El don que tiene usted posiblemente
corresponda a una de las dos principales divisiones dentro del cuerpo.
Existen ciertos dones a los que podemos considerar como ministerios de apoyo
general, gracias a los cuales se beneficia todo el cuerpo. Hay cuatro de
ellos y a continuación hay otra división de dones, a los que podemos llamar dones
de trabajo.
Los cuatro ministerios de apoyo
existen para equipar a los santos para la obra del ministerio (es decir, el
contacto con el mundo) y para la edificación del cuerpo de Cristo (es decir,
para mantener la salud de la iglesia). ¿Quién debe de hacer estas dos cosas?
¡Los santos, el pueblo! Esa es la intención de Dios, pues no es la labor de
los pastores, ya que lo que ellos hacen es algo diferente. Ellos deben enseñar, equipar, apoyar y motivar a las personas para que realicen esta
labor. Son las personas las que deben de hacer el trabajo de la iglesia.
Cualquier otra cosa que no sea esto es una distorsión de lo que Dios planeó
respecto a cómo debía ser la iglesia.
Se ha producido un enorme fracaso
en la vida de la iglesia respecto a este punto. A lo largo de los siglos, la
iglesia se fue separando gradualmente del sistema sencillo que había hecho
que fuese una influencia tan poderosa e impulsora en la sociedad durante sus
primeros años, produciéndose gradualmente una terrible distorsión debido a la
cual todavía estamos sufriendo en la actualidad. La iglesia se identificó con
la construcción de grandes y masivas catedrales, con estructuras imponentes,
a las cuales se hacía referencia como la iglesia. El pensamiento
popular se centró sobre el edificio como el símbolo que identificaba a la
iglesia, en lugar del pueblo. Juntamente con esta idea se produjo una
transferencia gradual de responsabilidad del pueblo al clero para que
llevasen a cabo la obra del ministerio. No tardó el cristianismo en convertirse
en un deporte para espectadores, muy semejante a la definición que oí
recientemente sobre el fútbol: ¡once hombres en el terreno de juego que
desesperadamente necesitan descanso y cuarenta mil personas en las gradas que
desesperadamente necesitan el ejercicio!
¿Cómo descubre usted el don que
tiene usted? La respuesta es que descubre usted los dones espirituales de la
misma manera que encuentra los talentos naturales. Aquellos de ustedes que
son músicos, ¿cómo saben que tienen el don de la música? Ustedes los atletas,
¿cómo descubrieron que tenían una coordinación física extraordinaria? Los
dones espirituales se descubren de la misma manera. Normalmente usted se
sentirá atraído al ver a ciertas personas ejercitando un don, y eso le atrae
a estas personas. Luego intenta usted varias cosas diferentes y no tarda en
descubrir que no tiene el don para ciertas cosas ni mucho menos. Juntamente
con otras personas se dice a sí mismo: “Tal vez pueda hacer esto”. Hay
algunas actividades que disfruta usted más que otras, lo cual es una posible
indicación. Lo que usted disfruta hacer normalmente es lo que Dios le concede
el privilegio de hacer, porque el poner en práctica los dones espirituales es
algo gozoso que hacer. Las personas se complacen enormemente en ejercitar
estos dones. Una indicación importante es ver si otros reconocen el don en
usted y le animan a usarlo. Es importante que otras personas reconozcan su
don.
Padre, ¡qué plan y programa tan
magnífico para que este mundo sea ayudado, cambiado y liberado en su absoluta
necesidad! Dios, concede que yo sienta algo de la emoción y el desafío de
hacer uso de mi don.
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Aplicación a la vida
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¿Cuántas personas en la actualidad
consideran su iglesia local como un edificio al que ir? ¿De qué manera ha debilitado
esta manera popular de pensar el ministerio de Cristo en Su Cuerpo así como
en el mundo?
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