Versículo para hoy:
viernes, 9 de agosto de 2019
9 de agosto – LA APOSTASÍA
Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15.
Observemos en detalle
las variadas causas o excusas para la deserción. ¿Por qué renuncian a la
profesión de fe que una vez hicieron? La razón fundamental es una falta de
gracia, una ausencia de fe verdadera, de santidad vital. Sin embargo, quiero
con ansiedad referirme a las razones externas que muestran la apostasía interna
del corazón. Hay algunos en la actualidad, como existían también en los tiempos
de Jesús, que se apartaron de Cristo porque no podían soportar su doctrina. Hay
muchos aspectos en los que el evangelio resulta ofensivo a la naturaleza humana
y el orgullo de la criatura se rebela.
Las doctrinas erradas
conducen a muchos a la apostasía. Empiezan leyendo artículos con el objetivo de
responder al escepticismo científico o intelectual. Leen un poco más y avanzan
un poco más profundo en esa corriente turbia, porque se sienten capaces de
lidiar con esas corrientes insidiosas. Continúan, hasta que al final quedan
atrapados. No acuden a aquellos que pudieran ayudarlos en su lucha, sino que
continúan hasta que ya no dan pie, y el que dijo que era un creyente termina
siendo un ateo empedernido, dudando incluso acerca de la existencia de Dios.
¡Ay, si aquellos que son bien enseñados estuvieran contentos con la enseñanza
que reciben! ¿Por qué coquetear con las herejías? ¿Qué pueden hacer ellas, sino
contaminar sus mentes? Insiste en el estudio de la Palabra de Dios. Si te toca
enfrentarte con estos males, hazlo con valentía, orando a Dios para que te
ayude. Pero si no es necesario, ¿qué tienes que hacer tú probando un material
tan nocivo como ese?
A través de la Biblia en un año: Hebreos 1-2
8 de agosto – PERMANECE EN EL CAMINO
Timoteo; ¡cuida bien lo que se te ha confiado! Evita las
discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la falsa ciencia. Algunos,
por abrazarla, se han desviado de la fe. Que la gracia sea con ustedes. 1 Timoteo 6:20-21.
No hay mal tan
lamentable dentro de nuestras comunidades cristianas como el de los miembros
que se apartan. El mismo diablo no es un enemigo tan sutil como lo fue Judas
cuando, luego de la cena, Satanás entró en él. Judas era amigo de Jesús. Jesús se
dirigía a él como tal. Y Judas dijo: «Salve, Maestro», y lo besó. Pero Judas
fue quien lo traicionó. Esa imagen pudiera consternarte, es un peligro que tú
también puedes estar corriendo. En todas nuestras iglesias, de todos los que se
reciben como miembros, hay algunos desertores. Continúan durante un tiempo y
luego regresan al mundo. La razón principal por la que se retraen es una
incongruencia obvia. «Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de
los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros» (1 Juan 2:19).
Aquellos que se
apartan, ¿qué sucede con ellos? Bueno, si son hijos de Dios, te diré lo que
sucede con ellos porque lo he visto muchas veces. Aunque se apartan, no son
felices. No pueden descansar, porque se sienten miserables aunque traten de
aparentar estar alegres. Luego de un tiempo comienzan a recordar su primer
estado, porque en aquel entonces les iba mejor que ahora. Regresan, pero hay
más y más cicatrices, sin hablar de la vergüenza que tienen que llevar con ellos
a la tumba; nunca serán los hombres que antes fueron.
A través de la Biblia en un año: Job 40-42
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