El ADN del gozo es la gratitud.
¿Has notado que la gente engreída y quejosa no es muy gozosa?
Desearía siempre
llevarla conmigo.
Desearía que siempre
moldeara la forma
en que veo la vida.
Desearía que dirigiera
mis deseos.
Desearía que fuera
la inclinación natural de
mi corazón.
Desearía recordar que
Tu gracia maravillosa
calla mis quejas.
Desearía que
mi adoración a Ti,
mi confianza en Ti,
mi descanso en Ti
alejara toda queja.
Si mi corazón ha de ser
librado del murmullo
y gobernado por la gratitud,
necesito Tu gracia:
gracia para recordar,
gracia para ver,
gracia que produzca
un corazón humilde y gozoso.
Para profundizar y ser alentado: Salmo 107
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