Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al
pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De
este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.
Efesios 4:11-13.
¿No están ustedes
conscientes, creyentes, de estar edificados conforme a un glorioso modelo
elevado y noble? Todavía no parece lo que seremos, pero deben estar conscientes
de que cada hilada de piedras preciosas se edifica sobre el fundamento de la fe
en Cristo. Ya que ustedes han conocido al Señor, han hecho un notable avance.
Por momentos tienes temor de solo crecer hacia abajo, pero has crecido; hay
algo en ti ahora que no tenías hace diez años. Yo estoy claramente consciente,
de alguna manera, de que hace veinte años no estaba donde estoy ahora. Quiero
que la vida que hay en mí se desarrolle y sea libre. ¿Nunca te sientes así? ¿No
has sentido como si tú mismo fueras grande con una naturaleza mucho más
gloriosa y has deseado la liberación de la carne y la debilidad? Estos gemidos,
aspiraciones, esperanzas y deseos son todos sellos de salvación; tú nunca
encontrarás a los impíos así conmovidos. Estos dolores son característicos de
la vida. Tú no eres una estructura terminada, sino una casa en proceso de
construcción y puedes estar seguro de que uno de estos días se pondrá la última
piedra con gritos de «Gracia, gracia para con ella».
A través de la Biblia en un año: 2
Samuel 5-8
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