Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo
confirma en el Espíritu Santo. Me invade una gran tristeza y me embarga un
continuo dolor. Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el
bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel. Romanos 9:1-4.
Pablo se convierte en
el salvador de muchos debido al deseo de su corazón y su oración a Dios para
que estos se salven. ¡Ay, le imploro a Dios que venga sobre nosotros un hambre
divina que no pueda satisfacerse a menos que los hombres se rindan a Jesús!; un
deseo intenso y ferviente, un deseo jadeante de que los hombres se sometan al
evangelio de Jesús. Esto te enseñará mejor que la mejor preparación que una
universidad pueda darte acerca de cómo tratar con los corazones humanos. Esto
le dará a la lengua tartamuda la palabra pronta; el corazón ardiente quemará
las cuerdas que aprietan firmemente a la lengua. Te convertirás en sabio para
ganar almas, aunque quizá nunca exhibas la brillante elocuencia o la fuerza de
la lógica. Los hombres se maravillarán ante tu poder, el secreto les será
oculto, y el hecho es que el Espíritu Santo te cubrirá y tu corazón te enseñará
sabiduría, Dios enseñará a tu corazón. Profundos sentimientos de tu parte hacia
otros harán que otros sientan por sí mismos y Dios te bendecirá y eso desde
bien temprano.
A través de la Biblia en un año: Hechos
20-22
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