Versículo para hoy:

martes, 23 de julio de 2024

GUARDANDO EL CORAZÓN - JOHN FLAVEL

 
3- TIEMPOS QUE REQUIEREN UN CUIDADO ESPECIAL DEL CORAZÓN

11. EL TIEMPO DE LOS SUFRIMIENTOS POR LA FE 

En cuarto lugar, ¿Es que el Redentor descuidó nuestros intereses y pensó poco en nosotros cuando por nuestro bien soportó sufrimientos que no tienen comparación con los nuestros? ¿Él se echó atrás? No. "Sufrió la cruz, menospreciando el oprobio" (Hebreos 12:2). ¿Soportó Él esto por nosotros con paciencia y constancia inquebrantable, y nos encogeremos por un sufrimiento temporal por su causa?

En quinto lugar, ¿es que podemos abandonar tan fácilmente la comunidad de creyentes y los privilegios de los santos y volvernos al lado del enemigo? ¿Estamos dispuestos a retirar nuestro apoyo a aquellos que se han propuesto perseverar, y poner nuestra influencia en la balanza en contra de ellos? Preferible sería que nuestro cuerpo y alma se deshicieran. "Si retrocediere, no agradará a mi alma" (Hebreos 10:38).

En sexto lugar, ¿cómo podremos mantenernos frente a Cristo en el día del juicio si lo abandonamos ahora? "El que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles (Marcos 8:38).

Solo un poco más, y el Hijo del Hombre vendrá en las nubes del cielo, con poder y gran gloria, para juzgar al mundo. Se sentará en el trono de juicio, y todas las naciones serán puestas delante de Él. Imaginemos que estamos viendo lo que sucederá aquel día. Contemplemos a los impíos, a los apóstatas, y escuchemos la sentencia consumadora que se pronuncia sobre ellos, y veamos cómo se hunden en el pozo de la desgracia infinita y eterna. ¿Abandonaremos a Cristo ahora, dejaremos su causa para librarnos de un poco de sufrimiento o para promover una infructuosa vida en la tierra? ¿Nos expondremos al destino de un apóstata?

Recordemos que aunque podamos silenciar las reconvenciones de nuestra conciencia ahora, no podremos evitar luego la sentencia del Juez. Guardemos nuestro corazón por estos medios, para que no se aparte del Dios viviente.