domingo, 11 de agosto de 2024

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

Las preguntas

7. En séptimo y último lugar, ¿es sabio enseñar a los creyentes que no piensen tanto en luchar y esforzarse contra el pecado, sino que más bien se "sometan a Dios" y sean pasivos en las manos de Cristo? ¿Coincide esto con lo que afirma la Palabra de Dios? Lo dudo.

Es claro que la enseñanza de "someterse a Dios" es algo a lo que Dios insta a los creyentes a hacer. Pero esto no incluye el sentido de "colocarnos pasivamente en las manos de otro". Cualquier estudiante del griego nos puede decir que el sentido es más bien de "presentarnos" activamente para un uso, empleo y servicio (ver Ro. 12:1). La expresión, pues, se sustenta a sí misma. Pero por otra parte, no sería difícil señalar, por lo menos, veinticinco o treinta pasajes en las Epístolas que enseñan claramente a los creyentes a ser activos y se los hace responsables de cumplir con energía lo que Cristo quiere. No se les dice que se "sometan" como agentes pasivos y se queden sentados sin hacer nada, sino que se levanten y trabajen. Un ímpetu, un conflicto, una guerra, una lucha santa, la vida de un soldado, son presentados como las características del verdadero cristiano. La descripción de "la armadura de Dios" en el sexto capítulo de Efesios parece resolver la cuestión.

Vuelvo a repetir que sería fácil demostrar que la doctrina de santificación sin un esfuerzo personal, sino sencillamente de "someterse a Dios" es, precisamente, la doctrina de los antinomianos fanáticos del siglo XVII (a la cual ya me he referido, descrita en Spiritual Antichrist por Rutherford) y que su tendencia es extremadamente mala. Sería fácil demostrar que la doctrina es totalmente contraria a la totalidad de las enseñanzas de libros acreditados como El Progreso del Peregrino ¡y si la aceptáramos no nos quedaría más remedio que echar al fuego el viejo libro de Bunyan! Si Cristiano en El Progreso del Peregrino, sencillamente, se hubiera sometido a Dios y nunca hubiera luchado, esforzado y batallado, yo habría leído el libro en vano. Pero la realidad lisa y llana es que los hombres seguirán confundiendo dos cosas que son diferentes: La justificación y la santificación:

-En cuanto a justificación las palabras para decirle al hombre son: "Cree, solo cree".

-En cuanto a santificación las palabras tienen que ser: "Mantente en guardia, ora y lucha".

Lo que Dios ha dividido, no lo mezclemos y confundamos nosotros.