También se parece el reino de los cielos a una red echada al
lago, que recoge peces de toda clase. Cuando se llena, los pescadores la sacan
a la orilla, se sientan y recogen en canastas los peces buenos, y desechan los
malos. Mateo 13:47-48.
Recuerdas que el Señor
Jesucristo dijo, con respecto a esas ciudades en las que sus obras poderosas se
llevaron a cabo, que sería más tolerable el día del juicio para Sodoma y
Gomorra que para Capernaúm y Betsaida donde él había estado tan a menudo.
Cristo ha estado cerca de ti y tú has escuchado su evangelio, el que muchos
pobres paganos no han escuchado. Ahora que has escuchado el evangelio, el
evangelio del sacrificio expiatorio de Cristo, su sangre clamará en tu contra,
así como la sangre de Abel clamó en contra de Caín, si no se aplica a ti para
limpiarte de pecado. No puedes escapar del Señor Jesucristo. Estás atrapado en
la malla de la gran red que él ha lanzado sobre todos aquellos que han
escuchado el evangelio. «El que cree en él no es condenado, pero el que no cree
ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.
Esta es la causa de la condenación; que la luz vino al mundo, pero la humanidad
prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos» (Juan
3:18-19). Si no crees en el Señor Jesucristo, decides que él no te salve y
quedarte en la condición en la que ya estás, es decir «condenado».
A través de la Biblia en un año: 2
Corintios 9-10
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