Versículo para hoy:
domingo, 15 de julio de 2018
JULIO 15
“Bienaventurados los que lloran; porque ellos recibirán consolación”.
Mateo 5:4.
Llegamos a Sión por un
valle de lágrimas. Uno hubiera pensado que el llanto y la bendición eran
términos opuestos, pero el infinitamente sabio Salvador los une en esta
bienaventuranza. Por tanto, lo que Él ha juntado, no lo aparte el hombre.
Llorar por el pecado, nuestros propios pecados y los pecados de otros, es el
sello que el Señor pone sobre sus fieles. Cuando el Espíritu de gracia es
derramado sobre la casa de David, o cualquiera otra casa, harán llanto. Por el
llanto santo recibimos nuestras mejores bendiciones, como los productos más
escogidos nos vienen por agua. No sólo será bendito el que llora, en un día
futuro, sino que Cristo ahora mismo lo declara bienaventurado.
El Santo Espíritu
consolará ciertamente los corazones que lloran el pecado. Serán consolados por
la aplicación de la sangre de Jesús y por el poder purificador del Espíritu
Santo. Serán consolados en cuanto al pecado que abunda en su ciudad y en su
siglo, por la certeza de que Dios se glorificará a sí mismo, a pesar de lo
mucho que se rebelan los hombres en contra suya. Serán consolados con la
esperanza que antes de mucho estarán del todo libres del pecado, y pronto serán
llevados a morar para siempre en la gloriosa presencia de su Señor.
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