejor preparación que una
universidad pueda darte acerca de cómo tratar con los corazones humanos. Esto
le dará a la lengua tartamuda la palabra pronta; el corazón ardiente quemará
las cuerdas que aprietan firmemente a la lengua. Te convertirás en sabio para
ganar almas, aunque quizá nunca exhibas la brillante elocuencia o la fuerza de
la lógica. Los hombres se maravillarán ante tu poder, el secreto les será
oculto, y el hecho es que el Espíritu Santo te cubrirá y tu corazón te enseñará
sabiduría, Dios enseñará a tu corazón. Profundos sentimientos de tu parte hacia
otros harán que otros sientan por sí mismos y Dios te bendecirá y eso desde
bien temprano.
A través de la Biblia en un año: Hechos
20-22
viernes, 29 de marzo de 2019
29 de marzo – COMPASIÓN POR OTROS
Ríos de lágrimas corren por mis mejillas porque ha sido
destruida la capital de mi pueblo. Se inundarán en llanto mis ojos, sin cesar y
sin consuelo, hasta que desde el cielo el Señor se digne mirarnos.
Lamentaciones 3:48-50.
Mientras más nos
convirtamos en lo que debemos ser, más dominará la compasión nuestros
corazones. ¿Qué dijo el Señor Jesucristo, que es el modelo y el reflejo de la
hombría perfecta, con respecto a los pecados y a las aflicciones de Jerusalén?
Él sabía que Jerusalén debía perecer, ¿enterró él su pena tras el hecho del
decreto divino y endureció su corazón por la idea de la soberanía o la justicia
que sería resplandeciente en la destrucción de la ciudad? No, él no, sino que
lloró con ojos que borboteaban como una fuente: «¡Jerusalén, Jerusalén, cuántas
veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de
sus alas, pero no quisiste!» Si vas a ser como Jesús, debes ser tierno y
compasivo. Serías el opuesto extremo de él si pudieras sentarte con un
contentamiento sombrío y, con una filosofía estoica, convertir en piedra toda
la carne que hay en ti. Si es natural, entonces, y por encima de todo, si es
natural de la naturaleza dada por la gracia, les imploro, dejen que sus
corazones se muevan con piedad; no resistan ver la muerte espiritual de la
humanidad. Agoniza cada vez que contemples la ruina de cualquier alma de la
simiente de Adán.
Sin duda que los que
reciben misericordia deben mostrar misericordia; aquellos que deben todo lo que
tienen a la piedad de Dios no deben mostrarse despiadados para con sus
hermanos. Encontrarás en todas partes por todo el evangelio que este habla de
amor fraternal, de compasiva misericordia y de una piedad que llora. Déjame
implorarte que creas que es necesario así como justificable que sientas
compasión por los hijos de los hombres.
A través de la Biblia en un año: Hechos
17-19
jueves, 28 de marzo de 2019
28 de marzo – SIN EXCUSA
Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos.
Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. Efesios 6:18.
¿Sobre qué base puede
alguien ser eximido del deber de orar? Respuesta: Sobre ninguna base. No puedes
ser eximido basándote en una simple naturaleza humana porque si Dios salvará a
los pecadores en base a la oración y yo no oro, ¿qué soy? Las almas mueren,
perecen, se hunden en el infierno mientras que el mecanismo establecido para la
salvación es la oración y la predicación de la Palabra y si yo restrinjo la
oración, ¿qué soy? Sin duda la bondad humana se ha marchado de mi pecho y he
dejado de ser humano, y si es así, no tiene valor hablar de comunión con lo
divino. Aquel que no se compadece de un hombre herido y no busca aliviar el
hambre de alguien que muere de necesidad es un monstruo. Pero el que no se
apiada de las almas que se están hundiendo en un fuego eterno, ¿qué es?
Además, ¿puede
encontrarse alguna excusa en el cristianismo para abandonar la oración? Yo
respondo, no se encuentra ninguna en el cristianismo más que en la naturaleza
humana porque si Cristo nos ha salvado, él nos ha dado de su Espíritu: «si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo» (Romanos 8:9). ¿Y cuál
era el Espíritu de Cristo? ¿Miró él a Jerusalén y dijo: «Yo creo que se ha renunciado a la ciudad, está predestinada a la destrucción» y luego siguió
tranquilamente su camino? No, no lo hizo. Él creía en la predestinación pero
esa verdad nunca enfrió su corazón. Él lloró por Jerusalén y dijo: «¡Jerusalén,
Jerusalén, cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus
pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!»
A través de la Biblia en un año: Hechos
13-16
27 de marzo – NUESTRO CANAL DE BENDICIÓN
Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a
punto de morir. …Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó al Señor:
«Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un
corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró
amargamente. …«Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice
el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus
lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.» 2 Reyes 20:1-5.
¿No debiera haber
oración en nuestros corazones cuando Dios ha señalado que la oración debe ser
el canal de bendición para los pecadores así como para nosotros mismos?
Entonces, ¿cómo podemos decir que somos cristianos? Tú podrías decir: «Bueno,
yo creo que yo podría ser dispensado», pero debo contestarte que no. «Estoy muy
enfermo», dice alguno. Ah, entonces puedes acostarte y orar.
«Soy tan pobre», dice
otro. Bueno, no te cobran ni un centavo cada vez que ores a Dios. No importa
cuán pobre seas, tus oraciones son iguales de aceptables; solo recuerda, si
eres tan pobre, debes orar todavía más porque no puedes dar tu ofrenda en forma
de oro. Me gustaría que dijeras como el apóstol: «No tengo plata ni oro pero lo
que tengo te doy. Mi Maestro, oraré mucho».
«Ah» dice otro, «pero
yo no tengo talentos». Esa es otra razón por la que debes orar más y no por la
cual debas dejar de orar porque si no puedes contribuir al servicio público de
la iglesia por falta de talento, debes contribuir aun con más fervor a su fortalecimiento
mediante el ejercicio privado de la oración y la intercesión y así hacer fuerte
a aquellos que son más aptos para ir al frente.
A través de la Biblia en un año: Hechos
10-12
26 de marzo – UN BUEN MOTIVO PARA ORAR
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para
recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la
necesitemos. Hebreos 4:16.
Todo verdadero
cristiano desea ver que la iglesia crezca; en todo caso yo me compadezco del
hombre que se crea cristiano y que no tenga tal deseo. «Que toda la tierra se
llene de su gloria» es una aspiración natural de todo hijo de Dios y si algún
hombre está convencido de ser un hijo de Dios y, no obstante, no tiene el deseo
de ver que la gloria de Dios se manifieste con la conversión de multitudes, yo
me compadezco de la condición de su corazón y de su entendimiento.
Confío en que todos
sintamos el espíritu misionero, todos anhelamos ver el reino del Señor venir y
ver que los convertidos en Sión se multipliquen. Pero Dios ha agregado a la concesión
de nuestro deseo que debemos orar por este, debemos suplicar y pedir, de lo
contrario el crecimiento será retenido.
El Señor sabe cuán
beneficioso es para nosotros orar mucho y por tanto él nos facilita acercarnos
a él. Él nos da una multitud de razones para acercarnos al propiciatorio y nos
da tareas que pueden usarse como argumentos para hacer peticiones frecuentes.
Ahora bien, como al Señor le encanta comunicarse con las personas, él se ocupa
de darles tareas por las cuales ellos deban venir a él. Nunca debemos temer que
se nos interrogue en la puerta de la misericordia y que se nos haga esta dura
pregunta: «¿Qué haces aquí?» Porque siempre tenemos alguna razón para orar, de
hecho, cada promesa se convierte en una razón para orar porque no se nos
concederá la promesa hasta que la hayamos pedido en el propiciatorio.
A través de la Biblia en un año: Hechos
7-9
lunes, 25 de marzo de 2019
25 de marzo – MULTIPLICACIÓN ESPIRITUAL
Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos
aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes
obedecían a la fe. Hechos 6:7.
La multiplicación es
una forma muy antigua de bendición. La bendición que se pronunció sobre el
hombre fue de este tipo, porque en el primer capítulo de Génesis leemos en
primer lugar: «Los bendijo con estas palabras: “Sean fructíferos y
multiplíquense; llenen la tierra”» En un sentido espiritual, esta es la
bendición de la iglesia de Dios. Cuando el poder del Espíritu Santo visita la
iglesia, esta aumenta en cada aspecto. Cuando una iglesia en medio de una
amplia población permanece estática en los números, o incluso se reduce, ningún
hombre puede ver en dicha condición la bendición de Dios. Sin dudas, sería una
bendición novedosa, porque la primera bendición, la bendición de Pentecostés
trajo como resultado que se añadieran tres mil a la iglesia en un día y luego
encontramos que «Cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos»
(Hechos 2:47). Está claro que la bendición que como iglesia debemos buscar con
todo nuestro corazón es ese aumento continuo.
A través de la Biblia en un año: Hechos
4-6
domingo, 24 de marzo de 2019
24 de marzo – UN DIOS QUE ESCUCHA LA ORACIÓN
Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba
constante y fervientemente a Dios por él. Hechos 12:5.
Dios le ha concedido a
la iglesia misericordias indecibles como respuesta a la intercesión, porque él
se complace en bendecir a su pueblo en el propiciatorio. La iglesia de Dios
nunca ha ganado una victoria que no sea respuesta a la oración. Toda su
historia es para la alabanza de un Dios que escucha la oración. Ven entonces,
si antes nos fue tan bien, y si Dios nos invita ahora, sí, si él se deleita en
nuestras peticiones, no seamos descuidados y, por el contrario, aumentemos
nuestras peticiones delante de él.
Insto encarecidamente a
mis hermanos en Cristo a altercar así con el Señor: «Señor, tu verdad no
prospera en la tierra, sin embargo, tú has dicho: “Mi palabra no regresará a mí
vacía”. Señor, cada día eres blasfemado y, no obstante, tú has dicho que toda
carne verá tu gloria. Señor, han puesto ídolos, incluso en esta tierra, donde
quemaron a tus mártires, están levantando otra vez las imágenes esculpidas.
Señor, derrúmbalas por amor a tu nombre, por tu honor te lo imploramos, hazlo.
¿No escuchas el triunfo del enemigo? Dicen que el evangelio está desgastado.
Nos dicen que somos reliquias de una raza anticuada, que el progreso moderno ha
barrido la fe. ¿Permitirás que así sea, buen Señor? ¿Será el evangelio considerado
como un almanaque atrasado y pondrán ellos nuevos evangelios en su lugar? Las
almas se pierden. ¡Oh, Dios de misericordia! ¡El infierno se llena, oh Dios de
compasión infinita! Jesús solo ve que pocos llegan ante él y se lavan en su
preciosa sangre. ¡El tiempo vuela y cada año aumenta el número de los perdidos!
¿Cuánto tiempo, oh Dios, cuánto tiempo? ¿Por qué tardas?» De esta manera,
presenta tu caso ante el Señor y él te prestará oído.
A través de la Biblia en un año: Hechos
1-3
sábado, 23 de marzo de 2019
23 de marzo – INTERCEDE VALIENTEMENTE
Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara
a ustedes por medio de nosotros. 2 Corintios 5:20.
Amado, tú que conoces
al Señor, te imploro que te acerques. Estás callado, has
renovado tu fuerza; ahora disfruta el acceso con valentía. La condición para
interceder por otros no es estar alejados de Dios sino muy cerca a él. Hasta
Abraham se acercó cuando imploró por Sodoma y Gomorra. Recordemos cuán cerca
estamos realmente. Hemos sido lavados de todo pecado en la preciosa sangre de
Jesús, en este momento estamos cubiertos de pies a cabeza con la justicia
inmaculada de Emmanuel, Dios con nosotros. El
Amado nos acepta, sí, en este momento somos uno con Cristo y miembros de
su cuerpo. ¿Cómo podríamos estar más cerca? ¿Cuán cerca está Cristo de Dios?
¡Así de cerca estamos nosotros! Entonces, acércate en tus súplicas personales,
porque estás cerca a tu Representante del pacto. El Señor Jesús ha llevado a la
humanidad en unión con la naturaleza divina y ahora entre Dios y el hombre
existe una relación especial y sin paralelo que el universo no puede igualar.
Acérquense entonces, hijos de Dios, acérquense porque están cerca. Párense en
el lugar que su condición de hijos les da, ahí donde su Representante está
parado a vuestro favor.
A través de la Biblia en un año: Números
33-36
viernes, 22 de marzo de 2019
22 de marzo – TRABAJO QUE NO ES EN VANO
Si el hacha pierde su filo, y no se vuelve a afilar, hay que
golpear con más fuerza. El éxito radica en la acción sabia y bien ejecutada.
Eclesiastés 10:10.
La fuente de nuestra
peor debilidad es nuestra fortaleza nacida en casa y la fuente de nuestra peor
tontería es nuestra sabiduría personal. Señor, ayúdanos a no estar tranquilos
hasta que hayamos renunciado a nosotros mismos, hasta que hayamos dicho:
«Señor, nuestra manera de trabajar no se compara con la tuya, enséñanos a
trabajar. Señor, nuestros juicios son débiles en comparación con tu juicio
perfecto; somos tontos; sé nuestro maestro y guíanos en todas las cosas».
Jehová trabaja en todas
partes y todas las cosas le sirven. Él obra en la luz, y vemos su gloria, pero
igualmente obra en la oscuridad donde no podemos percibirlo. Su sabiduría es
demasiado profunda para que hombres mortales puedan entenderla en todo momento.
Seamos pacientes y esperemos su tiempo. Confiemos en el poder de nuestro padre,
como confía el niño que está en el pecho de su madre acerca del amor de esta;
sin más dudas de las que puede tener de la majestad de Jehová un ángel que está
ante el trono, comprometámonos, cada uno según su propia forma, a sufrir y
trabajar para la gran causa de Dios, sintiéndonos seguros de que ningún trabajo ni
sufrimiento en el Señor puede ser en vano.
A través de la Biblia en un año: Números
29-32
jueves, 21 de marzo de 2019
21 de marzo – SENTARSE A LOS PIES DEL MAESTRO
Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una
aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana
llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía.
Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Lucas 10:38-40.
El sonido nos agota, el
silencio nos alimenta. Hacer los mandados del Maestro siempre es bueno, pero
sentarse a los pies del Maestro es igual de necesario, porque al igual que los
ángeles sobresalen en fuerza, nuestro poder para hacer sus mandamientos surge
de que agucemos el oído a su Palabra. Si incluso para una controversia humana
el silencio es una preparación adecuada, ¿cuánto más no será necesario en las
súplicas solemnes con el Eterno? Deja que los manantiales profundos se abran y
que las solemnidades de la eternidad ejerzan su poder mientras todavía todo
está quieto dentro de nosotros.
Pero, ¿cómo es que ese
silencio renueva nuestras fuerzas? Lo hace, primero, al dar espacio para que la
Palabra fortalecedora entre a nuestra alma y se sienta realmente la energía del
Espíritu Santo. Palabras, palabras, palabras; tenemos tantas palabras y no son
más que paja, pero ¿dónde está el Verbo
que en el principio era Dios y estaba con Dios? Esta Palabra es la semilla viva
e incorruptible: «¿Qué tiene que ver la paja con el grano? Afirma el Señor»
(Jeremías 23:28). Queremos menos de las palabras del hombre y más de él que es
la misma Palabra de Dios. Guarda silencio, guarda silencio y deja que Jesús
hable.
A través de la Biblia en un año: Números
25-28
miércoles, 20 de marzo de 2019
20 de marzo – ATRAER LA BENDICIÓN
El justo se ve coronado de bendiciones, pero la boca del malvado
encubre violencia. Proverbios 10:6.
Considera. Si
reflexionas, verás que Dios es capaz de darle a su iglesia la mayor bendición y
de dársela en cualquier momento. Guarda silencio y considera, y verás que él
puede dar la bendición a través de ti o de mí; él puede hacer que cualquiera de
nosotros, débiles como somos, sea poderoso en Dios para la destrucción de fortalezas;
puede hacer que nuestras manos endebles, aunque solo tengamos unas pocas barras
de pan y unos peces, sean capaces de alimentar a miles con el pan de vida.
Considera esto y pregúntate en la tranquilidad de tu espíritu, ¿qué podemos
hacer para obtener la bendición? ¿Lo estamos haciendo? ¿Qué hay en nuestro
temperamento, en nuestra oración privada, en nuestras acciones para que Dios
nos mande la bendición? ¿Actuamos de manera sincera? ¿Realmente tenemos un
deseo de esas cosas que decimos desear? ¿Podríamos renunciar a compromisos
mundanos para ocuparnos de la obra de Dios? ¿Podríamos separar tiempo para
cuidar la viña del Señor? ¿Estamos dispuestos a hacer la obra del Señor y tiene
nuestro corazón la condición para hacerlo de manera eficiente y aceptable?
Guarda silencio y considera. Yo sugeriría a cada cristiano que se sentara un
rato delante de Dios cuando llegue a casa y adore con el silencio del
sobrecogimiento, con el silencio de la vergüenza y con el silencio de pensar
cuidadosamente en estas cosas.
A través de la Biblia en un año: Números
21-24
martes, 19 de marzo de 2019
19 de marzo – DIOS NO ES MUDO
Habla, que tu siervo escucha respondió Samuel. 1 Samuel 3:10.
El que quiera escuchar
a Dios hablar no tiene que esperar mucho porque Dios habla constantemente a los
hombres por medio de las Escrituras que nos fueron dadas mediante la
inspiración. ¡Qué pena que seamos tan sordos a sus enseñanzas! Se lee tan poco
este maravilloso volumen, tan lleno de sabiduría, que muy pocos de nosotros nos
podríamos atrever a mirar sus páginas y decir: «Ay, Señor, en este libro he
escuchado tu palabra». En otras ocasiones el Señor habla por medio de la
providencia. Las providencias tanto nacionales como personales tienen un
significado, providencias que afligen y providencias que consuelan, todas
tienen una voz. Pero, por desgracia, temo que a menudo la providencia para
nosotros es muda porque nosotros somos sordos. Temo que muy pocos de ustedes
pueden decir: «Ay, Señor, en la providencia he escuchado tu palabra». El Dios
del cielo habla a los hombres por medio de su Espíritu Santo. Él hace esto, a
veces, en las funciones comunes del Espíritu sobre los impíos a las que ellos
se resisten, como también hicieron sus padres. El Espíritu lucha con hombres;
él llama, ellos se niegan; él extiende su mano, pero ellos no lo reconocen.
Aunque tenemos oídos para oír, a menudo apagamos al Espíritu, lo entristecemos,
hacemos poco caso de sus admoniciones y, no obstante, si no despreciamos sus
enseñanzas, muy a menudo las olvidamos y escuchamos las tonterías de la tierra
en lugar de la sabiduría de los cielos.
A través de la Biblia en un año: Números
17-20
lunes, 18 de marzo de 2019
18 de marzo – LOS DÍAS DE LA PREPARACIÓN
El día en que venga para ser glorificado por medio de sus santos
y admirado por todos los que hayan creído, entre los cuales están ustedes
porque creyeron el testimonio que les dimos. 2 Tesalonicenses 1:10.
La completa
glorificación de Cristo en sus santos será cuando él venga por segunda vez, de
acuerdo a la segura palabra de la profecía. Él ahora se glorifica en ellos
porque dice: «Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y
por medio de ellos he sido glorificado» (Juan 17:10); pero hasta el momento esa
gloria es más bien perceptible para sí mismo que para el mundo exterior. Las
lámparas se están despabilando y brillarán en breve. Estos son los días de la
preparación antes del día de reposo que es un sentido infinito, un día de fiesta.
Como se dijo de Ester, que durante muchos meses se preparó con mirra y dulces
fragancias antes de entrar al palacio del rey para casarse con él, así mismo
ahora nosotros somos purificados y preparados para ese día majestuoso cuando la
iglesia perfeccionada se presentará ante Cristo como una novia ante su esposo.
Juan dice de ella que estará «preparada como una novia hermosamente vestida
para su prometido». Esta es nuestra noche en la que debemos velar, pero mira,
viene la mañana, una mañana sin nubes y luego caminaremos en luz porque ha
venido nuestro Bien Amado. Esa segunda venida suya será su revelación, aquí
estuvo bajo una nube y los hombres no lo percibieron, excepto unos pocos que
contemplaron su gloria; pero cuando él venga por segunda vez, todos los velos
serán quitados y todo ojo verá la gloria de su rostro. Él aguarda esto y su
iglesia le aguarda a él.
A través de la Biblia en un año: Números
13-16
domingo, 17 de marzo de 2019
17 de marzo – EL TOQUE SANADOR
«Iré a sanarlo», respondió Jesús. Mateo 8:7.
Durante tres años
nuestro Señor anduvo por los hospitales: se pasaba el día entero en una
enfermería, en una ocasión a todo su alrededor pusieron a los enfermos en las
calles y en todo momento el mal físico cruzaba su camino de una manera u otra.
Él extendía su mano o hablaba la palabra y sanaba todo tipo de dolencias,
porque era parte del trabajo de toda su vida. «Iré a sanarlo», dijo él, porque
era un médico que constantemente estaba ejerciendo y pasaba visitas enseguida
para ver al paciente. «Él se ocupaba de hacer el bien» y en todo esto le hacía
saber a su pueblo que su intención no era bendecir solo una parte del hombre
sino toda nuestra naturaleza, llevando sobre sí no solo nuestros pecados sino
también nuestras enfermedades. Jesús quiere bendecir tanto el cuerpo como el
alma, y aunque por el tiempo presente él ha dejado nuestro cuerpo en gran parte
bajo el control de la enfermedad, porque todavía «el cuerpo está muerto a causa
del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia»
(Romanos 8:10), no obstante, cada miembro restaurado, cada ojo abierto y cada
herida sanada es una señal de que Jesús se interesa por nuestra carne y
nuestros huesos y quiere que el cuerpo comparta los beneficios de su muerte
mediante una gloriosa resurrección.
La genialidad del
cristianismo es sentir pena por los pecadores y los que sufren. Que la iglesia
sea sanadora como su Señor: al menos si no puede desprender sanidad con el
borde de su manto ni «decir la palabra» para que la enfermedad huya, que esté
entre los más dispuestos a ayudar en todo lo que pueda a mitigar el dolor o
socorrer en la pobreza.
A través de la Biblia en un año: Números
9-12
sábado, 16 de marzo de 2019
16 de marzo – PERDÓN Y OBEDIENCIA
Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la
tierra para perdonar pecados –se dirigió entonces al paralítico- : Levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa. Y el hombre se levantó y se fue a su casa.
Mateo 9:6-7.
Yo creo que la
obediencia minuciosa que el Salvador requería era la mejor evidencia de que él
había perdonado el pecado del hombre: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa». De aquí en lo adelante, hacer todo lo que Cristo te ordene, de la manera
en que él te ordene hacerlo, porque él te lo ordena, hacerlo de una vez,
hacerlo con gozo, hacerlo constantemente, hacerlo con oración, hacerlo con
gratitud, debe ser la señal de que en realidad él ha tratado contigo como un
Dios perdonador. Me temo que hay algunos que profesan haber sido perdonados
¡que no son tan obedientes a Cristo como debieran serlo! Sé que han descuidado
ciertos deberes; una vez hasta conocí a un hombre que no leía ciertas partes de
la Palabra de Dios porque le hacían sentir incómodo; pero asegúrate de esto,
cuando tú y la Palabra de Dios se pelean, la Palabra de Dios tiene la razón.
Hay algo podrido en el estado de Dinamarca si tú puedes leer un capítulo
deseando que no estuviera ahí. Hay algo mal en ti cuando discutes con la
Palabra de Dios. Yo digo que la obediencia minuciosa es la evidencia más segura
de que el Señor ha perdonado tu pecado. Por ejemplo: «El que crea y sea
bautizado será salvo» (Marcos 16:16). No omitas ninguna parte de este precepto,
y si Cristo te ordena venir a su mesa y así recordarlo, no vivas descuidando
ese mandamiento.
A través de la Biblia en un año: Números
5-8
viernes, 15 de marzo de 2019
15 de marzo – VISION DIVINA
Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla.
Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: ¡Ánimo, hijo; tus pecados
quedan perdonados! Mateo 9:2.
Notarás que nuestro
Señor no esperó a que se dijera palabra alguna, sencillamente miró y vio la fe
de ellos. Mateo escribe: «Al ver Jesús la fe de ellos». ¿Quién puede ver la fe?
Es algo cuyos efectos pueden verse, sus señales e indicios se pueden descubrir
y en este caso eran tan eminentes porque romper el techo y bajar al hombre para
ponerlo delante de Jesús de una manera tan extraña eran evidencias de su fe en
que Jesús lo sanaría. No obstante, los ojos de Cristo no solo vieron las
pruebas de su fe sino la fe misma. Allí estaban parados los cuatro hombres,
hablando con sus ojos y diciendo: «¡Maestro, mira lo que hemos hecho! Estamos
convencidos de que hemos hecho lo correcto y de que tú lo sanarás». Allí estaba
el hombre, acostado en su cama, mirando hacia arriba y preguntándose qué haría
el Señor, pero evidentemente estaba animado por la creencia de que ahora estaba
en una posición de esperanza en la que con toda probabilidad se convertiría en
un hombre favorecido más allá de todo el mundo. Cristo no solo vio las miradas
de este hombre y de sus portadores, también vio su fe.
Ay, amigos, no podemos
ver la fe los unos de los otros; pero podemos ver el fruto de esta. A veces
pensamos que podemos discernir la falta de fe, pero para ver la fe en sí se
necesita una visión divina; esto necesita la mirada del ojo del Hijo del Hombre.
Jesús vio su fe y ahora ese mismo ojo está mirando a todos en este público y él
ve tu fe. ¿Tienes alguna que él pueda ver?
A través de la Biblia en un año: Números
1-4
jueves, 14 de marzo de 2019
14 de marzo – LA TORMENTA INTERIOR
Hombres de poca fe –les contestó-, ¿por qué tienen tanto miedo?
Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó
completamente tranquilo. Mateo 8:26.
Los vientos bramaban,
las aguas rugían y los discípulos pensaron que de seguro el mar enfurecido se
tragaría la pequeña embarcación, así que despertaron a su Maestro del sueño que
él tanto necesitaba y le gritaron: «¡Señor, sálvanos, que nos vamos a ahogar!»
Al despertarse porque había peligro, él trató primero la causa principal del
peligro, ¿cuál era? No los vientos ni las olas sino la incredulidad de los
discípulos. Hay más peligro para un cristiano en su propia incredulidad que en
las circunstancias más adversas que pudieran rodearle.
Creo que me atrevo a
decir, aunque con el Omnipotente todo es posible, que era más fácil para Cristo
calmar los vientos y las olas que aquietar la conmoción que surgió a causa de
las dudas en las mentes de sus discípulos; él podía traer la calma con más
rapidez a la superficie del lago galileo que a los espíritus perturbados de sus
apóstoles aterrorizados. Lo mental siempre supera a lo físico; el gobierno de
los corazones es mayor que el gobierno de los vientos y las olas. Así que
cuando tengamos que batallar con los problemas, empecemos siempre por nosotros
mismos: nuestros temores, falta de confianza, egoísmo y voluntad propia, porque
el peligro principal reside ahí. Todos los problemas del mundo no pueden
hacerte tanto daño como la mitad de un grano de incredulidad. Aquel que por la
gracia de Dios es capaz de dominar su propia alma, no necesita dudar que
también será dueño de cualquier cosa que se le oponga.
A través de la Biblia en un año: Juan
19-21
miércoles, 13 de marzo de 2019
13 de marzo – LA IGLESIA
Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de
Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido. 1 Pedro 2:10.
La Palabra de Dios nos
dice que en medio de la gran masa de hombres se encuentra un pueblo especial,
un pueblo que Dios escogió de entre la raza común antes de que las estrellas
comenzaran a brillar, un pueblo que el corazón de Dios quería desde antes de la
fundación del mundo, un pueblo que fue redimido con la sangre preciosa de Jesús
más allá y por encima del resto de toda la humanidad, un pueblo que es
propiedad especial de Cristo, el rebaño de su pasto, las ovejas de su mano, un
pueblo sobre el cual vela la Providencia, que modela su curso en medio del
laberinto intrincado de la vida, un pueblo que será producido al final, cada
uno de ellos sin falta delante del trono eterno y apto para el destino exaltado
que él revelará en la era venidera.
A través de todas las
Escrituras uno lee acerca de este pueblo particular y especial. A veces se les
llama «simiente», otras veces «un huerto», otras «un tesoro» y a veces «un
rebaño». El nombre común de ellos en el Nuevo Testamento es «la iglesia».
Cristo nos dice que la única manera para entrar a la iglesia es a través de él
mismo. Él es la puerta, la única puerta. No hay otra manera de entrar a la
iglesia que no sea mediante él. Si crees en Cristo, eres miembro de su iglesia.
Si tu confianza está puesta en Cristo, quien es la gran vía de salvación de
Dios, tienes evidencias de que él te escogió antes de la fundación del mundo; y
esa fe tuya te da derecho a todos los privilegios que Cristo ha prometido en su
Palabra a los creyentes.
A través de la Biblia en un año: Juan
17-18
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