martes, 27 de agosto de 2019
27 de agosto – UN ARMA MUY VALIOSA
Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo
hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el
poder divino para derribar fortalezas. 2 Corintios 10:3-4.
Intercede por tus
amigos. Ruega a Cristo por ellos, menciona sus nombres en tus constantes
oraciones, establece tiempos especiales para rogar a Dios por ellos. Deja que
el caso de tu querida hermana llegue a los oídos del Mediador, una y otra vez
repite el nombre de tu querido hijo en tus intercesiones. Como Abraham rogó por
Ismael, así deja que tu ruego se levante por aquellos que te rodean, de modo
que el Maestro los visite en su misericordia. La intercesión es traer las almas
a Cristo, y esto lo podrás hacer incluso cuando quizá ya no puedas hacer otras
cosas. Aquí hay un arma muy valiosa para aquellos que no pueden predicar o
enseñar: pueden empuñar la espada de dos filos que es la oración. Cuando los
corazones son demasiado duros para responder a los sermones y rechazan los
buenos consejos, que todavía permanezca el amor que nos mueva a rogar a Dios
por ellos. Las lágrimas y los lamentos prevalecen ante el trono de misericordia
y, si perseveramos allí, el Señor manifestará su gracia eterna en los espíritus
más endurecidos.
A través de la Biblia en un año: Salmos 49-52