miércoles, 28 de febrero de 2018
FEBRERO 28
“Conociendo que tenéis en vosotros
una mejor sustancia en los cielos, y que permanece”. Hebreos 10:34.
Esto es bueno. Nuestra
sustancia aquí es muy imaginaria; no tiene sustancia. Pero Dios nos ha dado una
promesa de bienes inmuebles en el País glorioso, y esa promesa trae a nuestros
corazones tal seguridad completa de su certeza, que sabemos en nosotros mismos
que tenemos allí una sustancia que permanece. Sí, la “tenéis” aún ahora. Se
dice que “más vale pájaro en mano que buitre volando”; pero nosotros tenemos
las dos cosas. El cielo es nuestro aún ahora. Tenemos los documentos, las arras
y las primicias que le pertenecen. Poseemos el cielo en precio, en promesa y en
principio; esto sabemos no sólo por oírlo, sino por sentirlo “en nosotros”.
¿No debiera el
pensamiento de la mejor sustancia al otro lado del Jordán, hacernos resignados
con las presentes pérdidas? Podemos perder nuestro dinero corriente, pero
nuestro tesoro está seguro. Hemos perdido la sombra, pero la sustancia
permanece, porque el Señor vive, y el lugar que Él nos ha preparado permanece.
Hay mejor país, mejor sustancia y mejor promesa; y todo por el mejor pacto; por
tanto, estemos de mejor ánimo y digamos al Señor: “Cada día te bendeciré y
alabaré tu nombre por siglos y para siempre”.
martes, 27 de febrero de 2018
FEBRERO 27
“De malas noticias no tendrá temor:
su corazón está apercibido, confiado en Jehová”. Salmo 112:7.
Es terrible estar en la
incertidumbre. Cuando no tenemos noticias de casa, estamos propensos a la
ansiedad y no podemos persuadirnos de que “no tener noticias es como tenerlas
buenas”. La fe es la cura para este estado de tristeza: el Señor por su
Espíritu calma el ánimo en santa serenidad y desvanece todo temor en cuanto a
lo futuro como a lo presente.
El apercibimiento del
alma del cual habla el salmista ha de ser procurado con diligencia. No consiste
en creer esta o la otra promesa del Señor, sino en la condición general de
infalible confianza en nuestro Dios, la confianza que tenemos en Él de que no
nos hará daño, ni permitirá a ningún otro dañarnos. Esta confianza constante
hace frente a lo desconocido tanto como a lo conocido de la vida. Venga lo que
venga mañana, nuestro Dios es el Dios de mañana. Cualesquiera que sean los
acontecimientos que tal vez habrán ocurrido que nos sean desconocidos, nuestro
Jehová es Dios de lo desconocido como de lo conocido. Estamos resueltos a
confiar en el Señor, venga lo que viniere. Si lo peor ocurriese, nuestro Dios
es todavía el más grande y el mejor. Así no temeremos aunque la llamada del
cartero nos asuste, o un telegrama nos despertara a medianoche. El Señor vive,
¿y qué pueden temer sus hijos?
lunes, 26 de febrero de 2018
FEBRERO 26
“El labio de verdad permanecerá para
siempre; mas la lengua de mentira, por un momento”. Proverbios 12:19.
“La verdad permanece”. El
tiempo la pone a prueba, pero ella la soporta muy bien. Entonces, si he hablado
la verdad, y por eso sufro al presente, tengo que esperar con contentamiento.
También si creo la verdad de Dios, y procuro declararla, puedo encontrar mucha
oposición, pero no es necesario temer, porque finalmente la verdad tiene que
prevalecer.
¡Qué cosa más
despreciable es el triunfo momentáneo de la mentira! “¡La lengua de mentira es
por un momento!” Es meramente una calabaza que nace en una noche, y perece en
otra; y cuanto más grande su desarrollo, más manifiesto es su decaimiento.
Por
otro lado, ¡qué digna de un ser inmortal es la confesión y defensa de esa
verdad que nunca cambia, el evangelio eterno, el cual está establecido en la
verdad invariable de un Dios inmutable! Un proverbio antiguo dice: “El que
habla la verdad, avergüenza al demonio”. Verdaderamente el que habla la verdad
de Dios avergonzará a todos los demonios del infierno, y confundirá toda la
simiente de la serpiente que ahora silba sus mentiras.
¡Oh, alma mía, ten
cuidado que estés en todas las cosas al lado de la verdad, así en las pequeñas
como en las grandes; pero especialmente al lado de Aquel por el cual la gracia
y la verdad han venido a los hombres!
domingo, 25 de febrero de 2018
FEBRERO 25
“Y vosotros seréis llamados
sacerdotes de Jehová”. Isaías 61:6.
Esta promesa, en su
sentido literal dada a Israel, pertenece espiritualmente a toda la simiente
según el Espíritu; es, a saber, a todos los creyentes. Si hacemos uso de
nuestros privilegios, viviremos para Dios de una manera tan clara y distinta,
que los hombres verán que somos puestos aparte para servicio santo, y nos
llamarán sacerdotes de Jehová. Podemos trabajar, o negociar, como hacen otros,
y sin embargo, podemos ser solamente y del todo, siervos que ministran a Dios.
Nuestra única ocupación será la de presentar perpetuo sacrificio de oración,
alabanza, testimonio y consagración personal al Dios vivo por Jesucristo.
Siendo este nuestro único
propósito, podemos dejar las ocupaciones que perturban a los que no tienen otra
vocación más elevada. “Deja a los muertos que entierren a sus muertos”. Está
escrito: “Y estarán extranjeros y apacentarán vuestras ovejas, y los extraños
serán vuestros labradores y vuestros viñadores”. Ellos pueden dirigir la
política, desenredar problemas financieros, discutir la ciencia y resolver las
últimas y nuevas cuestiones de la crítica; pero nosotros nos daremos a tal
servicio que conviene a los que, como el Señor Jesús, son consagrados a un
sacerdocio perpetuo.
Aceptando esta grande
promesa como implicando un deber sagrado, pongámonos nuestros vestidos de
santidad y sirvamos delante del Señor todo el día.
sábado, 24 de febrero de 2018
FEBRERO 24
“Si estuviereis en mí, y mis
palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será
hecho”. Juan 15:7.
Hay que notar bien que
tenemos que oír a Jesús hablar, si esperamos que Él nos oiga. Si no prestamos
atención a Cristo, Él no nos oirá. A medida que oímos, seremos oídos.
Además, lo que se oiga
tiene que permanecer y morar en nosotros, y continuar en nuestro carácter como
una energía moral y un poder. Tenemos que recibir las verdades que Jesús
enseñó, los preceptos que Él ordenó y los movimientos de su Espíritu dentro de
nosotros; o no tendremos poder delante del trono de la gracia.
Suponiendo que las
palabras de nuestro Señor sean recibidas, y que permanezcan en nosotros, ¡qué
espacio ilimitado de privilegio nos es abierto! Podemos tener nuestra voluntad
en la oración porque ya hemos entregado nuestra voluntad al mandato del Señor.
Así se prepara a los Elías para manejar las llaves del cielo y cerrar o soltar
las nubes. Un hombre tal vale más que mil cristianos ordinarios. ¿Deseamos
humildemente ser intercesores para la iglesia, para el mundo y, como Lutero,
obtener lo que queramos del Señor? Entonces tenemos que inclinar nuestro oído a
la voz del Bienamado, y atesorar sus palabras, y cuidadosamente obedecerlas.
Tiene que “oír atentamente” el que quiera orar eficazmente.
viernes, 23 de febrero de 2018
FEBRERO 23
“Si estuviereis en mí, y mis
palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho”.
Juan 15:7.
Es preciso que estemos en
Cristo, si hemos de vivir para Él, y tenemos que estar en Él si queremos
aprovecharnos de la liberalidad de esta promesa. Estar en Jesús es nunca
dejarle por otro amor, u otro objeto, sino permanecer en unión con Él, viva,
amante, conocida y complaciente. El pámpano no solamente está siempre cerca del
tronco, sino siempre está recibiendo vida y fecundidad de él. Todos los
creyentes verdaderos están en Cristo en un sentido; pero hay un significado mayor,
y esto tenemos que conocerlo antes que consigamos poder ilimitado delante del
trono. “Pedid todo lo que quisiereis”, esto es para los Enocs que caminan con
Dios, para los Juanes que están recostados sobre el pecho del Señor y para
aquellos cuya unión con Cristo los induce a la comunión constante.
El corazón tiene que
mantenerse en amor, el entendimiento arraigarse en fe y la esperanza asegurarse
en la palabra. El hombre entero tiene que estar de acuerdo con el Señor, o sería
muy peligroso confiarle el poder en la oración. Este poder ilimitado solamente
puede ser concedido a uno cuya misma vida es: “No ya no, mas vive Cristo en mí”.
¡Oh vosotros que rompéis la comunión, qué poder perdéis! Si queréis ser
poderosos en vuestros ruegos, el mismo Señor tiene que estar en vosotros, y
vosotros en Él.
jueves, 22 de febrero de 2018
FEBRERO 22
“Y añadió David: Jehová que me ha
librado de las garras del león, y de las garras del oso, Él también me librará
de la mano de este filisteo”. 1 Samuel 17:37.
Este versículo no es una
promesa si consideramos solamente las palabras, pero verdaderamente lo es en su
significado; porque David habló una palabra que el Señor endosó haciéndola
efectiva. Él dedujo de liberaciones pasadas, que recibiría ayuda en nuevos
peligros. Todas las promesas son en Jesús sí, y en Él Amén, por nosotros a gloria
de Dios, y así el trato del Señor en lo pasado con su pueblo creyente será
repetido.
Venid, pues, traigamos a
la memoria las misericordias del Señor en lo pasado. No pudiéramos haber esperado
ser librados en otro tiempo por nuestra propia fuerza; pero el Señor nos libró.
¿No nos salvará otra vez? Estamos ciertos que así lo hará. Como David corrió a
encontrarse con su enemigo, así haremos nosotros. El Señor ha estado con
nosotros, está con nosotros, y Él ha dicho: “No te desampararé ni te dejaré”.
¿Por qué temblamos? Lo pasado ¿fue un sueño? Pensad en el oso y en el león
muertos. ¿Quién es este filisteo? Es verdad que él no es exactamente lo mismo,
ni es oso, ni león; pero Dios es el mismo, y va su honor en un caso tanto como
en el otro. No nos salvó de las bestias del bosque para que nos matase un
gigante. Estemos de buen ánimo.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Palabras de Esperanza para Los Que Luchan contra La Depresión - Edward T. Welch
FEBRERO 21
“Bendecirá a los que temen a Jehová;
a chicos y a grandes”. Salmo 115:13.
Esta es una palabra de
consuelo para los que son de humilde posición y baja suerte. Nuestro Dios tiene
una consideración muy benigna para los de poca propiedad, poco talento, poca
influencia y poca autoridad. Dios cuida de las cosas pequeñas en la creación, y
ve aun los pajarillos cuando caen a tierra. Nada es pequeño para Dios, porque
Él se sirve de agentes insignificantes para el cumplimiento de sus propósitos.
Que el más pequeño entre los hombres busque de Dios una bendición sobre su
pequeñez, y encontrará la felicidad en su esfera pequeña.
Entre los que temen al
Señor hay chicos y grandes. Unos son niños y otros gigantes. Pero todos son
benditos. La fe aunque sea poca es bendita. La esperanza, aun cuando tiemble,
es bendita. Cada gracia del Santo Espíritu, aunque sea solamente un capullo,
trae una bendición dentro de sí. También el Señor Jesús ha comprado con su
preciosa sangre, tanto los chicos como los grandes, y se ha encargado de cuidar
tanto de los corderos como de las ovejas crecidas. Ninguna madre pasa por alto
su niño porque es pequeño; no, cuanto más pequeño sea, más tiernamente lo cría.
Si es que el Señor tiene alguna preferencia, para con los suyos, no los pone en
orden como “grandes y chicos”, sino como “chicos y grandes”.
martes, 20 de febrero de 2018
FEBRERO 20
“Jehová te pastoreará siempre”.
Isaías 58:11.
¿Qué te pasa? ¿Has
perdido el camino? ¿Te has extraviado en un bosque oscuro y no puedes encontrar
tu vereda? Estate quieto y verás la salud de Dios. Él conoce el camino, y te
dirigirá en él, si a Él clamas.
Cada día trae su
perplejidad. ¡Cuán bueno es sentir que el Señor nos pastoreará continuamente!
Si escogemos nuestro propio camino, o conferimos con carne y sangre, desechamos
la dirección del Señor; pero si nos abstenemos de la voluntad propia, entonces
Él nos guiará en cada paso de nuestro camino, cada hora del día, y cada día del
año, y cada año de nuestra vida. Si queremos ser guiados, seremos guiados. Si
encomendamos a Jehová nuestro camino, Él enderezará nuestra carrera para que no
nos perdamos.
Pero hay que notar a
quién se hace esta promesa. Lee el versículo anterior: “Si derramares tu alma
al hambriento”. Tenemos que sentir por otros, y darles, no unas cortezas de pan
seco, sino cosas tales como las que nosotros quisiéramos recibir. Si mostramos
un cuidado tierno para con nuestros semejantes en la hora de su apuro, entonces
el Señor se cuidará de nuestras necesidades, y se hará nuestro Guía
continuamente. Jesús es el Capitán, no de avaros, ni de los que oprimen a los
pobres, sino de los cariñosos y compasivos. Los tales son peregrinos que nunca
perderán su camino.
lunes, 19 de febrero de 2018
FEBRERO 19
“Bien que te he afligido, no más te
afligiré”. Nahum 1:12.
La aflicción tiene su fin. Dios la
manda y Dios la quita. ¿Suspiras tú, y dices: “Cuándo será el fin”? Acuérdate
que nuestras penas ciertamente y del todo cesarán cuando esta pobre vida
terrestre se termine. Esperemos callando, y soportemos con paciencia la
voluntad del Señor hasta que venga.
Mientras tanto, nuestro Padre celestial
quita la vara de sobre nosotros, cuando haya llevado a cabo su designio al
usarla. Cuando haya echado a latigazos nuestras locuras, no habrá azotes. O si
la aflicción ha sido enviada para probarnos, para que nuestras gracias glorifiquen
a Dios, terminará cuando el Señor nos haya hecho testigos para su alabanza. No
desearíamos que se acabara la aflicción hasta que Dios haya sacado de nosotros
toda la honra que es posible que le demos.
Tal vez hoy habrá “grande bonanza”.
¿Quién sabe cuándo esas olas furiosas darán lugar a un mar de vidrio, y las
aves marinas se asentarán sobre las ondas apacibles? Después de larga tribulación
el trillo se levanta y el trigo descansa en el granero. Tal vez antes que pasen
muchas horas, estaremos tan alegres como ahora estamos tristes. No es difícil
para el Señor cambiar la noche en día. El que manda a las nubes puede también
fácilmente despejar el cielo. Tengamos ánimo. Más adelante todo será mejor.
Cantemos aleluya anticipadamente.
FEBRERO 18
“Cumplirá el deseo de los que le
temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará”. Salmo 145:19.
Su propio Espíritu ha producido este
deseo en nosotros, y por lo tanto Él lo cumplirá. Es su propia vida en nosotros
la que inspira el clamor, y por lo tanto Él lo oirá. Los que le temen son
hombres bajo la más piadosa influencia, y por lo tanto su deseo es glorificar a
Dios y gozar de Él para siempre. Como Daniel, son hombres que desean, y el
Señor hará que realicen sus aspiraciones.
Deseos santos son como la gracia en
hierba, y el Labrador divino los cultivará hasta que llegan a ser como grano
lleno en la espiga. Hombres que son temerosos de Dios desean ser santos y
útiles y una bendición para otros, honrando así al Señor. Desean provisión para
sus necesidades, ayuda para sus cargas, dirección en la perplejidad, y
liberación en sus apuros; y algunas veces este deseo es tan fuerte, y su caso
tan apremiante, que claman en su agonía como hacen los niños pequeños que están
padeciendo, y entonces el Señor obra muy comprensivamente y hace todo lo que es
necesario, según esta palabra; “y los salvará”.
Sí, si tememos a Dios, no tenemos nada
más que temer; si clamamos al Señor, nuestra salvación es segura.
Que el lector ponga este versículo en
su lengua, y que lo guarde en su boca todo el día, y le será como “hojuelas con
miel”.
domingo, 18 de febrero de 2018
sábado, 17 de febrero de 2018
FEBRERO 17
“Esforzaos empero vosotros, y no
desfallezcan vuestras manos; que salario hay para vuestra obra”. 2 Crónicas
15:7.
Dios había hecho grandes cosas por el
rey Asa y por Judá, pero con todo, eran gente débil. Sus pies vacilaban mucho
en los caminos del Señor, y sus corazones estaban muy indecisos; así tenían que
ser avisados de que el Señor estaría con ellos mientras ellos estuvieran con
Él, pero que si le abandonaban, Él los dejaría. También se les recordó la
nación hermana, lo mal que les fue en su rebelión, y cómo el Señor les fue
bondadoso cuando se arrepintieron. El designio del Señor era confirmarles en su
camino y hacerles fuertes en rectitud. Así debía ser con nosotros. Dios merece
ser servido con toda la energía de la cual somos capaces.
Si el servicio de Dios vale algo, lo
vale todo. Hallaremos nuestro mejor galardón en la obra del Señor, si la
hacemos con diligencia determinada. Nuestro trabajo en el Señor no es en vano,
y lo sabemos. Trabajo hecho sin mucho ánimo, no traerá galardón; pero cuando se
emprende con todo el corazón, veremos la prosperidad. Este versículo fue
mandado al autor de estas notas en un día de terrible tormenta, y le inspiró a
dar todo vapor, con la certeza de llegar a puerto en seguridad con una carga
gloriosa.
viernes, 16 de febrero de 2018
FEBRERO 16
“No ejecutaré el furor de mi ira, no
volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre”. Oseas 11:9.
Así el Señor da a conocer su clemencia.
Tal vez el lector está bajo el peso del enojo, y todo amenaza su ruina rápida.
Que este versículo le guarde de la desesperación. El Señor te invita ahora a
meditar sobre tus caminos y a confesar tus pecados. Si Él hubiera sido hombre,
te hubiera cortado completamente hace mucho tiempo. Si Él obrara como
acostumbran los hombres, hubiera sido primero la palabra y luego el golpe, y
entonces allí acabaría contigo; pero no es así, porque “como son más altos los
cielos que la tierra, así son sus caminos más altos que vuestros caminos”.
Tú bien entiendes que Él está airado,
pero no guarda su enojo para siempre: si te vuelves del pecado a Jesús, Dios se
volverá de su ira. Porque Dios es Dios, y no hombre, aún hay perdón para ti,
aunque estés del todo sumergido en iniquidad. Tienes que tratar con Dios y no
con un hombre duro, ni aun con un hombre meramente justo. Ningún ser humano
podría tener paciencia contigo: hubieras cansado a un ángel, como has cansado a
tu padre afligido; pero Dios es paciente. Ven y ponle a prueba ahora mismo.
Confiesa, cree, y vuélvete de tu camino malo y serás salvo.
jueves, 15 de febrero de 2018
FEBRERO 15
“Jehová se acordó de nosotros; nos
bendecirá. Salmo 115:12.
Yo puedo poner mi sello a esta primera
frase. ¿No puedes tú? Sí, Jehová se ha acordado de nosotros. Él ha provisto
para nosotros, nos ha confortado, librado y guiado. En todos los movimientos de
su providencia Él se ha acordado de nosotros, nunca pasando por alto nuestros
asuntos humildes. Nos tiene presentes; esta es la otra forma de la palabra “acordarse”.
Este ha sido siempre el caso y sin
cesar. En ciertas ocasiones, sin embargo, hemos visto más claramente que en
otras su consideración, y en esta hora quisiéramos recordarlas colmados de
gratitud. Sí, sí, “Jehová se acordó de nosotros”.
La frase que sigue es una consecuencia
lógica de la primera. Como Dios no cambia, Él continuará acordándose de
nosotros en lo futuro como ha hecho en lo pasado; y que se acuerda equivale a
decir que nos bendecirá. Pero aquí tenemos, no solamente una conclusión
razonable, sino una declaración inspirada; la tenemos bajo la autoridad del
Espíritu Santo: “Nos bendecirá”. Esto significa cosas grandes e inescrutables.
Lo indefinido de la promesa indica su alcance infinito. Nos bendecirá según su
propio modo divino, y esto, para siempre jamás. Por lo tanto, que cada uno
diga: -“¡Bendice, alma mía, a Jehová!”.
miércoles, 14 de febrero de 2018
FEBRERO 14
“El que espera en Jehová, lo cercará
la misericordia”. Salmo 32:10.
¡Oh qué galardón generoso para el que
confía! ¡Que el Señor me lo conceda abundantemente! El que confía se siente
pecador más que todos los hombres; y he aquí, la misericordia le es preparada;
él conoce que no tiene méritos, pero entra la misericordia y gobierna la casa
para él con liberalidad. ¡Oh, Señor, dame esta misericordia, así como yo confío
en Ti!
¡Mira alma mía, el guarda que tienes!
Como un príncipe está cercado de soldados, así estás cercado con misericordia.
Delante y detrás y a todos lados pasean montados estos guardas de gracia.
Moramos en el centro del sistema de la
misericordia, porque moramos en Cristo Jesús.
¡Oh, alma mía, qué atmósfera respiras
tú! Como el aire te rodea, asimismo te rodea la misericordia de tu Señor. Hay
muchas penas para los malos, pero para ti hay tantas misericordias que tus
penas no merecen mencionarse. David dice: “Alegraos en Jehová, y gozaos,
justos; y cantad todos vosotros los rectos de corazón”. En obediencia a este
mandato, mi corazón triunfará en Dios y cantaré mi alegría. ¡Cómo me has
cercado de misericordia, yo andaré alrededor de tus altares, oh mi Dios, con
cánticos de liberación!