Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con
Abraham, el hombre de la fe. Gálatas 3:9.
¿Dónde está la
predicación o la enseñanza que se lleva a cabo con fe absoluta en lo que se
predica o enseña? Es inútil forzar a otros a escuchar y aceptar lo que decimos.
Mis hermanos y hermanas, ¿dónde está nuestra fe? En la iglesia parecía algo
casi sobrenatural cuando se dijo que el Sr. Jorge Mueller caminó en fe con
respecto a las cosas temporales. Educar a los niños en la fe era criarlos en la
convicción de un temor reverente. Nos encontramos en una época en la que las
personas no confían a Dios las cosas rutinarias de la vida, ¿no es cierto? Día
a día Abraham caminó con Dios, pero si ahora te encuentras con un hombre que
camina con Dios en su negocio y que con fe lleva a Dios cada detalle y cada
asunto de su vida hogareña, las personas lo miran con asombro y cierto grado de
reticencia. Piensan que tiene gracia en su corazón pero también sospechan que
le falta un tornillo o no actuaría de esa manera. Oh, sí, decimos que tenemos
fe, pero cuando se trata de las cotidianas realidades de la vida, ¿dónde está
nuestra fe?
Mis hermanos, ¿por qué
están tan afanados? ¿Por qué están tan ansiosos, si tienen fe en Dios? ¿Por qué
muestran tanta desconfianza con respecto a las cosas de este mundo, como lo
hacen los hombres mundanos? ¿Por qué ese temor? ¿Esa murmuración? ¿Esa
preocupación? Oh, mi Salvador, si vinieras ahora no hallaríamos excusa para
nuestra desconfianza, nuestros necios temores, nuestra falta de dulce descanso
en ti. No confiamos en ti como debemos hacerlo, y si ese es el caso de aquellos
que son deudores a tu fidelidad amorosa, ¿dónde encontrarás fe en la tierra?
A través de la Biblia en un año: Santiago 3-5
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