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La licencia sexual es incompatible
con la fe cristiana, porque al cristiano se le ha mandado exponer el
verdadero carácter de la maldad sexual. Usted no puede exponer algo y
participar en ello al mismo tiempo, cosa que resulta totalmente
inconsistente. La iglesia de Jesucristo está dirigida por el Espíritu Santo
para ser un medio de información correcta sobre asuntos relacionados con el
sexo. Pablo dice que la iglesia es “columna y defensa de la verdad” (1
Timoteo 3:15). Yo no dudo en decir hoy que solo la iglesia puede enseñar al
mundo la verdadera naturaleza del sexo. Incluso las personas mundanas serias,
que pretenden ser totalmente sinceras en cuanto a aliviar los problemas de la
sociedad, no ven las cosas con claridad. Por lo tanto, no podemos aceptar
afirmaciones del mundo respecto a estos asuntos sin compararlos con la verdad
de las Escrituras.
Pero la labor de los cristianos es
defender las verdades sobre estos temas. Estas personas deberían desafiar las
ideas falsas, arrancando la máscara a estos falsos conceptos y revelando la
verdad. Si necesitásemos alguna justificación para proclamar un mensaje como
este, aquí la tenemos: El apóstol dice: “No participéis en las obras
infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”, sacándolas a la
luz, haciendo que estén visibles. Esto no quiere decir que tengamos que
denunciar a estas personas. El mundo no se deja impresionar ni mucho menos
por las personas que se dedican a denunciar. Lo que debiera hacer la
iglesia es mostrar la verdad que sea útil respecto a estas cosas, eliminar
las mentiras y permitir que el mundo se entere de cuál es el propósito de
Dios respecto al sexo, que debe ser algo sano, precioso, maravilloso y
debidamente protegido por los vínculos del matrimonio.
Los jóvenes están siempre buscando
una causa que defender. En común con una gran parte de nuestra sociedad,
quieren rebelarse en contra de algo. ¿Puedo sugerir algo? ¡Rebélate en contra
de la rebelión! Arranca los velos sobre estos engaños que se apoderan hoy de
las personas, haciendo que tengan la esperanza de encontrar algo precioso,
sano y maravilloso en cuanto a explotar el sexo. Pero no lo encontrarán.
Ayúdeles a que se den cuenta de esto, rasgando estos velos.
Pero lo primero que debe hacer
es despertar usted mismo. Es preciso alertar las mentes y los corazones. Dese
usted cuenta de que en la Palabra de Dios tenemos la verdad tal y como es.
Cristo le dará a usted luz y, cuando lo haga, hable sobre ello a alguna persona;
proclámelo por todas partes. Aproveche usted el interés universal que existe
actualmente acerca del tema, algo que es perfectamente apropiado. Ayude usted
a las personas a que se den cuenta de que esto forma parte del gran anhelo de
Dios en su amor redentor, que desea siempre alejar a las personas de todo lo
que destruye, arruina y crea desdicha y miseria, para que haya integridad,
plenitud y gozo, pudiendo llevar una vida tal y como Dios pretendió que la
viviésemos. Exponga usted estas cosas, “porque la luz es lo que manifiesta
todo” (v. 13). Todo lo que sirve para arrancar la máscara y exponer los
hechos es luz.
Padre, concédeme poder caminar como
sugiere este versículo que debo hacerlo, brillando como una luz en lugares
oscuros. Te doy gracias por este privilegio en este día de oscuridad.
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Aplicación a la vida
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La oscuridad es la ausencia de la
luz al igual que la apatía es la falta de acción. ¿Cómo actuamos con el fin
de exponer la verdad de la Luz en la Palabra? ¿Cuándo y en nombre de Quién
hablamos?
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