Precisamente por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía
tales cosas en sábado. Pero Jesús les respondía: «Mi Padre aun hoy está
trabajando, y yo también trabajo». Juan 5:16-17.
Pienso que una iglesia
fuerte es una institución muy valiosa, pero siempre he rechazado la idea de que
todo lo que tienes que hacer es sentarte en un banco domingo tras domingo y
escucharme, y a algunos de ustedes les he hablado con el propósito de no verlos
con tanta frecuencia. No quiero verlos, porque sé que están sirviendo al
Maestro en otra parte. Hay algunos de nuestros hermanos que solo vienen a la
iglesia para la Santa Cena, ¿por qué? Porque están sirviendo en otros lugares
de una u otra forma. Son los mejores miembros que tenemos y no tachamos sus
nombres de la lista porque no asistan con frecuencia. Están trabajando en
alguna misión, o tratando de abrir un nuevo lugar de predicación, o haciendo
alguna otra cosa para el Maestro. ¡Dios los bendiga! Esta es la mayor bendición
que puedes tener, en el momento que encuentras la luz y te das cuenta que el
mundo está en oscuridad, corre y pásale a otro la antorcha. Si vas a otra
persona y le dices: «No tendré menos luz por darte un poco a ti», Dios, el
Espíritu Santo, derramará sobre ti nuevos haces de luz y brillarás cada vez más
hasta que el día sea perfecto.
A través de la Biblia en un año: 1 Pedro 1-2
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