domingo, 31 de mayo de 2020
31 de mayo - Guárdate a ti mismo - Ray Stedman

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Juan concluye con esta advertencia
final: “Hijitos, guardaos de los ídolos”. No se deje usted arrastrar por
alguna otra cosa; no conceda toda su atención a sus intereses, a su tiempo, a su
energía o a su dinero de manera que esas cosas se conviertan en el motivo de
su existencia, lo que haga que usted se emocione, lo que le entusiasme. Ese
es su Dios. ¿A quién tiene usted en su vida? ¿Es Jesucristo o es alguna otra
cosa? En nuestros viajes, mi familia y yo
tuvimos el privilegio de visitar algunas regiones del mundo antiguo, donde
fuimos a ver muchos templos dedicados a los ídolos. Aunque estos templos se
hallaban en ruinas, en cada lugar un dios concreto como Apolos, Venus, Baco o
Zeus había sido entronizado y adorado en ese lugar. De repente descubrí,
después de regresar a casa, que a pesar de que estos templos han sido
abandonados, la adoración al dios no ha cesado. Hemos cambiado los nombres,
pero los dioses y los ídolos siguen siendo los mismos. Tenemos la adoración a Narciso, el
dios que se enamoró de sí mismo. ¿No es este tal vez el dios supremo de la
humanidad, la adoración a uno mismo, la exaltación de los humanos? La idea que escuchamos continuamente es que los humanos son tan fabulosos, tan listos,
tan brillantes y tan inteligentes que pueden hacer muchas cosas. Sin embargo,
negamos la evidencia continua de nuestros sentidos que demuestra que el mundo
se está desmoronando a nuestro alrededor. ¿No es sorprendente como adoramos
a la humanidad? Las manifestaciones en este sentido tienen su expresión en la
adoración de la raza o del país. Tenemos la adoración de Baco, el dios del
placer, del vino, de las mujeres y el cántico; la adoración de Venus, la
diosa del amor, entronizada en Hollywood y todo lo que representa Hollywood;
Apolo, el dios de la belleza física; Minerva, la diosa de la ciencia. Hemos
entronizado por todas partes la ciencia. Juan escribe y dice que estas cosas
nos destruirán, nos robarán lo que Dios tiene para nosotros. “Hijitos
míos, no os dejéis arrastrar por la adoración en la que el mundo a vuestro alrededor
participa. No permitáis que estas cosas se vuelvan importantes en vuestra
vida, porque Dios os ha liberado para que podáis vivir tal y como Dios quiso
que su pueblo viviese”. No es de sorprender que su palabra diga: “Hijitos,
guardaos de los ídolos”. ¿Qué hace que se sienta usted entusiasmado? ¿A qué
causa dedica su dinero? ¿Para qué está usted ahorrando ahora? ¿Qué es lo que
considera de suprema importancia? Es con esta pregunta que Juan concluye
este libro. Padre, ayúdame a identificar a los
muchos dioses de este tiempo, que dan la impresión de ser atractivos pero que
en realidad no tienen nada que ofrecer sino la muerte. Te doy gracias por la
verdad que se halla en Cristo y porque en Él tengo todo lo que jamás pudiese
necesitar o desear. |
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Aplicación a la vida |
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Muchos creen que los ídolos son
cosas religiosas del pasado, pero hoy en día, ¿qué hace que nos mostremos
entusiasmados? ¿Qué es lo que consideramos de suprema importancia? |
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sábado, 30 de mayo de 2020
30 de mayo - Orando con atrevimiento - Ray Stedman

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Cuando yo era niño en Montana,
realmente lo único que teníamos para leer durante los largos meses de
invierno era un catálogo de Sears y Roebuck. Tenía sus límites en lo que se
refiere al material de lectura, pero ¡qué tremenda cantidad de cosas incluía!
Nos llevó semanas enteras ver una sola sección de él. Podíamos mandar a pedir
cualquier cosa que tuviésemos el dinero para pagarla, pero hubiera sido
totalmente inútil hacer un pedido de algo que no estuviese en el catálogo, y
lo mismo sucede con la oración. Dentro de la voluntad de Dios hay cosas
realmente impresionantes, un gran número de dones, que Él ha provisto para
los suyos. La voluntad de Dios incluye todo lo que necesitamos. Todo cuanto
podemos desear se encuentra disponible para nosotros, para nuestros seres
amados y para nuestros amigos, siempre y cuando sea conforme a la voluntad de
Dios. No hay nada que necesitemos pedir en oración que no sea conforme a Su
voluntad, pues fuera de ella solo hay cosas que nos dañan, nos hieren y
nos destruyen. Tal vez no sepamos exactamente si
una petición es la voluntad de Dios para nosotros, y los ejemplos en las
Escrituras dejan claro que no está mal pedir incluso estas cosas. Pero
debemos añadir siempre, de la misma manera que lo hizo Jesús en el huerto de
Getsemaní: “pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42), porque
la oración ha sido diseñada para obtener las cosas que son conforme a la
voluntad de Dios. Por lo tanto, Juan dice que cuando sabemos que lo que
pedimos es conforme a la voluntad de Dios, porque hemos encontrado una
promesa de Dios en las Escrituras o porque hemos buscado la mente de Dios y
hemos sentido una profunda y resuelta convicción en nuestro corazón del
Espíritu Santo, sabemos que Él nos escucha. Dios oye siempre las oraciones
que son conforme a los límites de Su voluntad. Jesús pudo decir: “Padre, gracias
te doy por haberme oído” (Juan 11:41), porque todo lo que Él hizo estuvo
dentro de los límites de la voluntad de Dios. Eso hace que tengamos la
seguridad de la oración, la certeza de saber que Él nos oye, como dice Juan,
y entonces “sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. ¡Piense
usted en esto! Si sabemos que es conforme a Su voluntad, sabemos que Él nos
ha escuchado, y si sabemos que nos ha oído, sabemos que lo tenemos y Dios ya
ha concedido la petición. En otras palabras, Dios nunca dice que no, excepto
a lo que no es conforme a Su voluntad. ¿Se atreve usted a creer esto? Dios no tiene favoritos. Tiene a
personas íntimas, pero todo aquel que se adapta al programa que Él ha
diseñado y desea tener intimidad con Él puede conseguirlo. Cualquiera que lo
desea puede, pero el secreto de la oración es creer que Dios ha concedido
todo lo que le hemos pedido, si es conforme a Su voluntad. El secreto es
aceptar que lo tenemos, como dice Juan: “Sabemos que hemos obtenido la
petición que le hemos hecho”. No está intentando bromear o pretender que Dios
le ha dado algo. Lo que él está diciendo es que cuando oramos y la petición
la hacemos conforme a la voluntad de Dios, la respuesta es absolutamente
segura, y es solo cuestión del tiempo de Dios en lo que se refiere a cuándo
tendremos la respuesta. Podemos recibir de Él y darle las gracias por lo que
ya nos ha dado, esperando recibirlo en el tiempo de Dios. Padre, te doy gracias por Tu
Palabra. Concédeme que pueda ser obediente a ella, no solo orando por otras
personas sino también por mí mismo. |
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Aplicación a la vida |
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La oración ha sido diseñada
solamente para que podamos obtener lo que forma parte de la voluntad de Dios.
Una vez que hemos orado, ¿nos quedamos con la preocupación que nos haya
incitado a orar, o tenemos confianza? ¿Por qué? |
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viernes, 29 de mayo de 2020
29 de mayo - ¿Miente Dios? - Ray Stedman
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Una de las experiencias más
corrientes en la vida es actuar basándonos en la palabra o el testimonio de
otra persona. Hacemos las cosas más asombrosas como respuesta a la sencilla
declaración de una persona a la que nunca habíamos visto con anterioridad. Yo
tuve el privilegio de guiar a un grupo de peregrinos en Tierra Santa. Eramos
personas inocentes en el extranjero. La mayoría de nosotros no habíamos
estado allí nunca con anterioridad y no sabíamos con qué nos íbamos a
enfrentar. Pero nos habían asegurado, por medio de una carta de una persona
en Nueva York, que alguien se encontraría con nosotros en cada lugar que
aterrizásemos y nos ayudaría con todas las complicaciones con las que nos
pudiésemos encontrar en un país extraño. Basándonos en la aseveración de esta
carta, unos veinticinco de nosotros pusimos nuestra confianza a la
misericordia de una persona a la que no conocíamos y descubrimos que todo
había resultado ser cierto. Lo que se había dicho en la carta había resultado
ser verdad, y sobre esa base nos entregamos a una aventura considerablemente
arriesgada. ¿No es Dios más digno de nuestra
confianza que las personas? Si usted está dispuesto a aceptar la palabra de
un extraño y actuar sobre ella, ¿no puede usted creer en la Palabra de Dios,
especialmente cuando el testimonio haya quedado escrito por los testigos de
estos sucesos? Pero además, cuando ponemos en práctica la fe sobre la base de
ese testimonio objetivo, se nos ofrece una confirmación del Espíritu en
nuestro interior que hace que sea totalmente creíble. ¿No puede usted tener
fe sobre esta base? Juan dice: “Si os negáis a hacer esto, estáis tratando a
Dios como si Él fuese mentiroso”. El Dr. H. A. Ironside acostumbraba
a contar acerca de un hombre que tenía dudas sobre si era realmente cristiano.
Se puso de rodillas y dijo: “Ahora Padre, quiero resolver esta cuestión.
Muéstrame si tengo o no vida eterna”. Y abriendo su Biblia, sus ojos se
encontraron con este versículo de 1 Juan 5. Dijo en su oración: “Padre no
quiero convertirte en mentiroso, y aquí dice que si no creo en el testimonio
que Tú das acerca del Hijo, te estoy haciendo mentiroso, pero eso no es lo
que deseo hacer. ¿Cuál es el testimonio?” Y leyó la próxima parte: “Y este es
el testimonio”, y se detuvo justo ahí. Se sintió tan rendido que puso su dedo
pulgar sobre el resto del versículo y dijo: “Señor, aquí dice que si no creo
en el testimonio que Tú has dado acerca de Tu Hijo, Te estoy convirtiendo en
mentiroso, y no quiero que eso suceda. Yo creo en lo que dice este
testimonio, que tengo justo debajo de mi dedo pulgar aquí, y voy a levantar
el dedo y lo voy a leer y, Señor, ayúdame a creerlo, porque no quiero hacerte
quedar como mentiroso”. Con gran temblor, levantó el dedo pulgar y leyó:
“Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo” (5:11). De repente
lo entendió con toda claridad: “El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (5:12). Tenga lo que tenga, por muy
religiosa que sea la persona, si no ha recibido al Hijo, no tiene la vida.
Entonces sintió paz y se convirtió en predicador de esta gran verdad. Padre, te doy gracias por este
poderoso recordatorio de que mi salvación está asegurada porque Tú no puedes
mentir. Concédeme la fe de aceptar Tu promesa tal y como aparece aquí. |
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Aplicación a la vida |
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¿Nos resulta fácil creer en un
amigo en el que confiamos o incluso en un extraño o en los medios de
comunicación diarios, pero dudamos de lo que dice Dios en Su Palabra?
¿Estamos haciendo que Dios parezca mentiroso? |
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jueves, 28 de mayo de 2020
28 de mayo - Venceremos - Ray Stedman
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Piense usted en lo que implica esta
frase “al mundo”. Piense en las presiones morales con las que nos enfrentamos
actualmente en el mundo, la perspectiva y las normas de la sociedad impía que
nos rodea, que está constantemente entrometiéndose en nuestra conciencia
mediante tremendas presiones con el propósito de que adoptemos esas
actitudes y normas para la vida. Piense usted en la tentación de engañar y
mentir con el fin de seguir adelante a toda costa, siendo deshonestos, no
solo en lo que se refiere en rellenar nuestros documentos para el pago de los
impuestos, sino en todos los aspectos de los negocios. Otra presión corriente
con la que nos enfrentamos en el mundo es la de ser sexualmente inmorales,
algo que resulta especialmente evidente entre los jóvenes y las personas
solteras. Se nos anima a que alimentemos el fuego y satisfagamos nuestros
deseos, a pesar de que pueda estar mal y resultar mortal. Las presiones que
nos rodean son tremendas estos días, a veces aparentemente irresistibles.
Está la presión de aceptar ideas equivocadas, reaccionando en contra de otras
personas de la misma manera que lo hace el mundo, vengándonos por ello,
reaccionando de la misma manera que ellos, mostrándonos resentidos y celosos,
siendo ambiciosos y crueles. ¿No siente usted todo esto? La codicia de la
carne, la lujuria de los ojos y el orgullo de la vida, todo esto es del
mundo. ¿Cómo puede usted vencer al mundo?
¿Cómo puede seguir adelante, momento tras momento, día tras día, año tras
año, viviendo una vida que es totalmente contraria a ello, basada en normas,
objetivos y evaluaciones que son totalmente diferentes, y soportar no solo
durante diez años sino durante décadas enteras en contra de esa clase de
presión moral? ¿Cómo se mantiene usted firme en medio de esto y no solo
permanece firme, sino intentando ayudar y ganar a otros a su manera de
pensar? Juan dice que es “por fe”; eso es todo. No por una fe que tuvo usted
hace veinte años, al principio de ser cristiano, sino por fe en la vida de
Jesús presente en usted ahora. Por medio de la fe en Él que obra en usted, en
medio de las presiones, contrarrestándolas con la presión de Su propia vida. Una vez oí acerca de un capitán de
barco que estaba describiendo cómo era haber pasado por una tempestad.
Describió el barco en medio de las olas, elevándose por todas partes, con el
viento soplando con fuerza y la lluvia implacable cayendo. El barco daba la
impresión de ser la víctima impotente de la tempestad, bajo la fuerza de los
poderosos elementos embravecidos por todas partes. Su destrucción parecía
asegurada, pero él dijo: Yo estaba en el puente del barco agarrado a la
barandilla. Podía sentir la vibración de los motores en lo profundo, en el
interior del casco del barco. La tempestad, el viento y las olas parecían estar
diciéndole al barco: No puedes venir, no puedes venir. Pero yo oí la
respuesta vibrante de los motores diciendo: Sí que lo haremos, sí que lo
haremos, y lo hicieron. Así es como vencemos al mundo. Si nos damos por vencidos, si
reflejamos las mismas actitudes y acciones del mundo, hemos sucumbido al
mundo y a las artimañas del demonio. Pero si nuestra dependencia gira en
torno a la vida del Hijo de Dios, Su vida está en nosotros, y además: “Esta
es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. Padre, siento el llamamiento a la
batalla en contra de las fuerzas sutiles y engañosas de una era mundana.
Concédeme que pueda tener una fe renovada en Tu poder y que salga a
enfrentarme con el mundo en una empresa de fe que hace que cada día sea una
emocionante aventura. |
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Aplicación a la vida |
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¿Cómo nos enfrentamos con las
presiones de la vida? ¿Estamos intentando vencer
nuestras dificultades, o estamos resistiendo con una fe creciente,
descansando en Cristo que obra en nosotros? |
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miércoles, 27 de mayo de 2020
27 de mayo - Confianza en el juicio - Ray Stedman
Dudo que haya una sola persona que
no se de cuenta, en lo más hondo de su corazón, de que al final de la vida
tenemos que rendir cuentas. Tendremos que estar ante la presencia del Señor
nuestro Hacedor. No hace diferencia alguna si somos cristianos como si no lo
somos, porque sea cual fuere la relación que tenemos con Él, todos nosotros
nos encontraremos cara a cara con el Señor mismo. Él se encuentra al final de
cada uno de los caminos que sigamos hoy, y tendremos que llegar por fin al
día en que nos veremos obligados a dar cuenta de nuestra vida. No podemos evitar preguntarnos a
nosotros mismos cómo nos irá en ese día. ¿Podré yo pasar esa prueba
inconsciente a la que se refiere Jesús en Mateo 25, cuando juzgará a las
naciones y dividirá a las ovejas a Su mano derecha y las cabras a Su
izquierda? Le dirá a las personas a Su derecha: “Venid, benditos de mi Padre,
heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo
25:34). ¿Por qué? “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me
disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me
vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme” (Mateo
25:35-36). ¿Recuerda usted la reacción de ellos? “Señor, cuándo sucedió esto?
Nosotros ni siquiera fuimos conscientes de ello. No recordamos haberte visto
ni nos acordamos de haber hecho estas cosas”. Entonces les dirá a los a Su
izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno”. ¿Por qué? “Porque
cuando me vieron débil y enfermo y encarcelado, no hicieron nada. Nada más
siguieron su camino; no me mostraron interés ni compasión; no hicieron nada”.
Entonces también ellos le responderán sorprendidos, diciendo: “¿Por qué,
Señor? ¿Cuándo pasó así? No nos acordamos. Si te hubiésemos visto, hubiésemos
hecho algo, pero no nos acordamos ni haberte visto” (ver Mateo 25:41-44). La
revelación penetrante de este pasaje es que esto está sucediendo actualmente
a todo nuestro alrededor. Cristo está en todas estas situaciones de necesidad
y, cuando nosotros nos encontramos con alguien que tiene una necesidad, es
Jesús quien nos está pidiendo ayuda. Nuestra reacción ante esa persona es
nuestra reacción ante Él. Por lo tanto, ¿no se pregunta cada
corazón ahora: “Cuando me encuentre ante Él de este modo, pasaré la prueba?
¿Estoy yo reconociendo estas situaciones ahora?” Juan dice que es el amor
“perfeccionado” el que nos permite tener la confianza en el día del juicio.
El amor que ha sido perfeccionado es el amor hecho visible en nuestra manera
de actuar. Por lo tanto, fíjese usted en lo que está diciendo Juan: “Si desea
usted tener confianza en el día del juicio, permita que el amor se exprese a
sí mismo, permitiendo que sea perfeccionado, porque es cuando el amor es
perfeccionado en nosotros cuando tenemos la confianza necesaria para el día
del juicio”. Ahora puede usted ver la confianza
que hace que sintamos en el día del juicio. Si Él va a mirar mi vida y ver la
actividad de Sí mismo en mí, entonces no se negará a Sí mismo en el día del
juicio. Sé que lo que estoy haciendo, si proviene de esta fuente, será totalmente
aceptable para Él. Padre, no permitas que me tome
estas palabras a la ligera. El problema no son los otros, sino más bien el
que yo no esté dispuesto a mostrar amor hacia aquellos que no hacen las cosas
que a mí me gustan y no actúan de la manera que yo pienso que deberían hacerlo. Perdóname y enséñame a amar. |
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Aplicación a la vida |
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¿Qué sucede cuando nos morimos?
¿Dónde encontramos el conocimiento necesario para contestar con confianza a
esta pregunta? ¿Estamos nosotros a disposición de Aquel que ama por medio de
nosotros? |
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martes, 26 de mayo de 2020
26 de mayo - La deuda del amor - Ray Stedman

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Esta es la respuesta a cada torpe
excusa por nuestra parte según la cual: “Yo no puedo amar a esa persona.
Usted no tiene ni idea de cómo es esa persona. Si tuviese usted que vivir con
ella como tengo que hacerlo yo, usted tampoco podría amarla”. No, “Amados, si
Dios así nos ha amado... ”. Si ha experimentado usted esta clase de amor, si
ha acudido usted a la cruz y ha sentido la poderosa limpieza del amor de Dios
hacia usted, a pesar del antagonismo y el odio que le ha mostrado a Él y a
pesar de que a usted le complace hacer las cosas que le gustan; si ha sentido
la gracia limpiadora de Dios que ha limpiado todo eso sin ninguna
recriminación o sin recordarle a usted su pasado, olvidándolo y perdonándolo
todo, entonces, como dice Juan, usted no solo puede amar a otra persona, sino
que “debe” hacerlo; está obligado a hacerlo. De ahí es de donde procede la
palabra “deber”: “debemos amarnos los unos a los otros”. Es por esto que Pablo pudo decir en
Romanos 1: “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor” (v.
14). Debo algo a todo el mundo. Y él mismo dijo más adelante en esta misma
epístola: “No debáis nada a nadie, sino el amaros unos a otros” (13:8a). Lo
debemos porque tenemos en nuestro interior la fuente del amor en la vida de
Dios. Si no tiene usted la vida de Dios, no puede usted manifestar ese amor
de los unos a los otros de esta manera. No lo intente usted; sobre todo, no
manifieste usted un amor mezquino, vulgar, que sea una imitación ligera del
amor que trata a otros con amabilidad hacia ellos pero que les destruye a sus
espaldas, porque eso no es amor; o sencillamente tolerar a otros durante un
tiempo. Eso no es amor. A menos que tenga la vida de Dios, no podrá usted
amar. Pero si tiene usted la vida de Dios, esa es toda la cuestión, usted
puede amar y debe hacerlo. Dios en usted puede amar por medio de usted y
lo hará. Todo lo que Él está esperando es el asentimiento de su voluntad, y
Él manifestará Su amor por medio de usted. El versículo 12 nos presenta un
concepto muy importante y atrevido: reconoce que Dios es invisible y nadie ha
visto nunca a Dios. Incluso en los tiempos del Antiguo Testamento, a pesar de
que aparecían manifestaciones excepcionales de Dios en forma humana, estas no eran otra
cosa que Dios en un disfraz humano. Estas manifestaciones no fueron Dios
haciéndose permanentemente visible. ¿Dónde aparece de manera visible continuamente? Juan dice: “Si nos
amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros, y su amor es
completado”, es decir: Su amor alcanza el objetivo final “en nosotros”. Es
ahí donde las personas ven el amor de Dios, y es el único lugar donde se
puede ver. El hecho es que un Dios que habita en nosotros solo se vuelve
visible cuando nosotros manifestamos el amor los unos para con los otros.
Mientras seamos amables solo con nuestros amigos o con aquellas personas que
sean amables con nosotros, nadie tiene la menor idea de que Dios se halla
presente. Pero cuando empezamos a ser amables con aquellas personas que son
desagradables con nosotros, cuando empezamos a devolver el bien por el mal,
cuando empezamos a mostrarnos pacientes, afectuosos, considerados y dulces
con las personas que son tozudas, obstinadas y egoístas, entonces las
personas tienen la sensación de que Dios está cerca, que Él está en medio de
la situación, y entonces el que Dios mora en nosotros se hace visible ante
esas personas. Padre, permite que estas palabras
queden grabadas como con fuego en mi corazón, para que yo pueda reconocerme a
mí mismo como llamado de manera preeminente, por encima de todo lo demás,
para cumplir con esta gran labor de ser una demostración abundante de esta
clase de amor. |
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Aplicación a la vida |
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A menos que tengamos la vida de
Dios, no podemos amarnos los unos a los otros. ¿Hemos comprendido nosotros y
puesto en práctica el poder de Su Presencia para no encontrarnos con que esto
es una verdad sorprendente? |
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lunes, 25 de mayo de 2020
25 de mayo - Dios es amor - Ray Stedman
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En este pasaje nos encontramos cara
a cara con esa tremenda declaración de las Escrituras: “Dios es amor”. Esto
significa que en el origen de todo lo que hace Dios está el amor. Por muy
difícil que nos parezca a nosotros, la fuente de la cual brota toda la
actividad de Dios es este amor, mediante el cual se entrega a Sí mismo.
Incluso Sus juicios, Sus condenaciones, las manifiesta con amor. El juzgar no
es algo separado del amor. Si me convence usted de que un Dios santo y
amoroso no puede juzgar a una persona pecadora, entonces me convencerá usted
también de que Él no puede amar a una persona pecadora. Inherente en la
cualidad del amor se halla el antagonismo hacia cualquier cosa que se oponga
al objeto del amor. Además, inherente en él se encuentra la cualidad del
juicio. Dios es un fuego purificador, que consume y quema la escoria a fin de
que Él pueda preservar el oro. Incidentalmente, es así como el libro de
Hebreos le describe: “nuestro Dios es fuego consumidor” (Hebreos 12:29). No
siempre resulta fácil vivir con el amor por esta misma cualidad, a pesar de
que es la cosa más maravillosa en el mundo por su calor y por el hecho de que
todo lo incluye, aceptando a toda clase de personas y todas las condiciones,
sin buscar el mérito por parte del objeto amado. Ese es el amor de Dios. El Dr. H. A. Ironside acostumbraba
contar acerca de una mujer que fue a verle y le dijo: ―No tengo ningún
interés en la Biblia y toda su superstición cristiana; a mí me basta con
saber que Dios es amor. Él le contestó: ―¿Lo sabe usted de
verdad? Ella le dijo: ―Claro que lo sé; lo
he sabido toda mi vida. ―Bien ―dijo él―, ¿cree usted que
todo el mundo lo sabe? ―Oh, sí ―contestó ella―, todo el
mundo sabe que Dios es amor. ―Bien ―dijo él―, ¿cree usted que
una mujer en la India, que está convencida de que su religión le exige que
coja a su hijo y lo tire al río como una ofrenda a los cocodrilos, tiene
algún concepto o idea de que Dios es amor? A lo que ella le contestó: ―Bueno,
no, pero eso es mera superstición. ―¿Cree usted que la persona en África que se inclina ante sus ídolos de madera y de piedra, temblando de
temor pensando que la puedan golpear y destruir su cosecha, quitarle sus
hijos e incluso herirle a él, cree usted que tiene la menor idea de que Dios
es amor? ―le preguntó. Ella dijo: ―No, pero en todos los
países civilizados sabemos que Dios es amor. ―Bueno ―dijo él―, ¿cómo sabemos
eso? ¿Cómo sabemos que Dios es amor? ¿Enseñaron esto los antiguos? ¿Enseñan
las otras religiones en la tierra y muestran que Dios es amor? ¿Sabe usted
que el único motivo por el que sabemos que Dios es amor es porque envió a Su
Hijo y se manifestó Él mismo como amor? El libro que nos habla acerca del
Señor Jesucristo es el único libro en el mundo que contiene la idea que el
Dios tras toda la materia creada es un Dios de amor. La creación revela Su
poder, Su grandeza y Su energía, pero no hay nada en la naturaleza que diga:
“Dios es amor”. La única manera que tenemos para saberlo es que Dios
manifestó Su amor dando a Su Hijo. Padre, solo Tú eres la fuente de
este amor, la única clase que satisface el anhelo del corazón del reclamante. Yo
oro pidiendo que sea capaz de reconocerme a mí mismo como persona que ha sido
llamada a realizar esta gran labor de ser una demostración de esta clase de
amor. |
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Aplicación a la vida |
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Dios mostró Su amor enviando a Su
Hijo para que nosotros podamos vivir por medio de Él. ¿Hemos aprendido
nosotros a reconocer la verdadera naturaleza del amor tal y como ha sido
manifestado en todas las acciones de Dios? |
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domingo, 24 de mayo de 2020
24 de mayo - Dios es más grande - Ray Stedman
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Lo que es importante en este
versículo es que nos fijemos en lo que es la base de la victoria obtenida por
los vencedores. ¿Cómo lograron vencer? Si hay alguna manera de que usted y yo
podemos escapar a estas presiones extremas del error teológico actual, será
de esta misma manera. Entendemos esta manera de vencer no tanto observando lo
que dice Juan, sino por lo que no dice. Estos “hijitos” que son “de Dios”
vencieron a los falsos maestros, con todo su error sutil y pernicioso
presentado de una manera tan hermosa y atractiva, no porque tenían una
inteligencia superior. No hay nada de esto. Juan dice: “Los vencisteis porque
el que está en vosotros es superior al que está en el mundo”. En otras
palabras, no fue nada que tuviesen estos cristianos lo que les libró, sino el
que moraba en ellos. Fue la grandeza de Dios lo que les mantuvo rectos y es
lo que nos mantendrá también a nosotros rectos. Cuando mira usted a su alrededor y
se encuentra con el éxito del mal en la historia, y especialmente en nuestro
tiempo, puede usted darse cuenta de que el enemigo tiene un gran poder.
Piense usted en nuestro mundo y todo lo que está sucediendo en términos de
agonía, de lucha, del mal, de violencia y aflicción, y abundando por todas
partes la confusión. Cuando pensamos en la violencia, la pasión, las lágrimas
y la muerte que caracterizan a nuestro mundo, podemos ver algo de la grandeza
del poder del enemigo, así que no es de sorprender que alguien haya dicho:
“Nuestra raza tuvo un comienzo lleno de esperanza, pero el hombre arruinó sus
oportunidades pecando. Tenemos la esperanza de que la historia termine con la
gloria de Dios, pero por ahora el que gana es el otro lado”. Al menos esa es la impresión que tenemos,
¿no es cierto? Pero no es así, a pesar de todas las apariencias. Dios es más
grande que el poder del enemigo. De hecho, es casi absurdo expresarlo de este
modo. Dios es tan incomparablemente superior que no hay competición posible.
Aquí es hacia donde el ojo de la fe debe volverse siempre en nuestras horas
oscuras, de incomodidad o de desesperación; debemos volvernos a lo que
revelan las Escrituras acerca de la verdad sobre Dios y cuan
incomparablemente superior que Él es en comparación con cualquier otra cosa
que se halle presente entre o tras los humanos. Al escribir su primera epístola a
los corintios, Pablo considera Corinto, esa hermosa ciudad de cultura,
refinamiento, con su amor a la sabiduría y los grandes pensadores de la edad
de oro de Grecia, renunciando a cada enfoque sobre la base de la sabiduría
humana, diciendo: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a
Jesucristo y a este crucificado” (1 Corintios 2:2). La razón que alegó fue
que la debilidad de Dios es más poderosa que los humanos y la locura de Dios
es más sabia que los humanos. Esa es la grandeza de Dios. Padre, qué agradecido me siento por
el hecho de que Tú me hayas dado Tu Palabra. Permíteme concederle el valor
que tiene, leerla, buscar en ella y encontrar la sabiduría en cada relación
en la vida. |
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Aplicación a la vida |
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Los debates teológicos pueden ser
recursos instructivos para aprender, pero al mismo tiempo pueden ser fuentes
de orgullo. ¿Hemos bebido antes profundamente de la vida de Cristo en nosotros? |
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sábado, 23 de mayo de 2020
23 de mayo - Cuando la incredulidad es apropiada - Ray Stedman

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Es verdad que la señal de la
madurez es la incredulidad además de creer. Es tan importante que no se crea
usted ciertas cosas como lo es que se crea usted otras cosas. Juan indica que
este es un problema muy extendido: “Porque muchos falsos profetas han salido
por el mundo” (1 Juan 4:1b). En el evangelio de Mateo, el Señor Jesús nos
advirtió acerca de esto: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a
vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15).
Vemos que aquí ha sido destacado para nosotros el hecho de que vivimos en un
mundo de engaño y nos vemos enormemente presionados para que nos conformemos
a estas cosas. En los tiempos de Juan había
maestros que realizaban ciertas señales, tal vez haciendo predicciones de
cosas que iban a suceder o manifestando el hablar en lenguas, haciendo
milagros y otras cosas por el estilo. Es acerca de esto que Juan escribe y
dice: “No creáis a estos espíritus, hasta que no los hayáis sometido a
prueba”. No sea usted crédulo; no crea usted lo que diga la primera persona
que aparezca. Es importante fijarse en que aquí tenemos un claro
reconocimiento acerca de lo que se enseña en toda la Biblia, es decir, que
tras el falso profeta o el falso maestro está un espíritu maligno. Existe un
verdadero Espíritu, el Espíritu Santo de verdad, el Espíritu de amor, y de la
misma manera que éste habla por medio de las personas, también el espíritu
del mal habla por medio de personas. Cuando oiga usted a hombres y mujeres
hablar acerca de cosas o valores religiosos, no sea usted crédulo y se trague
todo lo que le digan, especialmente si da la impresión de que están
presentando algo atractivo sobre el amor, la dulzura y el interés por los
demás. Someta usted especialmente a prueba esta información, porque es el
enfoque habitual del error. Nosotros los modernos corremos
mucho más peligro que los antiguos porque en el mundo de la época de Juan y
de Pablo había una extendida creencia en la existencia de los espíritus
invisibles. El mundo antiguo los reconocía como dioses y diosas, inclinándose
ante ellos. Esta clase de enseñanza resultaba mucho más fácil de aceptar en
el primer siglo de lo que lo es hoy en día. En la actualidad nos
enorgullecemos de haber superado esto. Las personas son intelectualmente
incapaces de aceptar esta clase de cosas en nuestro tiempo. Como resultado de
ello, nos exponemos sin defensa alguna al control de estos espíritus
malvados. Pero si vamos a seguir las palabras
de Jesucristo, es preciso que aceptemos lo que Él dice que es la explicación
del poder tras el mal en el mundo. Él deja perfectamente claro que procede de
una hueste de espíritus malvados. Parte de la ceguera de nuestra generación,
que da como resultado el caos y la anarquía, es el resultado directo de las
personas que dicen con orgullo: “Rechazo todo el concepto de los espíritus
malvados y de los demonios. A mí me resulta intelectualmente inaceptable”. La
ceguera de semejante actitud impide cualquier defensa en contra de ella. Si
vamos a ser cristianos, debemos ver el mundo tal y como Cristo lo vio.
Debemos reconocer que las opiniones humanas, tanto si son catedráticos en
seminarios como si son pastores detrás del púlpito, no son tan solo el
resultado de su perspicaz lógica o la enseñanza académica que han recibido o
su perceptiva manera de pensar. Con frecuencia estas personas no son
conscientes del modo en que ha sido torcida su manera de pensar por los
espíritus malvados o los espíritus de error. Señor, ayúdame a reconocer que vivo
efectivamente en un mundo hostil. Enséñame a no ser crédulo, tragándome
absolutamente todo lo que me dicen. Ayúdame a poner a prueba cada cosa sobre
la base de Aquel que vino y demostró ser Él mismo la verdad por medio de Su
palabra invariable. |
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Aplicación a la vida |
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Nadie discutirá la realidad de la existencia
del caos y de la anarquía en el mundo. ¿Hemos rechazado nosotros por orgullo
intelectual la existencia de los espíritus del mal como una fantasía sin
importancia? |
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