sábado, 16 de marzo de 2019
16 de marzo – PERDÓN Y OBEDIENCIA
Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la
tierra para perdonar pecados –se dirigió entonces al paralítico- : Levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa. Y el hombre se levantó y se fue a su casa.
Mateo 9:6-7.
Yo creo que la
obediencia minuciosa que el Salvador requería era la mejor evidencia de que él
había perdonado el pecado del hombre: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa». De aquí en lo adelante, hacer todo lo que Cristo te ordene, de la manera
en que él te ordene hacerlo, porque él te lo ordena, hacerlo de una vez,
hacerlo con gozo, hacerlo constantemente, hacerlo con oración, hacerlo con
gratitud, debe ser la señal de que en realidad él ha tratado contigo como un
Dios perdonador. Me temo que hay algunos que profesan haber sido perdonados
¡que no son tan obedientes a Cristo como debieran serlo! Sé que han descuidado
ciertos deberes; una vez hasta conocí a un hombre que no leía ciertas partes de
la Palabra de Dios porque le hacían sentir incómodo; pero asegúrate de esto,
cuando tú y la Palabra de Dios se pelean, la Palabra de Dios tiene la razón.
Hay algo podrido en el estado de Dinamarca si tú puedes leer un capítulo
deseando que no estuviera ahí. Hay algo mal en ti cuando discutes con la
Palabra de Dios. Yo digo que la obediencia minuciosa es la evidencia más segura
de que el Señor ha perdonado tu pecado. Por ejemplo: «El que crea y sea
bautizado será salvo» (Marcos 16:16). No omitas ninguna parte de este precepto,
y si Cristo te ordena venir a su mesa y así recordarlo, no vivas descuidando
ese mandamiento.
A través de la Biblia en un año: Números
5-8