Versículo para hoy:
viernes, 30 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 30
“Y Jehová es el que va delante de ti; Él será contigo, no te dejará ni te
desamparará; no temas ni te intimides”. Deuteronomio 31:8.
En vista de una obra
grande, o de una lucha grande, aquí tenemos un versículo que debiera ayudarnos
a ajustar nuestra armadura. Si Jehová va delante de nosotros, tiene que ser
seguro seguirle. ¿Quién puede oponerse a nuestro progreso si el mismo Señor
está en la vanguardia? ¡Venid, hermanos soldados, avancemos con rapidez! ¿Por
qué tardamos en salir a la victoria?
El Señor no está tan
solamente delante de nosotros; está con nosotros. Arriba, debajo, alrededor y
dentro está el Omnipotente, el Omnipresente. En todo tiempo, aun hasta la
eternidad, estará con nosotros, así como ha estado hasta ahora. ¡Cómo debiera
esto esforzar nuestro brazo! ¡Levantaos intrépidamente, soldados de la cruz,
porque Jehová de los ejércitos es con nosotros!
Puesto que está delante
de nosotros y con nosotros, nunca dejará de ayudarnos. Él no se puede faltar a
sí mismo, y no nos faltará. Él nos seguirá ayudando según nuestra necesidad,
hasta el fin. Como no nos dejará, tampoco nos desamparará. Él siempre tendrá
poder para darnos fuerzas y socorro hasta que los días de lucha hayan
terminado.
No temamos ni nos
intimidemos; porque Jehová de los ejércitos irá con nosotros a la batalla,
recibirá el choque de la lucha y nos dará la victoria.
NOVIEMBRE 29
“El que creyere, no se apresure”. Isaías 28:16.
Se apresurará a guardar
los mandamientos del Señor; pero no se apresurará en ningún sentido impaciente
o impropio.
No se apresurará a huir,
porque no será vencido por el temor que causa pánico. Cuando otros estén
huyendo de acá para allá como si hubieran perdido el juicio, el creyente estará
quieto, tranquilo y circunspecto, y así podrá obrar con sabiduría en la hora de
la prueba.
No se apresurará en sus
esperanzas deseando lo bueno ahora y en el acto, sino que esperará hasta que
Dios quiera. Algunos tienen una prisa impaciente de ver el pájaro en la
mano, porque piensan que la promesa del
Señor es como buitre volando, y que no la alcanzarán. Los creyentes saben
esperar.
No se apresurará a
sumergirse en el mal o en hechos dudosos. La incredulidad tiene que estar
haciendo algo, y así obra su propia ruina; pero la fe no tiene más prisa de la
que puede dar buen éxito, y así no tiene que volver tristemente por el camino
que siguió imprudentemente.
¿Qué hago yo? ¿Estoy
creyendo, y por lo tanto guardando el paso del creyente, que es andar con Dios?
¡Paz, espíritu agitado! ¡Descansa en el Señor y espera en Él! ¡Alma, mira que
así lo hagas inmediatamente!
miércoles, 28 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 28
“Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en
que pusieres tu mano”. Deuteronomio 28:8.
Si obedecemos al Señor
nuestro Dios, Él bendecirá lo que nos da. Las riquezas no serán una maldición
cuando sean bendecidas por el Señor. Cuando los hombres tienen más de lo que
necesitan para sus necesidades inmediatas, y empiezan a guardar en graneros, la
podredumbre seca de la avaricia, o el tizón de la dureza de corazón, pronto
siguen a la acumulación; pero con la bendición de Dios no es así. La discreción
dispone de los ahorros, la generosidad dirige los gastos, la gratitud mantiene
la consagración y la alabanza aumenta el gozo. ¡Cuán bueno es tener la
bendición de Dios sobre nuestra caja de caudales y sobre la cuenta corriente!
¡Cuán favorecidos somos
en esta última frase! “Enviará Jehová la bendición en todo aquello en que
pusieres tu mano”. No pondríamos nuestra mano a nada sobre lo cual no nos
atreviéramos a pedir la bendición de Dios, ni lo emprenderíamos sin oración y
fe. ¡Pero qué privilegio es poder esperar la ayuda del Señor en cada empresa!
Algunos hablan de un hombre de suerte; la bendición del Señor es mejor que la
buena suerte. La protección de los grandes es nada en comparación con el favor
de Dios. La confianza en nosotros mismos está bien; pero la bendición del Señor
vale infinitamente más que todos los resultados del talento, el ingenio o el
tacto.
martes, 27 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 27
“Y él dijo: Mi rostro irá contigo, y te haré descansar”.
¡Preciosa promesa! Señor,
ayúdame a apropiármela como del todo mía.
Algunas veces tenemos que
salir fuera de nuestra morada, porque no tenemos aquí ciudad permanente. Muchas
veces pasa que cuando nos sentimos más contentos en un lugar somos llevados
fuera de él repentinamente. Aquí tenemos el antídoto para este mal. El mismo
Señor nos acompañará. Su presencia, que incluye su favor, comunión, cuidado y
poder, siempre estarán con nosotros en cada marcha nuestra. Esto significa más
de lo que dice; porque en verdad es el todo. Si Dios está con nosotros,
poseemos el cielo y la tierra. ¡Ven conmigo, Señor, y entonces mándame donde
quieres!
Pero esperamos hallar un
lugar de descanso. El versículo lo promete. Tendremos descanso, dado, hecho y
guardado por Dios. Su presencia nos hará descansar aun cuando estamos en
marcha, sí, aun en medio de la batalla. ¡Descanso! Una palabra muy bendita.
¿Puede ser gozado por los mortales? Sí, aquí está la promesa, y por fe la
invocamos. El descanso viene del Consolador, del Príncipe de Paz y del Padre
glorioso que reposó el día séptimo de toda su obra. Estar con Dios es descansar
en el sentido más enfático.
lunes, 26 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 26
“Vuestra tristeza se tornará en gozo”.
Su tristeza especial era
la muerte y la ausencia de su Señor, y fue tornada en gozo cuando resucitó de
la muerte y se mostró en medio de ellos. Todas las penas de los santos serán
así transformadas; aun las peores, que parecen ser fuentes eternas de amargura.
Entonces cuanto más
tristeza haya, más gozo habrá. Si tenemos cargas de tristeza, entonces el poder
del Señor las tornará en toneladas de gozo. Entonces cuanto más amarga sea la
pena, más dulce será el placer; la oscilación del péndulo a la izquierda, lo
hará ir más a la derecha. La memoria de la pena aumenta el gusto de la delicia;
pondremos la una en contraste con la otra, y el brillo del diamante será visto
más claramente a causa del fondo negro tras él.
¡Ven, alma mía, anímate!
Dentro de poco estaré tan alegre como ahora estoy triste. Jesús me dice que por
una alquimia celestial, mi tristeza se tornará en gozo. No sé cómo va a ser
así, pero lo creo, y empiezo a cantar con anticipación. Este abatimiento de
espíritu no es para mucho tiempo, pronto estaré arriba con los gozosos que
alaban al Salvador día y noche, y allí cantaré de la misericordia que me libró
de grandes aflicciones.
domingo, 25 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 25
“¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a
llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de gracia, gracia a
ella”. Zacarías 4:7.
En este momento un monte
de dificultad, de apuro o de necesidad puede estar en nuestro camino, y la
razón natural no ve paso por encima, al través o alrededor de él. Venga la fe,
e inmediatamente el monte desaparece y se hace llanura. Pero primeramente la fe
tiene que oír la palabra del Señor: “No con ejército, ni con fuerza, sino con
mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Esta verdad grande es de
primera necesidad cuando salimos al encuentro de las pruebas insuperables de la
vida.
Veo que no puedo hacer
nada y que toda confianza en los hombres es vanidad. “No con ejército”. Veo que
no se puede confiar en ninguno de los medios visibles, pero que el poder está
en el Espíritu invisible. Sólo Dios puede obrar, y los hombres y los medios no
tienen que ser contados. Si en verdad el Dios Todopoderoso cuida de los
intereses de su pueblo, entonces los montes grandes son nada. Él puede remover
mundos como los muchachos juegan con pelotas o las lanzan con los pies. Él
puede conceder este poder. Si el Señor me manda que remueva un Alpe, lo puedo
hacer en su nombre. Puede ser un gran monte, pero aun ante mi flaqueza será
reducido a llanura; porque el Señor lo ha dicho: ¿De qué temeré si Dios está
por mí?
sábado, 24 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 24
“No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo”.
Algunas veces contenderá,
o no sería un padre sabio para hijos tan pobres y errantes como somos nosotros.
Su reprensión es muy penosa a los que son verdaderos, porque sienten cuánto la
merecen y cuán malo es de su parte haberle entristecido. Sabemos lo que significa
esta reprensión, y nos doblegamos delante del Señor, lamentando que le hemos
hecho enojarse con nosotros.
¡Pero qué consuelo
hallamos en estas líneas! “No contenderá para siempre”. Si nos arrepentimos y
volvemos a Él con corazones quebrantados por el pecado, y que dejan el pecado,
Él nos sonreirá en seguida. No le agrada mirar con reprensión hacia los que ama
con todo su corazón; es su gozo que nuestro gozo sea cumplido.
Venid, busquemos su
rostro. No hay motivo para la desesperación, ni aun para el temor. Amemos a un
Dios que reprende, y antes de mucho estaremos cantando: “Tu furor se apartó y
me has consolado”. ¡Fuera presentimientos tristes, que sois cuervos del alma!
¡Entrad, esperanza humilde y memoria grata, palomas del alma! El que nos perdonó
hace mucho tiempo como juez, nos perdonará otra vez como padre, y nos gozaremos
en su amor tierno e inmutable.
viernes, 23 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 23
“Jehová tu Dios echará a estas gentes de delante de ti poco a poco”.
Deuteronomio 7:22.
No esperemos ganar
victorias para el Señor Jesús de un solo golpe. Los principios y las costumbres
malas se dejan con dificultad. En algunos sitios toma años de trabajo echar
fuera aún uno de los muchos vicios que deshonran a los habitantes. Tenemos que
proseguir la guerra con toda nuestra fuerza, aun cuando vemos poco resultado.
Nuestro trabajo en este
mundo es conquistarlo para Jesús. No tenemos que entrar en negociaciones, sino
exterminar los males. No tenemos que buscar la popularidad, sino hacer guerra
sin cesar contra la iniquidad. La incredulidad, el papismo, la bebida, la
impureza, la opresión, el carácter mundano, el error; todos estos tienen que
ser echados fuera.
Sólo el Señor nuestro
Dios puede hacer esto. Él trabaja por sus siervos fieles; y bendito sea su
nombre, Él promete que así trabajará. “Jehová tu Dios echará a estas gentes de
delante de ti”. Esto hará poco a poco, para que aprendamos la perseverancia,
aumentemos en fe, velemos con ardor y evitemos la confianza carnal. Demos
gracias a Dios por un poco de éxito, y oremos por más. Nunca envainemos la
espada hasta que toda la tierra sea ganada por Jesús.
¡Ánimo, alma mía! Sigue
poco a poco, porque muchos pocos harán un conjunto grande.
NOVIEMBRE 22
“En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será
buscada y no parecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque
perdonaré a los que yo hubiere dejado”. Jeremías 50:20.
¡Esta sí que es una
palabra gloriosa! ¡Qué perdón más amplio se promete aquí a las naciones
pecadoras de Israel y Judá! El pecado será quitado de tal manera que no
parecerá, y borrado que no se hallará. ¡Gloria al Dios perdonador!
Satanás busca los pecados
para acusarnos de ellos, nuestros enemigos los buscan para culparnos de ellos y
nuestra conciencia los busca con un deseo morboso. Pero cuando el Señor nos
aplica la sangre preciosa de Jesús, no tememos ninguna clase de investigación,
porque no parecerán: “no se hallarán”. El Señor ha hecho que los pecados de su
pueblo ya no existan. Él ha dado fin del pecado y expiado la iniquidad. El
sacrificio de Jesús ha echado todos nuestros pecados en lo profundo del mar.
Esto nos hace saltar de gozo.
El motivo de la
cancelación del pecado es que Jehová perdona a sus escogidos. Su palabra de
gracia es no solamente real, sino divina. Él da la absolución y somos
absueltos. Él es nuestra propiciación y su pueblo está fuera de todo temor de
la condenación. ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios que quita el pecado!
miércoles, 21 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 21
“Mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra; porque yo soy
Dios, y no hay más”. Isaías 45:22.
Esta es una de las más
grandes de las promesas. Es el fundamento de nuestra vida espiritual. La
salvación viene por una mirada a Aquel que es “Dios justo y Salvador”. ¡Cuán
sencillo es el mandato! “Mirad a mí”. ¡Cuán razonable es la demanda!
Verdaderamente la criatura debiera mirar al Creador. Hemos mirado a otras
partes por largo tiempo, y es hora de que miremos solamente al que llama
nuestra atención y promete darnos su salvación.
¡Solamente una mirada!
¿No miraremos ahora mismo? No tenemos que traer nada de lo nuestro, pero
tenemos que mirar arriba a nuestro Señor en su trono, a donde ha subido desde
la cruz. Una mirada no requiere preparación, ni esfuerzo violento; no necesita
ni inteligencia, ni sabiduría, ni riqueza, ni fuerza. Todo lo que necesitamos
está en el Señor nuestro Dios; y si miramos a Él por todo, todo será nuestro y
seremos salvos.
¡Venid los que estáis
lejos, mirad acá! ¡Vosotros, términos de la tierra, volved vuestros ojos aquí!
Como desde las regiones más lejanas los hombres pueden ver el sol y gozar de su
luz, así vosotros que estáis al borde de la muerte, a las puertas del infierno,
podéis por una mirada recibir la luz de Dios, la vida del cielo, la salvación
del Señor Jesucristo, que es Dios, y por lo tanto puede salvar.
martes, 20 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 20
"Porque sació al alma menesterosa y llenó de bien al alma hambrienta".
Es bueno tener deseos, y
cuanto más intensos sean, mejor.
El Señor saciará los
deseos del alma, por grandes que sean o por mucho que nos preocupen. Deseemos
grandemente, porque Dios dará grandemente. No es nunca buena condición de ánimo
el estar contentos con nosotros mismos, y sentirnos libres de deseos. Deseos de
más gracia, y gemidos indecibles son señales de crecimiento y debiéramos querer
sentirlas más y más. ¡Espíritu Bendito, haz que suspiremos y clamemos por cosas
mejores!
El hambre no es una
sensación agradable. Sin embargo, son bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia. Tales personas no tan sólo serán aliviadas, sino saciadas. No
serán saciadas con comida ordinaria, sino que su alimento será digno de su
bondadoso Señor, porque serán saciados de bien por Jehová mismo.
Venid, no nos entristezcamos
por el hecho de anhelar y tener hambre. Oigamos la voz del salmista cuando él
desea y ansía ver a Dios engrandecido. “Alaben la misericordia de Jehová, y sus
maravillas para con los hijos de los hombres”.
lunes, 19 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 19
“Mas desde aqueste día daré bendición”. Hageo 2:19.
Lo futuro está escondido
de nosotros. Sin embargo, aquí tenemos un espejo en el cual podemos ver los
días venideros. El Señor dice, “desde aqueste día daré bendición”.
Vale la pena notar el día
al cual se refiere esta promesa. Había habido mala cosecha, viento solano y
tizoncillo, todo a causa del pecado del pueblo. Ahora el Señor vio que estos
que habían sido castigados empezaban a obedecer su palabra, y a edificar su
templo, y por lo tanto dice: “desde el día que se echó el cimiento al templo de
Jehová; poned vuestro corazón. Desde aqueste día daré bendición”. Si hemos
vivido en cualquier pecado, y el Espíritu nos guía a apartarnos de ello,
podemos contar con la bendición del Señor. Su sonrisa, su Espíritu, su gracia y
la revelación amplia de su verdad, todo nos manifiesta una bendición aumentada.
Sufriremos tal vez mayor oposición de los hombres a causa de nuestra fidelidad,
pero nos elevaremos a una comunión más íntima con el Señor nuestro Dios, y a
una vista más clara de nuestra aceptación en Él.
Señor, estoy resuelto a
serte más fiel y más exacto en seguir tu doctrina y tus preceptos; y te ruego,
por lo tanto, por Cristo Jesús, que aumentes la bendición de mi vida diaria
desde ahora y para siempre.
domingo, 18 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 18
“En aquel día Jehová defenderá el morador de Jerusalén; y el que entre
ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como
ángeles, como el ángel de Jehová delante de ellos”. Zacarías 12:8.
Una de las mejores
maneras por las cuales el Señor defiende a su pueblo es haciéndoles fuertes con
poder en el hombre interior. Los hombres son mejores que las murallas, y la fe
es más fuerte que los castillos.
El Señor puede tomar el
más flaco entre nosotros y hacerle como David, el campeón de Israel. ¡Señor,
haz esto conmigo! Infunde en mí tu poder, y lléname de valor santo para que
pueda hacer frente al gigante con honda y piedra, confiando en Dios.
El Señor puede hacer que
sus campeones más grandes sean aún más fuertes de lo que son; David puede ser
como un ángel, el ángel de Jehová. Esto sí que sería una manifestación
maravillosa, pero es posible, puesto que Dios lo dice. ¡Oh, Señor, obra así con
los mejores de nuestros guías! Muéstranos lo que puedes hacer, es a saber,
levantar tus siervos fieles a una excelencia de gracia y santidad que
claramente sea sobrenatural.
Señor, mora en tus santos
y serán como Dios; pon tu poder en ellos, y serán como los seres vivientes que
viven en la presencia de Jehová. Cumple esta promesa a tu iglesia entera en
este nuestro día por amor de Jesús. Amén.
sábado, 17 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 17
“Porque no dejará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad”.
No, Él no dejará ni aun
uno de ellos. Los hombres tienen sus desamparados, pero Dios no tiene ninguno;
porque su elección es inmutable, y su amor eterno. Nadie puede encontrar ni una
sola persona que Dios haya desamparado después de haberse revelado a él para la
salvación.
Esta verdad grande es
mencionada en el Salmo para alegrar el corazón de los afligidos. El Señor
castiga a los suyos, pero no los desampara. El resultado de la doble obra de la
ley y de la vara es nuestra enseñanza y el fruto de esa enseñanza es un
espíritu tranquilo y un espíritu sensato de los cuales viene descanso. Los
impíos son dejados solos hasta que se cave el hoyo en el cual caerán y serán
tomados; pero los justos son mandados a la escuela para que estén preparados
para su glorioso destino en lo venidero. El juicio volverá y acabará su obra en
los rebeldes, pero igualmente volverá a justificar a los sinceros y los
piadosos. Así que podemos sufrir la vara del castigo con sumisión tranquila;
porque expresa el amor y no la ira.
viernes, 16 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 16
“Toda herramienta que fuese fabricada contra ti no prosperará; y Tú
condenarás toda lengua que se levantare contra ti en juicio”. Isaías 54:17.
Hay un ruido grande en
las fraguas y las forjas del enemigo.
Están haciendo
herramientas con las cuales quieren herir a los santos. No podrían hacer ni aun
esto si el Señor de los santos no lo permitiese; porque Él ha criado el herrero
que sopla las ascuas en el fuego. ¡Pero mirad cuán diligentemente trabajan! ¡Cuántas
espadas y lanzas hacen! No importa nada, porque sobre la hoja de cada arma se
puede leer esta inscripción: “No prosperará”.
Pero ahora escuchad otro
ruido: la contención de lenguas. Las lenguas son herramientas más terribles que
las que se hacen con martillos y yunques, y el mal que pueden hacer hiere más
profundamente y se extiende más. ¿Qué será de nosotros ahora? La calumnia, la
mentira, la insinuación y la burla… estas son flechas venenosas; ¿cómo las
resistiremos? El Señor Dios nos promete que si no podemos hacerlas callar, a lo
menos no nos podrán arruinar. Nos condenan por el momento, pero nosotros las
condenaremos al fin para siempre. La boca de los que hablan mentira será
cerrada y sus engaños serán tornados en honra de aquellos hombres buenos que
han sufrido por ellos.
NOVIEMBRE 15
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19.
El Dios de Pablo es
nuestro Dios, y suplirá todo lo que nos haga falta. Pablo estaba cierto de esto
en cuanto a los filipenses, y nosotros estamos ciertos de ello en cuanto a
nosotros mismos. Dios lo hará, porque es propio de Él hacerlo: nos ama, toma
placer en bendecirnos, y le glorificará hacerlo. Su compasión, poder, amor y
fidelidad, todo ayuda a que no estemos hambrientos.
¡De qué medida se sirve
el Señor! “Conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Las riquezas de
su gracia son grandes, pero ¿qué diremos de las riquezas de su gloria? Sus “riquezas
en gloria en Cristo Jesús”, ¿quién puede estimarlas? Según esta medida inconmensurable
Dios llenará el abismo inmenso de nuestras necesidades. Él hace al Señor Jesús
el recipiente y el medio de su plenitud, y entonces nos da su riqueza de amor
en su más alto grado. ¡Aleluya!
El autor sabe lo que es
ser probado en el trabajo del Señor. La fidelidad ha sido recompensada con ira,
y dadores liberales han dejado de suscribir; pero aquel a quien desearon
oprimir no ha sido más pobre por ello, al contrario, más bien se ha
enriquecido; porque esta promesa ha sido verdadera: “Mi Dios suplirá todo lo
que os falta”. Los fondos de Dios son más seguros que el Banco de Inglaterra.
miércoles, 14 de noviembre de 2018
NOVIEMBRE 14
“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Juan 14:14.
¡Qué promesa más amplia! “¡Algo!”
Si mis necesidades son grandes o pequeñas, todas están encerradas en aquella
palabra “algo”. Ven, alma mía, ten libertad delante del propiciatorio, y
escucha a tu Señor diciéndote: “Ensancha tu boca, y henchirla he”.
¡Qué promesa más sabia!
Siempre tenemos que pedir en el nombre de Jesús. Al paso que esto nos anima a nosotros,
le honra a Él. Esta es una recomendación constante. Algunas veces toda otra
recomendación es oscurecida, especialmente las que pudiésemos sacar de nuestra
propia relación con Dios o de nuestra experiencia de su gracia; pero en tales
ocasiones el nombre de Jesús es tan poderoso delante del trono como siempre, y
podemos invocarlo con plena certidumbre.
¡Qué oración tan llena de
enseñanza! No debo pedir nada si no puedo poner a ello la mano y el sello de
Cristo. No me atrevería a poner el nombre de mi Señor a una petición egoísta u
obstinada. Solamente puedo poner el nombre de mi Señor a las oraciones que Él
mismo oraría si estuviese en mi caso. Es un alto privilegio estar autorizado a
pedir en el nombre de Jesús, como si Jesús mismo pidiese; pero nuestro amor
hacia Él nunca nos permitirá poner aquel nombre donde Él no lo hubiera puesto.
¿Estoy pidiendo aquello
que Jesús aprobaría? ¿Me atrevo a poner su sello a mi oración? Entonces tengo
aquello que estoy buscando del Padre.
NOVIEMBRE 13
“He aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. Salmo 121:4.
Jehová es el que “guarda
a Israel”. Nunca está inconsciente, ni se adormece, ni duerme. Nunca deja de
guardar la casa y el corazón de su pueblo. Esta es una razón suficiente para
que descansemos en perfecta paz. Alejandro dijo que dormía porque su amigo
Parmenio velaba; mucho más podemos nosotros dormir, puesto que Dios es nuestro
guardador.
La frase “he aquí” está
puesta para llamar nuestra atención a esta verdad consoladora. Israel durmió,
aunque tenía una piedra por almohada, pero su Dios estaba despierto y apareció
en una visión a su siervo. Cuando estamos acostados sin defensa, Jehová mismo
cubrirá nuestra cabeza.
El Señor guarda su pueblo
como un rico guarda su tesoro, como un capitán guarda una ciudad con
guarnición, como un centinela guarda a su soberano. Nadie puede dañar a
aquellos que están así guardados. Que encomiende yo mi alma en sus manos
queridas. Él nunca se olvida de nosotros, nunca deja de cuidarnos eficazmente,
nunca se encuentra incapaz de guardarnos.
¡Oh, Señor mío! Guárdame,
no sea que me desvíe y caiga y perezca. Guárdame para que guarde tus
mandamientos. Por tu cuidado vigilante guárdame de dormir como el perezoso y de
perecer así como los que duermen en muerte.
lunes, 12 de noviembre de 2018
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