"¡Levantaos, vámonos de aquí!", Juan 14:31
Soñar con respecto a algo, para poder hacerlo de una manera correcta, está bien; pero soñar sobre eso,
cuando deberíamos estar haciéndolo, está mal. En este pasaje, después de haberles dicho esas palabras
maravillosas a sus discípulos, podríamos esperar que nuestro Señor les hubiera dicho que se fueran y
meditaran en ellas; pero Jesús nunca permitió que pasaran el tiempo fantaseando. Cuando nuestro
propósito es buscar a Dios y descubrir su voluntad para nosotros, soñar despiertos es correcto y aceptable.
Sin embargo, cuando nuestra tendencia es a pasar el tiempo soñando despiertos sobre lo que ya se nos ha
ordenado hacer, esto es inaceptable y Dios nunca lo podrá bendecir. Él tomará la iniciativa contra esa
clase de ensoñación y nos instará a la acción. Sus instrucciones para nosotros serán en estos términos:
“¡No te sientes ni te detengas ahí! ¡Sólo sigue adelante!"
Si estamos esperando en silencio delante de Dios después de que nos ha dicho: Venid vosotros aparte,
estamos meditando delante de Él para buscar su voluntad (Marcos 6:31). Sin embargo, cuidémonos de
que Él sea la fuente de todos tus sueños y deleites y con diligencia obedece lo que Él ha dicho. Cuando
estás enamorado, tú no te sientas y sueñas despierto todo el tiempo con la persona amada, sino que vas y
haces algo por ella. Eso es lo que Jesucristo espera de nosotros. Soñar despierto después de que Dios ha
hablado indica que no confiamos en Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario