“En aquel día Jehová defenderá el morador de Jerusalén; y el que entre
ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como
ángeles, como el ángel de Jehová delante de ellos”. Zacarías 12:8.
Una de las mejores
maneras por las cuales el Señor defiende a su pueblo es haciéndoles fuertes con
poder en el hombre interior. Los hombres son mejores que las murallas, y la fe
es más fuerte que los castillos.
El Señor puede tomar el
más flaco entre nosotros y hacerle como David, el campeón de Israel. ¡Señor,
haz esto conmigo! Infunde en mí tu poder, y lléname de valor santo para que
pueda hacer frente al gigante con honda y piedra, confiando en Dios.
El Señor puede hacer que
sus campeones más grandes sean aún más fuertes de lo que son; David puede ser
como un ángel, el ángel de Jehová. Esto sí que sería una manifestación
maravillosa, pero es posible, puesto que Dios lo dice. ¡Oh, Señor, obra así con
los mejores de nuestros guías! Muéstranos lo que puedes hacer, es a saber,
levantar tus siervos fieles a una excelencia de gracia y santidad que
claramente sea sobrenatural.
Señor, mora en tus santos
y serán como Dios; pon tu poder en ellos, y serán como los seres vivientes que
viven en la presencia de Jehová. Cumple esta promesa a tu iglesia entera en
este nuestro día por amor de Jesús. Amén.
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