Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá
el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado
entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los
pecadores. Isaías 53:12.
Los movimientos del
Espíritu de Dios en las almas de su pueblo son las pisadas de los propósitos
eternos de Dios a punto de cumplirse. Para un hombre siempre es una señal
esperanzadora que otro ore por él. Es difícil arrastrar a un hombre al infierno
a quien un hijo de Dios está halando hacia el cielo mediante la intercesión. A
menudo la intercesión de los santos derrota a Satanás en sus tentaciones.
Entonces, ten esperanza de que tu sentido personal de compasión por las almas
sea un indicio de que Dios las bendecirá. Ismael, de quien Agar se compadecía,
fue un muchacho acerca de quien se hicieron grandes y amplias promesas. Él no
podía morir, a Agar se le había olvidado eso, pero a Dios no. No había sed que
pudiera destruirlo porque Dios dijo que haría de Ismael una gran nación.
Esperemos que aquellos por quienes tú y yo estamos orando y trabajando estén,
de acuerdo con el propósito eterno de Dios, salvaguardados del infierno porque
la sangre de Cristo los ha comprado y ellos tienen que pertenecerle al Señor.
Nuestras oraciones son insignias de la voluntad de Dios. El Espíritu Santo nos
guía a orar por aquellos a quienes él tiene la intención de llamar.
A través de la Biblia en un año: Deuteronomio
25-28
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