martes, 7 de mayo de 2019
7 de mayo – ORA POR EL PODER
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: -No se alejen de
Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan
bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el
Espíritu Santo. Hechos 1:4-5.
Si sientes la necesidad
de clamar a Dios para que te dé el poder de predicar, el poder espiritual, el
poder del Espíritu Santo; si sientes la necesidad de enseñar en la Escuela
Dominical –y no vale la pena que lo hagas a menos que sientas la necesidad de
hacerlo y te han enviado a hacerlo-, entonces ora pidiendo el poder para ganar
las almas de esos queridos hijos para Cristo. Si mañana sientes el llamado a
escribir una carta a un amigo o amiga acerca de su alma, hazlo porque sientes
el llamado a hacerlo, pero ora a Dios para que te muestre cómo hacerlo. Ora
para que él le dé poder a las palabras que pronuncies, para que puedas decir
las palabras correctas e incluso dar el tono correcto a esas palabras. Hasta el
tono de un predicador tiene mucha importancia. «¿Y quién predicará sin ser
enviado?» (Romanos 10:15). Deben estar revestidos de poder divino, pero el
Señor puede vestir hasta a un niño con ese poder, lo ha hecho con frecuencia.
Él puede revestir a una humilde mujer cristiana, que nunca ha hablado en
público, con el poder de ganar almas, con frecuencia lo ha hecho. Primero
aguarda en Jerusalén hasta que seas investido con poder de lo alto, y luego sal
como testigo de Cristo, porque ¿cómo predicarás excepto si te envían?
A través de la Biblia en un año: Jueces
14-17
6 de mayo – TROFEOS DE CRISTO
Escrito está: «Creí, y por eso hablé». Con ese mismo espíritu de
fe también nosotros creemos, y por eso hablamos. Pues sabemos que aquel que
resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará
junto con ustedes a su presencia. Todo esto es por el bien de ustedes, para que
la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de
gracias para la gloria de Dios. 2 Corintios 4:13-15.
Puedo hablar sobre
asuntos que me confirman el poder de mi Señor y Maestro porque he visto los
triunfos de Cristo. He visto hombres que solían vivir en pecado y borracheras y
se han hecho honestos y sobrios; y he visto mujeres caídas llegar a los pies de
Jesús como penitentes. Desde el principio, lo que ha llegado a ser un largo
ministerio, la carroza del evangelio en la que he montado, ha tenido cautivos
para honrar los triunfos de Cristo. Desde el principio, las multitudes han
decidido dejar el pecado y se han vuelto al Dios viviente, y tengo que creer en
el poder de la gracia divina, no puedo dudarlo. No hay duda alguna, la prueba
de lo que el árbol es se encuentra en el fruto y el fruto es muy abundante.
Pregúntales a los misioneros lo que Cristo ha hecho en los mares del sur, y te
hablarán de islas que una vez estuvieron habitadas por caníbales desnudos,
donde ahora los hombres están vestidos y en sus cabales, sentados a los pies de
Jesús. El mundo entero pulula de trofeos de Cristo y aun pululará más. «Y
nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para ser el
Salvador del mundo» (1 Juan 4:14) y predicamos con la completa convicción de
que «rebosará la tierra con el conocimiento del Señor como rebosa el mar con
las aguas» (Isaías 11:9).
A través de la Biblia en un año: Jueces
11-13