El traidor les había dado esta contraseña: «Al que le dé un
beso, ese es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado». Tan pronto como llegó,
Judas se acercó a Jesús. -¡Rabí! –le dijo, y lo besó. Entonces los hombres
prendieron a Jesús. Marcos 14:44-46.
Nuestro Señor les dijo
a los discípulos: «En este mundo afrontarán aflicciones» (Juan 16:33), y
explicó que esto quería decir que los hombres los expulsarían de las sinagogas;
sí, que llegaría el momento en que aquellos que los mataran pensarían que
estaban sirviendo a Dios. «Así mismo serán perseguidos todos los que quieran
llevar una vida piadosa en Cristo Jesús» (2 Timoteo 3:12).
La oposición del mundo
no está confinada a la persecución sino que a veces toma la forma aun más
peligrosa de la adulación, se ofrecen anzuelos agradables y se utilizan
encantos para alejar al creyente de su Señor. El mundo ha herido a muchos
penosamente cuando los ha saludado con el beso de Judas en sus labios y un
puñal en la mano derecha con el cual matar el alma. Pobres de aquellos que
ignoran las artimañas del mundo. Este es un problema lastimoso bajo el sol: que
los hombres son falsos; sus palabras más suaves que la mantequilla pero por
dentro son espadas desenvainadas. Esto a menudo sorprende a los cristianos
jóvenes. Ellos imaginaron que ya que los piadosos estaban fascinados con sus
encantos, todos los demás estarían igualmente complacidos, tropiezan cuando
descubren que se habla mal de su bondad. ¿Hay algún recluta primerizo entre mis
oyentes? Dejen que aprenda que ser un soldado de la cruz significa una
verdadera guerra y no una pelea falsa. Él está en territorio enemigo y llegará
el momento en que, como veterano de guerra, se sorprenderá si pasa un día sin
conflicto o es capaz de envainar su espada durante una hora.
A través de la Biblia en un año: Romanos
5-6
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